Las religiosas carmelitas se han marchado de Lucena, pero la iglesia que pertenecía a su convento, el convento de San José, seguirá abierta al culto. Así lo acaba de confirmar la parroquia de Santiago de la ciudad, en cuya feligresía estaba la histórica comunidad religiosa.
Como ha explicado el párroco, Antonio Tejero Díaz, tras la marcha de las religiosas a otros conventos, las monjas han donado el inmueble y todo el patrimonio mueble de su interior a la Provincia Ibérica de los Carmelitas Descalzos, que son ahora sus propietarios.
A partir de ahí, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, «buscando el bien de los fieles de Lucena, ha solicitado a los padres carmelitas mantener el templo abierto al culto». La atención estará a cargo del párroco de Santiago.
«El provincial de los carmelitas ha accedido generosamente a este favor pedido por el obispo», informó el párroco de Santiago, que insistió en que ahora se suscribirá un acuerdo entre las dos partes para la gestión de la iglesia.
Se abre así «una nueva etapa, en la que se procurará mantener un espacio de oración y encuentro comunitario para todos aquellos que han acudido fielmente a este templo», dijo el párroco. Y se abre formalmente este domingo 17 de noviembre, con la misa de 10.00, que celebrará el clero de Santiago.
Continúa así el culto en un templo vinculado a una comunidad con 412 años de presencia en Lucena, que al quedar en sólo cuatro religiosas tuvo que disolverse, con gran pesar para la comunidad cristiana de la ciudad.
