Sami Bekal Bounouare, considerado el cerebro del atentado contra el expresidente del PP en Cataluña y cofundador de Vox Alejo Vidal-Quadras del 9 de noviembre de 2023 en Madrid y único de los presuntos implicados que aún no ha sido detenido, pasó por seis países de cuatro continentes en su hasta ahora exitosa huida, según la reconstrucción de sus desplazamientos hecha por los investigadores y a la que ha tenido acceso EL PAÍS. En algo menos de dos meses, viajó en ferri de España a Marruecos y, desde este país africano, tomo un avión rumbo a Qatar para, desde allí, volar a Brasil y, más tarde, a Colombia, y finalmente trasladarse a Turquía desde donde cruzó por carretera a Irán, país en el que Bounouare, alias Pacho, Pachito, Colomo o Swilleh, supuestamente se encuentra oculto desde hace más de un año.
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que instruye la causa por el intento de asesinato del político, concluía en el auto del pasado 9 de julio por el que lo procesaba junto a otras siete personas que Bounouare, de 27 años, fue el presunto “coordinador” del grupo, además del “enlace directo” con los que encargaron el atentado, supuestamente el régimen de Teherán en represalia por el apoyo de Vidal-Quadras a la oposición iraní en el exilio. Por su parte, la justicia de Países Bajos tiene indicios de que Pacho fue el autor material del asesinato de un ciudadano iraquí cometido en 2021 en este país y el organizador de otro homicidio, este frustrado, en junio de 2024, cuando ya estaba refugiado en el país asiático tras huir de España. Las pesquisas vinculan además a Pacho, que tenía antecedentes por tráfico de drogas en Italia, con la Mocro Maffia, la estructura criminal integrada principalmente por delincuentes de origen magrebí asentada precisamente en Países Bajos, donde ha llegado a desafiar al Estado.
Bounouare tuvo en los meses previos al atentado contra el político español una implicación muy directa y de liderazgo en los preparativos, según ha constatado la investigación de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional. Así, él fue el encargado de preparar la llegada a España, en agosto de 2023, de Meherz Ayari, el sicario que presuntamente disparó a Vidal-Quadras; de facilitar vehículos y dinero a varios de los implicados; de negociar la compra del arma utilizada e, incluso, de viajar a Madrid para vigilar en persona a la víctima cuando esta acudió, el 29 de octubre de aquel año, a una concentración en la Plaza de Colón contra la amnistía. Además, la casa de Fuente Vaqueros (Granada, 4.600 habitantes) donde Pacho residía buena parte del tiempo que pasaba en España fue lugar de encuentro entre los implicados y sus comunicaciones con el resto de miembros del grupo (la policía ha logrado identificar tres teléfonos y siete tarjetas SIM que utilizaba) fueron numerosas antes del atentado y se mantuvieron después de este.
Su huida arranca el 8 de noviembre de 2023, unas horas antes de que el político fuera tiroteado a la puerta de su casa en Madrid, sufriendo graves heridas en la cara. Ese día, Bounouare viajó hasta Algeciras (Cádiz) y allí tomó un ferri con destino a la ciudad marroquí de Tánger. Para ello, Pacho, que tiene un pasaporte español por haber nacido y vivido hasta la adolescencia en Palma de Mallorca y otro marroquí por la procedencia de sus padres, utilizó este segundo. Según fuentes cercanas a la investigación, este segundo documento refleja su apellido escrito de manera ligeramente diferente al español, lo que facilitaba sus movimientos sin ser detectado.
En Marruecos, el fugitivo se ocultó durante cerca de un mes en la región de donde son originarios sus progenitores hasta que el 6 de diciembre salió del país. La Policía Nacional había realizado 15 días antes de este traslado las tres primeras detenciones en España, entre ellas la de Nayara Gómez Mala, uno de los principales implicados y con el que Pacho mantuvo contactos tanto para preparar el ataque como después. De hecho, fue Gómez quien el 17 de noviembre, nueve días después del atentado contra Vidal-Quadras, le envió al móvil el mensaje “misión cumplida”, en alusión a que se había realizado.
Este segundo viaje de Bounouare duró varios días y le llevó, en primer lugar, a Doha, capital de Qatar, y, desde allí, a São Paulo (Brasil). Tras unas jornadas de estancia en este país, Pacho tomó otro vuelo y se desplazó a Bogotá (Colombia) para posteriormente dirigirse a la ciudad de Medellín, donde se refugió durante poco más de un mes. “Se desplazaba allí donde cuenta con apoyos y puede sentirse seguro”, apuntan fuentes cercanas a la investigación.
Sin embargo, el 19 de enero de 2024 dejó de sentir esa protección y abandonó el país sudamericano. Los investigadores están convenidos de que este nuevo desplazamiento de Bounouare estuvo motivado por dos hechos que le hicieron sentirse inseguro. Tres días antes había sido detenido cuando intentaba entrar en Colombia procedente de Venezuela Greg Oliver Higuera Marcano, alias Maquia, otro de los presuntamente implicados en la preparación del atentado a Vidal-Quadras. Y el 18 de enero, la prensa española publicaba que la Policía lo había identificado como el presunto cerebro del ataque.
Esperando respuesta de Turquía
Para este nuevo periplo de su huida, Bounouare se desplazó a Bogotá y adquirió unos billetes de avión que tenían como destino final Rabat, aunque con escala en Estambul. Sin embargo, cuando llegó al aeropuerto de la ciudad turca Pacho ya no tomó el vuelo que tenía que llevarle a la capital de Marruecos. El juez Pedraz ha enviado una comisión rogatoria (solicitud de ayuda judicial) a las autoridades turcas para aclarar qué hizo el fugitivo al aterrizar, pero aún no ha sido respondida por Ankara. No obstante, la Policía sospecha que Pacho compró el billete que tenía que llevarle a la capital marroquí como una estrategia de despiste al saber que ya había sido identificado y que, en realidad, su intención real era llegar a Turquía para, una vez allí, dirigirse por tierra a Irán en busca del amparo de los que presuntamente le encargaron el asesinato de Vidal-Quadras. El propio juez Pedraz, en su auto del pasado 9 de julio, apunta en ese sentido: “Intentó ocultarse en diferentes países, hasta que cercado por las autoridades policiales y sabedor del peligro que corría se refugiaría en Irán”.
En este país asiático se pierde su pista hasta hoy, aunque la investigación apunta a que desde su refugio iraní siguió en contacto con los miembros de la célula que seguían en libertad. Entre ellos, Ayari, el sicario que disparó en el rostro al político español y que sería finalmente detenido en 6 de junio en Harlem, una localidad a 18 kilómetros de Ámsterdam, cuando iba por la calle dispuesto supuestamente a cometer el crimen contra un disidente iraní. Las autoridades holandesas apuntan a que este crimen frustrado fue presuntamente organizado por Bounoare. En la ficha que la tiene colgado de él desde noviembre del año pasado en su página web para recabar la colaboración ciudadana, la Policía de los Países Bajos destaca, precisamente, que en los últimos años Pacho ha estado en Colombia, Brasil, Turquía, España y Qatar, el recorrido reconstruido por sus compañeros españoles. Las autoridades holandesas ofrecen 50.000 euros “por la pista clave que conduzca a la detención de Sami”.
