«Qué vergüenza que se diga que la presunción de inocencia está por delante del testimonio de mujeres jóvenes». Sábado, 29 de marzo de 2025. Discurso de María Jesús Montero, aplaudido. Congreso Provincial del PSOE de Jaén.
1. Necio, según el Diccionario RAE, equivale a ignorante, una persona falta de inteligencia o razón. Quien dice lo antes transcrito es alguien que ignora los derechos fundamentales garantizados por la Constitución: a la presunción de inocencia, art. 24.2; a la igualdad ante la ley, sin discriminación por razón de sexo, art. 14. Es decir, un necio, un ceporro.
2. Necia ministra. Necia aquí es el adjetivo que califica al sustantivo ministra. Tenemos así a una necia que es ministra, que forma parte de un Gobierno y que es ignorante en Derecho, pero operaria en fines políticos. Y como se oye, un ignorante malo es más peligroso que un listo malo.
3. La espiral del silencio de Elizabeth Noelle-Neumann. Esta politóloga alemana explicó cómo, ante una cuestión interesadamente controvertida, si alguien, persona o grupo, expresa una cateta opinión, pero «oficial» sobre dicha cuestión, la inmensa mayoría no participa en el debate público y se calla, por comodidad o por cobardía de ser criticada como antipopular.
El dibujo es bien expresivo: una espiral que va creciendo desde la nada de abajo hasta ocupar toda la parte superior del cuadrado. Por cobardía, por miedo, la gente resta silenciosa. Los populistas sin razón alguna, pero apoyados por los medios aduladores de lo incorrecto, se hacen con el cuadrado de la comunicación.
4. Pues no. Ya no. Llevamos años con incompetentes y necios opinando, respeto a la libertad de opinión. Pero no se admite que se insulte a los que leemos y pensamos. Los tiempos han cambiado, y mucho, desde el imbécil eslogan «solo sí es sí», de perniciosos frutos.
5. Una pregunta. Necio equivale a estúpido, incluso a gilipollas, palabra ya en el Diccionario de la RAE. Se suele decir de ellos que tienen el cerebro vacío. Si alguien nombra a una necia ministra del Gobierno, y la asciende ni más ni menos que a vicepresidenta primera, ¿qué tiene en el cerebro quien la designa y eleva a esa categoría política?
P.S. Antaño fue la lucha de clases, pobres-ricos. Ahora parece que la lucha es «los poderosos» (futbolistas, jueces y juezas, etcétera) frente a débiles mujeres… La necedad puede ser superlativa, fuera de toda medida. Y aquí y ahora se superan todos los días las marcas conocidas de necedad. Por poco tiempo ya.