La imagen se está volviendo cotidiana aunque sea la evidencia de la práctica de una actividad que está teniendo graves consecuencias en el barrio como es el incremento de la violencia, la sobrecarga en la red eléctrica y los incendios que pueden poner en riesgo la vida de los propios vecinos. Kilos y kilos de restos de la producción de marihuana se acumulan en rincones del Polígono Sur, a la vista de cualquiera. Las imágenes que acompañan a esta noticia han sido tomadas este mismo lunes en la zona de Las Letanías.
Lipasam acaba recogiendo esta basura que no sólo aparece en las zonas de contenedores; también la abandonan en aceras y parterres, deteriorando aún más la limpieza viaria de esta zona de la ciudad. Las bolsas contienen los restos de plantas secas, cepellones y los recipientes vacíos de los productos químicos que utilizan los productores para el tratamiento de los cultivos.
Entre enero y septiembre del año pasado, la empresa municipal retiró 382.200 kilos de restos de marihuana en las calles del Polígono Sur y en el entorno de Su Eminencia. Una cifra que confirma no sólo la existencia de producción de marihuana en pisos, que es una realidad de sobra conocida por las administraciones, sino también el tamaño de esta actividad que se realiza a nivel industrial y se aleja de lo que sería una producción doméstica para satisfacer un consumo individual.

Restos de las plantas de marihuana en mitad de la vía pública
Ese matiz es importante y es la diferencia sustancial para que la producción de marihuana sea una actividad ilícita: que el cannabis que se extrae de las plantas tenga como destino la venta a terceros y no el autoconsumo.
En 2020, ABC advertía por primera vez que se acumulaban residuos procedentes de la producción de marihuana en la trasera de la carretera Su Eminencia junto al parque de las Américas. Parecía que los traficantes estaban usando una zona alejada de los pisos donde se ubican las plantaciones de interior. Pero la impunidad con la que operan estos productores ha hecho que no tengan que irse lejos y suelten las bolsas en las mismas calles.
Las plantaciones de marihuana crecen en pisos ocupados pero también en habitaciones de viviendas donde residen familias a las que los traficantes les pagan una comisión por tenerlas en sus casas. Estas plantaciones suelen ser custodiadas con armas para evitar los robos y son las responsables de la sobrecarga en la red eléctrica que provoca los incendios de los centros de transformación. Desde que arrancó el verano han salido ardiendo cuatro centros en la capital, dos de ellos en el Polígono Sur.