“Cambio de paradigma” en la introducción de cocaína en Canarias procedente de Sudamérica. La Policía Nacional ha anunciado este viernes la desarticulación de una “poderosa” organización de narcotransportistas que había implantado en las islas el modo de operar usado en el Estrecho: introducía la droga en las islas mediante narcolanchas y posteriormente la distribuía a Europa y a distintos puntos de África. En la operación, bautizada Sombra Negra, han sido detenidas 48 personas (47 españoles y un ciudadano británico) y se han intervenido 19 embarcaciones y motos acuáticas, seis inmuebles, cuentas bancarias, tres armas de fuego y cerca de 100.000 euros.
La Policía calcula que se han incautado, al menos, de 4.000 kilos de estupefacientes, aunque la cantidad final probablemente termine siendo muy superior, según ha contado este viernes el comisario principal Antonio Martínez Duarte, jefe de la Brigada Central de Estupefacientes (Udyco) en una conferencia de prensa en las Palmas de Gran Canaria.

Más allá de las cifras concretas de la operación y del desmantelamiento de una organización que estaba ganando fuerza, tanto Martínez Duarte como el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, y el jefe superior de Policía en Canarias, Jesús María Gómez Martín, han celebrado lo que han considerado “un cambio de paradigma” en las islas. “Se ha roto una dinámica de usar Canarias para llevar droga a África”, ha asegurado Pestana. “Hemos detectado cómo las organizaciones habían cambiado sus rutas y sus medios de transporte para operar en la fachada atlántica”, ha explicado el delegado del Gobierno. “Queremos seguir siendo el freno, la muralla de contención para que esas organizaciones cambien sus planes, queremos que traficar en España y en Canarias resulte incómodo”.
Los responsables policiales han detallado que en la operación, dirigida desde el Juzgado Central de Instrucción Número 3 de la Audiencia Nacional, han trabajado hasta 500 agentes tanto de las islas como de la península. Además, ha contado con la colaboración de como la Agencia Nacional del Crimen del Reino Unido (NCA, en sus siglas en inglés), la Agencia Antidroga de Estados Unidos (Drug Enforcement Administration, DEA), Europol, y el Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en materia de Narcotráfico (MAOC-N), con sede en Lisboa, además de autoridades de Francia, Polonia, Portugal, Colombia y Cabo Verde. “Son muchos meses de investigación, la colaboración internacional ha sido importantísima”, ha incidido Martínez Duarte.
Las pesquisas pusieron de relieve la existencia de una red criminal que operaba desde Colombia y Brasil hasta el archipiélago canario. Introducía grandes cantidades de cocaína en el territorio español a través de embarcaciones de alta velocidad. Este sistema, conocido como go fast, consiste en el uso de vehículos de alta velocidad para eludir la vigilancia policial y cruzar fronteras con grandes cantidades de estupefacientes. El método incluso ha evolucionado para adaptarse a las carreteras y rutas terrestres.
Estos narcotranportistas operaban con una jerarquía. En primer lugar, estaban los encargados de trasladar la droga, sobre todo cocaína, desde un punto de carga en Sudamérica hasta las aguas cercanas a Canarias. Usaban, para ello, un buque nodriza que podía ser un velero o una embarcación semirrígida. Una vez cruzado el Atlántico, se pasaba la mercancía a lanchas rápidas. Según el cuerpo policial, recurrían a comunicaciones encriptadas, terminales satelitales y un lenguaje codificado para evitar ser detectados y dificultar cualquier investigación policial. Además, la investigación reveló que se servían de un pecio abandonado en Lanzarote que estaba semihundido como plataforma de repostaje para las embarcaciones o lanchas rápidas. Se localizaron, incluso, numerosas garrafas y petacas vacías que posteriormente trasladaban a esta embarcación. El último punto lo constituía el desembarco en playas poco transitadas o zonas portuarias secundarias.
Las investigaciones desembocaron el martes en un operativo policial que llevó a cabo 29 registros en Lanzarote (14), Gran Canaria (13) y Fuerteventura (2). En ellos, se intervinieron aproximadamente 100.000 euros, numerosas cuentas bancarias de hasta nueve entidades distintas, droga destinada al tráfico a mediana escala, tres armas de fuego cortas, abundante documentación y útiles destinados al tráfico marítimo como teléfonos satelitales y dispositivos de geolocalización. “No solo se evita el tráfico de drogas, sino también el blanqueo de dinero”, ha apuntado Anselmo Pestana.
Los esfuerzos de esta organización por introducir cocaína con este método, en los que las cantidades son inferiores a las que pueden camuflar en contenedores a través de los puertos, muy vigilados, son consecuencia en parte, de la incautación policial en octubre del año pasado en el Puerto de Algeciras de 13 toneladas de cocaína escondidas en un cargamento de bananas, y que se convirtió en el mayor alijo intervenido en el país hasta hoy. Esta investigación permitió desarticular una importante organización dirigida desde Dubái que les proporcionaba “una ruta segura de entrada de la droga” que ahora se había perdido, explican fuentes policiales. De ahí los intentos por intentar remontar y encontrar nuevas vías.
Las cantidades de cocaína incautada han subido un 30% en toda Europa en 2023, el último año del que se tienen datos oficiales. Bélgica (123 toneladas), España (118 toneladas) y Países Bajos (59 toneladas) acumulan casi tres cuartas partes (72%) de la cantidad total incautada, lo que pone de relieve su papel como puntos de entrada clave para el tráfico de cocaína con destino a Europa, aunque los datos preliminares de 2024 sugieren que la situación está cambiando. El último informe europeo sobre drogas, presentado este jueves en Lisboa, indica que se está utilizando otros países de entrada como Alemania (43 toneladas), Francia (23 toneladas) y Portugal (22 toneladas).