Se ha matado a la radio musical como medio de comunicación periclitado unas 37 veces, o 38, pero ahí sigue, viva y testaruda en un mundo cambiante, con un aumento exponencial de voces digitales, un cambio de paradigma en los modelos de negocio y con la Inteligencia Artificial a punto de derribar la puerta. ¿Tiene futuro la radio musical tal y como la conocemos?, ¿ha de variar la forma de comunicación tanto del medio como de quienes alimentan desde las agencias de comunicación el material con el que la radio acompaña a los artistas que programa dotándoles de contenido más allá de sus canciones?, ¿merece la pena estudiar comunicación en un mundo en el que parece que cada individuo, o al menos los más jóvenes, se informan a demanda a través de los influyentes en su red predilecta?
Estas eran algunas de las preguntas que se formularon en los paneles que auspiciados por Los40 y BIME (encuentros anuales de la industria musical internacional en Bilbao) reunieron ayer en la Casa Seat de Barcelona a una serie de profesionales de diversos ámbitos de la comunicación y la industria musical, que reunidos bajo el epígrafe de “Has streaming killed the radio stars?”, no sabían The Bugles lo socorrido que iba a ser el título de su éxito de 1981 Video Killed The Radio Star, intentaron desbrozar el ramaje que oculta el futuro.
Y no, nadie sabe cómo será, por algo el futuro está más allá, pero eso no movió a los participantes a aventurar malos tiempos para la lírica. El más categórico fue, quizás, Enric Marín, decano de la Facultad de Ciencias de la Información de la UAB, quien en la apertura de la jornada destacó que la radio tendrá salud en ese futuro aunque ello implicará saber adaptarse a los nuevos tiempos. También sugirió que el periodismo, en una sociedad como la actual y también en la futura, tendrá un papel de suma importancia como herramienta para entender lo que sucede a nuestro alrededor, sea o no musical. Por su parte Vicent Argudo, director de Música de PRISA Media, destacó que la radio fue en realidad la primera red social, en su caso aglutinadora, mientras que las redes actuales, en su enorme pluralidad dispersan la opinión con sus distintos enfoques. No había en ello recriminación alguna, ya que como indicó Rubén Irisarri, director de BIME, esa misma pluralidad ha cambiando el panorama musical estableciendo fronteras más porosas que antaño entre los distintos estilos musicales e incluso entre la percepción de música comercial de gran impacto y la que tiene una vocación más minoritaria. Estas ideas, formuladas a las primeras de cambio, sobrevolaron las dos mesas redondas que dieron fuste a las jornadas.
En la primera se pusieron de manifiesto tres de los posibles modelos de radio actual. Por un lado el clásico y aún efectivo basado en la reiteración de una serie de canciones presentadas por personas de carne y hueso y cuyo listado ayudan a establecer estudios de mercado que determinan con mayor o menor grado de acierto los gustos del público y sus deseos. Es el caso de Los40, cuya fórmula funciona pese a todos los cambios dada su capacidad de adaptación a los vaivenes estéticos del mercado. Y por encima de todo un hecho, significado por Toni Sánchez, director de Los40, al indicar que pese a todo, a un artista le sigue emocionando escucharse por vez primera en la radio. Radio Primavera Sound sería otro modelo, basado en el podcast más que en la repetición prescriptiva, en el comentario periodístico y en el alejamiento del fantasma del invisible algoritmo.
El tercer modelo fue expuesto en torno a una emisora comunitaria de Glasgow, Buena Vida, destinada a promocionar las músicas más alejadas del gran mercado. En lo que todos parecieron de acuerdo fue en el comentario de Bruno Sokolowicz, locutor de Los40, quien indicó que la radio es hoy un elemento más en la consecución del éxito de los artistas junto al streaming y a las redes, y que el factor humano, la persona que presenta los temas o los comenta, sigue siendo fundamental.
En la segunda mesa se trató cómo las estrategias de comunicación de las agencias que representan a los artistas y/o festivales se han de adaptar a unos medios fragmentados (digitales, analógicos, tradicionales, novedosos). El mejor ejemplo lo aportó Vicent Argudo, quien explicó cómo los desastrosos acontecimientos de Valencia han impuesto a la gala de Los40 Music Awards que se celebra este viernes en el Palau Sant Jordi de Barcelona, una reconversión parcial, y en tiempo récord, en una gala benéfica con la aquiescencia de todas las partes implicadas. La realidad impone sus reglas por encima de cualquier planificación. Eso nada lo cambia. Y en el ámbito de estas celebraciones, esta noche en El Molino, primera actuación en España de Teddy Swims. La música siempre se abre camino.