PEDRO Sánchez tiene dos lugares fetiche cuando suena la flauta y se deja ver por Sevilla. Al todopoderoso líder del socialismo le fascina ir a Dos Hermanas, porque dicen que allí comenzó su resurrección política del brazo de esos poquitos fieles que le quedaron en … aquellos años en que nadie creía en él. Pero también suele aprovechar sus visitas a la capital hispalense para refugiarse en Fibes, escenario de algún que otro baño de masas entre la militancia. Allí fue elegido hace unos meses como máxima autoridad del PSOE y allí, aunque ahora no quiera recordarlo, confirmó al investigado Santos Cerdán como su secretario de organización. Tanto ha viajado a Sevilla Este que ahora suena a broma de mal gusto que su Gobierno haya elaborado un folleto para los asistentes a la Cumbre de la ONU en el que se dice que se puede llegar desde allí hasta el Centro en sólo diez minutos y usando el transporte público. Vamos, una mentira como un castillo que hurga aún más en la herida de un vecindario castigado por el olvido de las administraciones.
Suena a recochineo que la cabeza visible del Ejecutivo que menos ha invertido en Sevilla en estas últimas décadas venga a darnos lecciones sobre cómo movernos por la ciudad. ¿Sabremos nosotros mejor que nadie lo que sufre un vecino de Sevilla Este para salir del barrio? Vamos, si prueban a ponerse en su pellejo un día cualquiera verán que la línea de Tussam que los lleva hasta la Plaza del Duque –en singular, porque sólo hay una– les ofrece un viaje de más de una hora de duración. Es decir, que si por lo que sea le pillara un atasco inoportuno, llegaría mucho antes a plantar su sombrilla en la arena de Matalascañas que a comer una torrija en la Campana. Pero nada, si uno se sube al Cercanías en el Palacio de Congresos se teletransporta en un suspiro al corazón de la ciudad, que así se lo ha prometido Sánchez a las delegaciones de la ONU y ya sabemos que eso de mentir no ha ido nunca con este presidente.
Total, que si un vecino de Sevilla Este vive amargado por un transporte público que en su barrio es un suplicio, debe ser porque es un masoquista, porque la guía del PSOE habla de aquello como una panacea. Si es que hasta cuenta que el metro pasa por todo el Centro y nosotros sin saberlo hasta ahora. Ay que ver lo que sabe Sánchez de la ciudad y lo poco que la conocemos nosotros. A pesar de este escenario idílico, no vendría nada mal aprovechar que en tan sólo unos días estará por aquí para recordarle todas esas inversiones que aún siguen pendientes. Ayer su ministra Montero se las llevó como recado al presidente después de la acertadísima reivindicación que le hizo el alcalde en público durante la presentación de la obra del metro en la Macarena. Sanz sacó la lista del bolsillo y la vicepresidente lo acusó de falta de respeto institucional por pedir lo que es nuestro. Pues que se imagine cómo se han tomado en Sevilla Este el pitorreo del folletito.
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