Virginia Troconis es una de las famosas que se sienta esta semana en Pasapalabra. Lo hace, además, junto a la actriz Elisa Matilla, Pablo Rivero y Víctor Palmero. Todos ellos ayudarán a los dos concursantes anónimos a conseguir los segundos necesarios que les ayudarán a tener más tiempo en el Rosco, una de las pruebas más sacrificadas del concurso. Esta no es la primera vez que Virginia Troconis se sienta en el plató de Antena 3 junto a Roberto Leal, ya que ha participado en varias ocasiones en este formato quiz, en el que ya ha dado buena cuenta de su buen hacer con las letras y las palabras.
Virginia se hizo conocida en nuestro país después de comenzar una relación con Manuel Díaz, más conocido como El Cordobés. El torero ha triunfado en los ruedos de nuestro país y, también, ha protagonizado un enfrentamiento público con Manuel Benítez, quien estaba seguro que era su padre, como así lo confirmaron las pruebas de paternidad a la que se sometió. Ahora, padre e hijo tienen una relación muy buena y han posado en varias ocasiones en las redes sociales, dando buena cuenta que, aunque el principio no había mucha conexión, ahora han retomado una relación en la que sin duda Virginia ha sido un apoyo fundamental.
La historia de amor de Virginia Troconis y ‘El Cordobés’
En todo este tiempo, El Cordobés no solamente ha ejercido como torero sino que, también, ha participado en varios programas de televisión. Es más, actualmente forma parte de El desafío, el concurso de retos de Antena 3, en el que mide sus capacidades junto a otros famosos como Victoria Federica, Roberto Brasero o Lola Lolita. Además, el torero también ha aparecido en algunas portadas de revista debido a su relación con Vicky Martín Berrocal, con quien tuvo una hija, Alba, que ahora se dedica a las redes sociales. Al poco tiempo decidieron separarse pero, ahora, ambos mantienen una estupenda relación.
Fue hace más de veinte años cuando El Cordobés y Virginia Troconis comenzaron su relación. Así, los comienzos se sitúan en 2002 cuando empezaron una historia de amor que se extiende hasta estos días y en la que han dado la bienvenida a dos hijos; Manuel y Triana. Fue en un viaje a Venezuela cuando El Cordobés coincidió la que sería su mujer mientras corría por uno de los parques de la ciudad de Caracas. Aunque en ese momento no lo sabía, lo cierto es que sus caminos se cruzaron varios años atrás. «Resulta, además, que Virginia me había pedido un autógrafo en un restaurante cuando ella tenía 12 años», recordó Manuel en una entrevista para la revista Pronto. En ese momento, Virginia Troconis se encontraba afrontando una de las etapas más duras de su vida.
La finca en la que viven y su familia
«Conocí a Manuel en un momento duro, importante. Cuando tenía 21 años falleció mi novio con el que llevaba saliendo cuatro años. Mi primer novio, tanto tiempo… No entendía la vida», contó la propia Virginia en televisión. Dos años más tarde, el 6 de febrero de 2004, Manuel y Virginia se dieron el ‘sí, quiero’ en una ceremonia en la ciudad de Valencia, en Venezuela. El enlace fue de lo más íntimo y solamente estuvieron rodeados de familiares y amigos más cercanos. Ese año dieron la bienvenida a su primer hijo en común, Manuel. Y en 2007 vino al mundo Triana. Los dos, además, mantienen una excelente relación con Alba, la hija del torero de su matrimonio con la diseñadora sevillana.
Hace unos años, el matrimonio decidió renovar sus votos, confirmando que su relación sigue más viva que nunca. Algo que demuestran también a través de las redes sociales. «Estoy contento, más enamorado que el primer día», confesó el propio Manuel. Hace un tiempo, Manuel decidió dejar el mundo de los toros y, por eso, se ha volcado en la televisión. Por su parte, Virginia también dedica su tiempo a las redes sociales, donde acumula algo más de 260 mil seguidores. La familia disfruta de su amor en una impresionante finca en la localidad sevillana de Guillena que suelen mostrar en Instagram con cierta asiduidad. Cerro Negro fue comprada al padre de Vicky Martín Berrocal. Esta tiene una casa principal que destaca por sus techos altos, con las paredes en blanco y con toques de madera oscura.
Además, la casa es un auténtico homenaje a la arquitectura andaluza con un porche, que es una de las zonas más especiales de la vivienda. Es ahí donde cuenta con techos abovedados y con arcos. También, aparece la madera que se extiende por toda la casa. La mayoría de las estancias son muy amplias y cuentan con sofás para ver la televisión así como una gran televisión. La cocina es muy amplia y destaca por tener una apariencia muy tradicional con una gran isla con encimera de piedra. Además, la finca está rodeada de campo y tienen varios animales, de los que disfrutan toda la familia.