La Selección femenina de fútbol de España habrá perdido la Eurocopa pero ha ganado el cariño de la infanta Sofía. La hija menor de los Reyes ha acudido una vez más a una final histórica para el conjunto rojo. El fútbol es su pasión y en cuánto puede lo demuestra con esta clase de visitas y gestos públicos. Este domingo ha viajado a Suiza, a la ciudad de Basilea, junto a su hermana, la princesa Leonor. Juntas han visto a su equipo luchar por el último gran título que le falta por conquistar en el mundo del deporte. Finalmente se le escapó frente a Inglaterra en la tanda de penaltis, pero no está todo perdido, han conseguido a una gran madrina en los círculos royal para darle más fama a su trabajo.
La pareja de hermanas ha sido la representante de la Casa Real en el evento, ha sido un acto oficial, pero para las jóvenes es algo más. Ambas acaban de empezar sus vacaciones de verano tras haberse graduado de Bachillerato en Gales, la menor, y de la Academia Naval de Marín, la mayor. Este viaje juntas es de sus primeras experiencias compartidas en el año y además, por un motivo que les apela personalmente. Sofía y Leonor son fieles seguidoras del deporte español y así lo han demostrado en innumerables ocasiones. Se fueron hasta París en 2023 para apoyar a la delegación española en las Olimpiadas y, en 2023, Sofía ya viajó a Sídney hasta presenciar cómo La Roja se convertía en campeona del Mundial.
El amuleto de la infanta Sofía para los partidos
El amor de la infanta Sofía por el fútbol no es un tema nuevo, pero no se sabía que llegaba a la superstición por ver a su equipo ganar. La joven de 18 años tiene sus propios rituales para conseguir que el partido acabe con la victoria de su equipo y este domingo se ha descubierto uno de ellos. La infanta recurrió a un amuleto, un objeto que le dio suerte en el pasado, para incentivar un nuevo éxito. Ha llevado su bufanda de color rojo al cuello, la misma que llevó hace dos años cuando la Selección ganó el Mundial. El accesorio ha sido funcional, ya que las crónicas del partido reportan que las temperaturas en la ciudad suiza alcanzaron los 15º. Pero un personaje público con tan buen sentido de la imagen no repetiría esta elección de bufanda, en un evento similar, de no ser por el significado que ha adquirido el accesorio.
«Las bufandas propias de los aficionados de los equipos de fútbol inspiran algunas de las bufandas más deseadas de este invierno», contaban hace años en Vogue sobre este accesorio deportivo-estilístico. Nunca hemos visto a la infanta Sofía con una bufanda al cuello del Atlético del Madrid, su equipo y el de su padre, el rey Felipe VI. Esta versión de la bufanda casual es su versión de la bufanda de aficionado. Con una de estas se suele completar el atuendo de los asistentes a los particos y también se anima a los jugadores al usarla de pancarta cuando se estira sobre la propia cabeza.
Otras supersticiones en la Familia Real
En las redes sociales se ha experimentado una mezcla de ilusión por el detalle y de envidia por el clima centroeuropeo. Los usuarios han escrito que «Sofía lleva un pañuelo-bufanda que nos resulta familiar» o con cariño se han hecho eco diciendo que «La Sofi lleva la bufanda de la suerte. Ella confía». El resultado no fue el esperado, pero el respaldo de la Infanta ya es una victoria permanente, que no necesitará renovarse con las temporadas.
Otros miembros de la Familia Real confían en amuletos para ganar seguridad o para acontecimientos importantes. La princesa Leonor ha sido una de ellos, llevando un rosario en su muñeca durante su travesía en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Se colocó este objeto personal en su reloj para poder llevarlo siempre encima y que no le estorbara en sus actividades deportivas y de formación. La madre de las hermanas les habría enseñado esta costumbre, porque ella misma tiene sus talismanes. La reina Letizia lleva un anillo de oro en las ocasiones más especiales. Es una sortija con la grabación de las frases «Amor che tutto move» y «Mientras exista serás amado», esta última en inglés.
