La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha absuelto a un hombre de 79 años acusado por el Ministerio Fiscal de un delito de abuso sexual por el que se enfrentaba a siete años de prisión al quedar acreditado por los forenses su incapacidad física para realizar el acto.
En los fundamentos, la sentencia recoge que Francisco O. y R. C. mantuvieron relaciones sexuales mutuamente consentidas en el domicilio del primero, donde se hallaban, después de las dos de la madrugada del 18 de febrero de 2021, sin que durante las mismas hubiera culminado el acto en el interior de la denunciante.
Por tanto, el fallo judicial remitido a ABC por el TSJA concluye que no ha quedado acreditado que R.C. le pidiera al acusado, cuando estaban manteniendo dichas relaciones sexuales, que parara, que no quería seguir.
La principal prueba que respaldaría dicha acusación radica en la declaración efectuada por la propia doña R.C., que en el plenario ha seguido sosteniendo que, durante el transcurso de unas relaciones sexuales mantenidas con su expreso consentimiento con el acusado, llegado un determinado momento le pidió que parase, «unas cuantas veces», porque «a lo primero quería, pero después se arrepintió», y que no paró «hasta que terminó», aunque al propio tiempo también relata que ella había bebido antes de ir a la casa de Francisco «litronas de cerveza».
Este extremo permite explicar, a juicio del tribunal, por una situación que la denunciante misma reconoce de malestar y visión borrosa (esperable después de dicha ingestión), «que su percepción de lo ocurrido estuviera perturbada hasta el punto de que creyera que el acusado estaba penetrándola lo que, según ha demostrado la prueba médica efectuada, era difícilmente factible«.
Sin restos de huella genética en la víctima
Los forenses habían determinado en el juicio que el acusado estaba afectado de incapacidad de mantener una erección y tampoco se ha hallado huella genética del acusado en el interior de la denunciante, lo cual hace, por tanto, según la sentencia, «dudoso que llegara siquiera a realizarle a R.C. los ruegos de cesación de las relaciones con penetración, pues las mantenidas mal podrían haberse desarrollado en la forma por ella descrita».
