Estos das la Barcelona cultural se ha visto sacudida de nuevo por su fusin con El da del Watusi, que en este caso no es un mulato que mide 7 pies y pesa 169 libras, sino la adaptacin teatral que Ivn Morales ha realizado, dirigindola, de la emblemtica novela de Francisco Casavella.
Sus dos semanas en el Teatre Lliure de Grcia, del 21 de abril al 5 de mayo, se han alargado en el runrn callejero y meditico por la expectacin generada. El no hay billetes en todas las funciones ha creado una lista de espera especial, un por si acaso innovador ante uno de los grandes estrenos de la temporada, ms si cabe por un reparto de excepcin encabezado por dos premios Goya como Enric Auquer y Bruna Cus. l es el protagonista absoluto y ella un engranaje ms en la maquinaria de secundarios de verdadero lujo, cada uno polivalente a la hora de plasmar en sus roles un texto muy exigente en esta adaptacin de cuatro horas que obliga a repartir papeles, intensos y siempre bien solventados, con lucimiento para todos y cada uno de los implicados.
Todo este revuelo slo puede entenderse, antes de volver a la obra, si contextualizamos el fenmeno El da del Watusi. La novela de Casavella es una triloga publicada entre 2002 y 2003 por Mondadori. La componen Los juegos feroces, Viento y joyas y El idioma imposible. En ellas se narra un largo periodo de la historia barcelonesa, catalana y espaola desde los ojos del informante Fernando Atienza, un pcaro de manual envuelto en los meollos cotidianos de la Transicin y antes curtido en las desaparecidas chabolas de Montjuic, donde renacer el 15 de agosto de 1971, el da del Watusi, el ms importante de su vida.
La leyenda fue macerndose durante casi tres lustros. Francisco Casavella falleci en 2008 a los 45 aos. La triloga era casi inencontrable y esto, unido a la desaparicin fsica del autor, la convirti en maldita. En 2010 se adapt El idioma imposible al cine, dirigida por Rodrigo Rodero, sin mucho eco, no como la recuperacin integral de El da del Watusi en enero de 2016 con prlogos de Miqui Otero, Kiko Amat y Carlos Zann. Hoy en da Otero es uno de los flamantes fichajes de la nueva Alfaguara, Amat uno de los mejores novelistas de su generacin y Carlos Zann dirige el Festival Bcnegra.
La publicacin tuvo algo de sistematizar el underground desde el simulacro de no perderlo en medio de todos estos movimientos. La recuperacin era necesaria y se reivindicaba desde una Barcelona canalla, de bajos fondos preolmpicos, prosa muy afinada a la par que delirante y el marchamo pop. El da del Watusi pas a ser, de repente, la gran novela de Barcelona, palabras mayores en ese gnero propio surcado por firmas de tanta enjundia como Merc Rodoreda, Juan Mars, Carmen Laforet e incluso Enrique Vila-Matas, narrador oculto de la Ciudad Condal.
La simplificacin del mito ha banalizado la profundidad del Watusi, una novela muy mencionada y con toda seguridad poco leda, quiz porque abrume entre la sobredosis de citaciones, con peligro de transformarse en eslganes, y sus casi 900 pginas.
La extensin era el gran riesgo de adaptarla al teatro e Ivn Morales, obsesionado con el proyecto desde hace ms de un lustro, la canaliza en tres actos, con dos intermedios, muy enfocados en ser fieles al texto de Casavella, cribndolo a la fuerza porque de otro modo toda la intensidad desplegada se hara insoportable.
Todos los espectadores deseaban que comenzara la obra. Enric Auquer est envuelto en los ltimos tiempos de cierta aureola, como si fuera el actor que viene o ya ha llegado, sobre todo tras su actuacin en El profesor que prometi el mar, pelcula dirigida por Patricia Font. Llevar la voz cantante del Watusi y ser tres veces Fernando Atienza no est al alcance de cualquiera. En la primera parte es ese nio adolescente de las barracas crecido a palos que se ve implicado junto a su amigo el Yey, interpretado por un sensacional Guillem Balart, en un acontecimiento revolucionario, la muerte de la Elsa, la hija del Celso, y la persecucin del Watusi, ese prodigio invisible e omnipresente.
En la segunda parte pudimos percibir en algunos de los asistentes una sensacin muda. El Lliure no es un teatro de barriada, as como el Watusi a priori no es una prosa desconocida, pero asistir a la obra sin leer la novela debe ser un trance alucinado con momentos donde el todo se hace largo, algo remediado por la relativa brevedad del tercer acto, donde Raquel Ferri sobresale como Elsa en su complicidad actoral con Auquer. l, Fernando Atienza, es el vrtice de toda esta comedida locura bien regada de msica, algn desnudo y mucha, quizs demasiada concentracin de energa en la que hay algo de lucha contra la imposibilidad de rendir justicia a la magnitud de lo escrito por Francisco Casavella.
Lo ms simblico de todo este reclamo primaveral con El da del Watusi es cmo la novela sirve como marco referencial de la cultura institucionalizada. El Lliure, como la novela de Casavella, encarna un espacio frecuentado por los happy few con capacidad de legitimar y hacer suyo un determinado discurso en apariencia rompedor por cmo se vende.
La triloga jams fue underground, si bien su mito se mercantiliz como tal en el imaginario de un pop a la postre nada corrosivo al ser sistmico. Josele Santiago se inspir en dilogos de Viento y Joyas, muy bien interpretados en las tablas del Lliure por Xavi Sez, para su cancin Cmo rer. La fama del Watusi es un poco como su homnimo personaje: siempre est en boca de todos cuando casi nadie lo ha visto.
