Si finalmente se lleva a cabo el plan que están estudiando el Gran Poder y la Macarena para llevar a sus titulares a la Catedral en la madrugada del 7 al 8 de diciembre para participar en la procesión de clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, no será la primera vez que la dolorosa salga durante toda una noche y que no es la Madrugada del Viernes Santo.
La corporación ya llevó a su titular en la madrugada del 18 de septiembre de 2010 desde la basílica al estadio olímpico para que presidiera la misa de la beatificación de Madre María de la Purísima. Además, la Virgen de la Esperanza transitó por lugares por los que no había pasado nunca un paso de una cofradía de penitencia como el puente del Alamillo y el parque.
Desde un principio, esta procesión fue un reto para la hermandad ya que se tuvo que habilitar una ‘capilla’ en el estadio olímpico para albergar a la dolorosa cuando llegó al recinto deportivo y desde que finalizó la eucaristía hasta que regresó a su barrio. Esta circunstancia no estuvo exenta de polémica y hasta de guasa por ciertos cofrades de la ciudad, los cuales llegaron a comentar que la Virgen de la Esperanza iba a salir de los términos municipales de la capital hispalense.
Sin embargo, la hermandad preparó ese espacio con esmero y en ningún momento, una imagen inadecuada durante la estancia en el estadio olímpico. Por otro lado, la procesión partió de la basílica en la madrugada del viernes 17 al sábado 18 de septiembre de 2010 a las 3 y alcanzó el Alamillo a la amanecida.
Calles amplias y amanecida en el Alamillo
La Virgen iba sin palio y en la delantera, se colocaron los candelabros del Rocío de la Macarena. Miles de personas acompañaron a la dolorosa por calles amplias como Don Fadrique, la Venta de los Gatos, concejal Alberto Jiménez Becerril o el puente del Alamillo. Cuando el cortejo atravesó el parque, se vivieron los momentos más hermosos con la amanecida y con el sol dándole en la cara a la imagen.
La Esperanza entró en el estadio olímpico unos minutos después de las ocho de la mañana y fue recibida por el público congregado con una gran ovación, las Hermanas de la Cruz le cantaron a la Virgen y presidió la beatificación de Madre María de la Purísima. Tras la misa, la imagen en su paso se trasladó de nuevo a la ‘capilla’ y comenzó el regreso a partir de las seis de la tarde, entrando finalmente a las tres de la madrugada en su sede canónica tras haber pasado por el hospital que lleva su nombre.
De esa forma, finalizaron 24 horas en las que la Macarena realizó un esfuerzo para llevar a su titular al estadio olímpico, algo similar de lo que se podría vivir el próximo mes de diciembre durante el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular cuando la imagen participe en la procesión junto con la Virgen de los Reyes, el Gran Poder, la Esperanza de Triana, el Cachorro, la Virgen de Setefilla de Lora del Río, Consolación de Utrera y Valme de Dos Hermanas.