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La intervención de Ribera en cinco claves: su “desaparición”, el “apagón informativo”, las obras del barranco del Poyo y el bulo sobre los ríos | España

by Marko Florentino
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Para distraer la responsabilidad del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, en la prevención de los efectos de la dana, el PP ha centrado sus ataques en la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, a la que ha señalado como principal responsable. La estrategia -ya frustrada-, perseguía, además, impedir su elección como comisaria europea. Este miércoles, la titular del Ministerio de Transición Ecológica ha insistido en el Congreso en que “no fallaron los avisos”, sino quienes tenían que atenderlos. Estas son las claves de su intervención.

1. Sobre la supuesta “desaparición” de “la principal responsable”

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que lanzó el aviso rojo por la dana a las 7.36 del pasado 29 de octubre, está adscrita al Ministerio de Ribera a través de la secretaría de Estado de Medio Ambiente y las confederaciones hidrográficas -en este caso, la del Júcar- ,a través de la Dirección General del Agua, “como organismo autónomo con plena autonomía funcional”. El mando en una emergencia de nivel 2 es para la comunidad autónoma afectada. Mazón podía haberlo elevado a 3, en cuyo caso ese mando pasaría al Ejecutivo central. No lo hizo. El Gobierno podía haberlo decretado y tampoco lo hizo. Obviando que su compañero de partido desapareció durante horas el peor día de la dana para, según ha afirmado, reunirse con una periodista a la que quería ofrecerle la dirección de la televisión pública valenciana, el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, ha asegurado este miércoles que Ribera, “principal responsable”, ha sido “una ministra huida, a la fuga”. El diputado del PP César Sánchez ha declarado que era “ajena a todo lo que pasaba en Valencia”. Y la parlamentaria popular Ester Muñoz ha insistido: “Cuando su país la necesitaba, se escondió”. La vicepresidenta tercera participó, según el Gobierno, “de manera telemática” en la primera reunión del comité de crisis por la dana, reunido en La Moncloa la noche del 29 de octubre, y de manera presencial al día siguiente. Ribera también ha asegurado que tuvo que llamar cuatro veces a Mazón el día de la tragedia hasta que logró hablar con él. El presidente de la Generalitat admitió posteriormente que podía tener “alguna llamada perdida” por “falta de cobertura”.

El estatuto de autonomía de la Comunidad Valenciana dice, en su artículo 49, sobre las “competencias exclusivas”, que el Gobierno autonómico las tiene sobre la “Protección civil y seguridad pública”. El Plan Especial ante Riesgo de Inundaciones del Ejecutivo autonómico establece, en la página 56: “Corresponderá a la Generalitat Valenciana la dirección del presente Plan en las emergencias declaradas de situación 0, 1 y 2. Corresponderá a la Administración General del Estado la dirección del Plan en las emergencias declaradas de interés nacional (situación 3)”.

2. Sobre su comparecencia en el Congreso y el Senado

“Hemos tenido que poner en peligro lo único que a usted le importa, su futuro político en Europa, para que esté aquí”, ha asegurado Tellado en el Congreso. La Cámara registró la comparecencia “a petición propia” de Ribera “al objeto de dar cuenta de la gestión del Gobierno en relación con la dana que ha afectado a diferentes provincias” el pasado 11 de noviembre. El PP había solicitado su comparecencia también en el Senado, donde tiene mayoría absoluta, el 5 de ese mes.

3. Sobre el supuesto “apagón informativo”

Durante su intervención en el Congreso, Ribera afirmó que “la ley asigna al Gobierno de España dos competencias claras en materia de Protección Civil: generar avisos y datos meteorológicos e hidrológicos y prestar apoyo a las autoridades competentes y al mando único de la emergencia”. Al día siguiente de la dana, Alberto Núñez Feijóo sugirió que la Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no habían facilitado información adecuada para prevenir la tragedia porque son “organismos del Gobierno”. Mazón, sin embargo, agradeció al Ejecutivo su trabajo, pero en los días posteriores, a medida que se destapaba su agenda de la jornada de la catástrofe, se sumó a la tesis de su jefe, en la que este miércoles han insistido los portavoces del PP: “el apagón informativo”. La vicepresidenta explicó en el Congreso cómo funciona cada uno de esos organismos y detalló las horas y el contenido de los avisos relacionados con la dana. Fueron más de 200.

La Aemet lanza predicciones y avisos, siguiendo los criterios europeos EMMA-Meteoalarm. La CHJ mide y comunica en tiempo real datos sobre la pluviometría, el nivel y volumen de embalses, y el nivel y caudal de los ríos. “Son los organismos de protección civil”, ha recordado Ribera, “los que usan dicha información junto al resto de datos relevantes, incluidas las llamadas al 112, en su proceso de toma de decisiones, emisión de alertas y la gestión de las emergencias”.

Tras varios avisos previos sobre la dana -el primero, el jueves 24 de octubre-, la Aemet, ha recordado la vicepresidenta, llamó a las 7.31 del martes 29 a Protección Civil de la Generalitat para informar de que elevaba a rojo el nivel de aviso “en la zona interior norte de la provincia de Valencia”. A las 7.36 se amplió “para el litoral sur”. “Rojo” significa “riesgo extremo por fenómenos meteorológicos no habituales de intensidad excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy alto”, según recoge el Plan Meteoalerta. Ribera ha explicado que solo se da ante amenazas excepcionales: “En los últimos cinco años, sólo uno de cada 400 avisos por lluvia intensa y riesgo de inundación ha sido de nivel rojo”. Con esas alertas, a las 20.45 del lunes, la Universidad de Valencia decidió suspender las clases del día siguiente; la Diputación de Valencia (en manos del PP) envió a sus trabajadores a casa a mediodía del 29, y “hasta 62 municipios de la provincia de Valencia adoptaron medidas” de prevención. “La Embajada de Japón también interpretó el aviso meteorológico y el lunes 28 envió alerta a sus nacionales para que se preparasen para la emergencia y evitasen, por ejemplo, desplazamientos innecesarios”, añadió.

En cuanto a la Confederación Hidrográfica del Júcar, como ha comprobado este diario, el 29 de octubre remitió hasta 194 avisos relacionados con la dana al Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunidad Valencian, 60 de ellos, mientras Mazón comía con una periodista en un restaurante, según su propio relato. Ribera se ha detenido en estos mensajes para desmentir el “apagón informativo” del que habla el PP: “Entre las 16.26 y las 20.12″, ha dicho, “la Confederación Hidrográfica del Júcar emitió nueve mensajes advirtiendo de elevados registros de precipitación en la rambla [del Poyo]: de esos nueve, siete se producen entre las 16.26 y las 18.43″. La vicepresidenta ha explicado que el dato más importante en zonas de orografía abrupta y proclive a inundaciones repentinas es el de las lluvias. “Los datos hidrológicos en tiempo real difícilmente bastan por sí solos para proteger a la población. Alertar y actuar a tiempo a partir de un aviso meteorológico es la medida más importante para minimizar daños (…) Una precipitación intensa en cabecera de los barrancos se traduce muy rápidamente en un pico de avenida aguas abajo: son las lluvias registradas aguas arriba las que determinan la crecida de caudales aguas abajo. El tiempo de reacción en este caso es muy limitado. Por ello, en las cuencas mediterráneas, las alertas han de basarse en las predicciones y avisos de lluvia intensa”. Lo corroboraba en este diario Jorge Olcina, catedrático de Ordenación del Territorio, Climatología y Riesgos Naturales en la Universidad de Alicante: “Lo importante siempre es la lluvia, y la intensidad con la que caiga. El aviso hidrológico es complementario; resulta importante para comprobar cómo la lluvia se convierte en caudal y tomar medidas de detalle en las áreas de circulación fluvial, pero en una inundación relámpago no hay apenas margen de aviso”. Si las lluvias son muy intensas -“torrenciales”, preveía la Aemet-, la crecida puede ser muy rápida, especialmente, en zonas con un relieve pronunciado como la Rambla del Poyo. Según los expertos consultados por EL PAÍS, desde que el agua pasa por el único sensor existente en este barranco hasta que llega a los municipios de Picaña (a 15 kilómetros) o Paiporta (17 kilómetros) apenas hay entre una hora y poco más de dos horas de margen.

El 29 de octubre, a las 12.20, minutos después de que Mazón asegurase públicamente que el temporal remitiría a las seis de la tarde, el jefe de climatología de la Aemet en la Comunidad Valenciana, José Ángel Núñez, con 22 años de experiencia, afirmaba en la radio pública autonómica: “Tenemos que estar más pendientes. En zonas donde no llueve, pueden llegar ríos, ramblas, barrancos muy crecidos y aunque los que nos estén oyendo estén en una zona que no sea de lluvia, no hay que confiarse porque estas situaciones de gota fría con precipitaciones torrenciales en sierras y en montañas de interior son las más peligrosas porque el agua corre, arrastra coches, vemos ríos y barrancos crecidos…”.

4. Sobre el frustrado proyecto en el Barranco del Poyo

“Si no hubiera anulado el proyecto del barranco del Poyo”, ha declarado Tellado, dirigiéndose a Ribera, “se hubieran salvado muchas vidas”. “Lo que de verdad mitiga los efectos de estas catástrofes”, ha insistido Muñoz, “son las obras hidráulicas, la tecnología e inversión y la limpieza de cauces, no el sectarismo climático. Usted paró en 2021 el drenaje del barranco del Poyo alegando que era muy caro. Firmó la declaración de impacto ambiental en 2011, pero en seis años no ha hecho nada. No le eche la culpa a Mariano Rajoy”. “Esta obra de ingeniería”, ha añadido, “hubiese evitado las inundaciones en el barranco y solo costaba 35 millones de euros”.

El PP se refería al proyecto de adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo. El BOE del 5 de enero de 2012 publicó una resolución del Ministerio de Medio Ambiente, firmada por Ribera, que aprobaba la preceptiva declaración de impacto ambiental. El texto explica que “el promotor del proyecto es la Confederación Hidrográfica del Júcar y el órgano sustantivo la Dirección General del Agua, ambas pertenecientes al Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino”. El objeto del proyecto “es la realización de una serie de actuaciones encaminadas a la adecuación ambiental de la cuenca del Poyo, cuya finalidad es la reducción del riesgo de inundación en las poblaciones de Valencia situadas en el ámbito de los barrancos de Pozalet, Saleta y Poyo, alcanzando el nivel de protección necesario para un periodo de retorno de 500 años”. La resolución recuerda que serán precisos varios informes de distintos organismos de la Generalitat Valenciana. Durante su intervención, Ribera se ha referido a “las dificultades de sucesivos Gobiernos con las obras de defensa frente a inundaciones en el barranco del Poyo”. Aquella Declaración de Impacto Ambiental que ella misma había firmado “caducó en 2017 sin que se hubiera tomado ninguna acción ni iniciado el expediente de contratación”. Entre 2011 y 2018, ha añadido, la obra quedó paralizada, “y no fue la única”. “En 2018 [durante la crisis económica], encontramos 50 obras de interés general paradas por falta de inversión”, ha señalado. Desde ese año, ha afirmado la vicepresidenta, “se ha venido trabajando para desbloquear el proyecto buscando un diseño alternativo que permitiera generar consenso entre administraciones”. En marzo y junio de este año recibieron los informes de la Generalitat valenciana requiriendo “desarrollos extra del proyecto para mejorar la integración del paisaje”. “Estamos trabajando en esa reorientación y posterior licitación”, ha concluido.

En todo caso, Ribera ha advertido que tanto esa obra como la de la presa de Cheste hubieran sido “manifiestamente insuficientes” para contener esta avenida de agua: “Es muy importante completar esa tramitación para poder llevarlas [las obras] a la práctica cuanto antes, pero están preparadas para avenidas de hasta 1.500 metros cúbicos por segundo y lo que se vivió fueron 4.000 metros cúbicos por segundo”. “Debemos reforzar lo que hay, ampliar lo que hay, pero también prepararnos en ese contexto de riesgo”, ha añadido.

5. Sobre la limpieza de ríos

Otro de los asuntos que ha sobrevolado la polémica por la gestión de la dana ha sido la supuesta prohibición de limpieza de los ríos, algo sobre lo que el PP ha insistido este miércoles en el Congreso. Ribera ha explicado que la vegetación sirve para mitigar el impacto del agua, pero que eso es compatible con tareas de limpieza de cauces y barrancos. En 2024, se han otorgado 368 autorizaciones para estas tareas. “Nadie ha prohibido nada”, ha subrayado.

Pau Fortuño, biólogo del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) explicaba en este periódico hace unos días: “Teniendo en cuenta el funcionamiento hidrológico de los ríos, el comportamiento correcto sería dejar crecer la vegetación autóctona, que es flexible y robusta a la vez, depura el agua, controla el sedimento, fija el suelo y, en momentos de crecidas, contribuye a reducir la velocidad del agua y de los materiales que llegan desde las partes altas de la cuenca”.





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