La dimisión de Carles Puigdemont, el pasado 4 de noviembre, como presidente del autodenominado Consell de la República sumió a esa Generalitat paralela creada por el expresident y fundador de Junts en una especie de limbo. Desde entonces, el liderazgo de una entidad aporreada por los escándalos de posible desvío de dinero de las cuotas de los afiliados recae en una comisión gestora que, este miércoles, ha comunicado que elegirá nueva cúpula en unas elecciones que se celebrarán entre el 8 y 12 de febrero.
“Aprovechamos para pedir la colaboración y la participación para hacer un Consell más fuerte y, sobre todo, uno que pueda servir a nuestro país”, ha dicho Teresa Vallverdú, miembro de la junta gestora, tras el acto en recuerdo del expresident Francesc Macià, celebrado este miércoles en el cementerio de Montjuïc en Barcelona.
Vallverdú, que ha depositado una ofrenda floral en nombre del Consell, ha anunciado que el próximo 7 de enero se convocará de manera oficial el proceso electoral para elegir a la dirección de la entidad, con sede en Bruselas, y que los comicios en los que se ha de buscar el reemplazo de Puigdemont serán entre el 8 y 12 de febrero.
La justa gestora asumió la dirección de la entidad, que se sufraga con las cuotas de los afiliados y que Puigdemont creó como una manera de mantener vivo el pulso independentista, después de que su fundador dejara el cargo en noviembre. Semanas antes, el expresident de la Generalitat había sido elegido como presidente del partido que también creó, Junts per Catalunya. La decisión de Puigdemont de comandar esa ‘Generalitat paralela’ mientras que al mismo tiempo negociaba la investidura de Pedro Sánchez, hace más de un año, ya había generado roces internos y derivó, por ejemplo, en la renuncia en febrero pasado del cantautor Lluís Llach, que ahora preside de la Assemblea Nacional Catalana (ACN).
El Consell está conformado por una Asamblea de Representantes, que Puigdemont interpreta como un parlamento paralelo a la Cámara catalana, y el propio gobierno del Consell. El proceso de elección de esta estructura llega en medio de la auditoría interna sobre el supuesto desvío de dinero proveniente de las cuotas para gastos personales del vicepresidente de la entidad, Toni Comín. El exconsejero de Salud de la Generalitat asegura que las facturas de más de 15.000 euros pagan gastos de representación propios de su cargo.
El pasado mes de octubre, el Consell ya había informado que llevaría cabo una reorganización interna ante su delicada situación económica y que implicaba la rebaja de la masa salarial del equipo técnico en un 50%.