La tormenta tropical Ernesto azotó el noreste del Caribe el martes mientras avanzaba hacia Puerto Rico, donde las autoridades cerraron escuelas, abrieron albergues y ayudaron a trasladar a docenas de papagayos en peligro de extinción a salas a prueba de huracanes.
Se pronostica que Ernesto se convierta en huracán el martes por la noche, mientras el vórtice de la tormenta pasa al noreste de Puerto Rico con rumbo a Bermuda. Los meteorólogos emitieron una alerta de huracán para las Islas Vírgenes estadounidenses y británicas, así como para las diminutas islas puertorriqueñas de Vieques y Culebra, que son populares entre los turistas.
«Dado que hay cierta posibilidad de que Ernesto se convierta en huracán mientras esté cerca de las Islas Vírgenes, sigue en vigor una alerta de huracán«, indicó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
La tormenta avanzó sobre las Islas Vírgenes estadounidenses el martes y se tiene previsto que pase a poca distancia del noreste y el norte de Puerto Rico la noche del martes y en las primeras horas del miércoles. Se presume que después se desplazará hacia aguas abiertas y se sitúe cerca de las Bermudas el viernes.
Intensas lluvias azotaban ya Puerto Rico, y los fuertes vientos dieron al océano un tono turquesa lechoso, mientras las personas se apresuraban a terminar de reforzar sus casas y negocios.
«Esperando que se vaya rápido», dijo José Rodríguez, de 36 años, mientras subía al techo de la cabaña de madera de su tío en la comunidad afrocaribeña de Piñones, en la costa norte de Puerto Rico, para reforzar el negocio, famoso por su comida frita.
Ernesto se ubicaba a 30 kilómetros (20 millas) al este de Santo Tomás la tarde del martes. Tenía vientos máximos sostenidos de 100 kilómetros por hora (65 millas por hora) y se desplazaba al oeste-noroeste a 30 km/h (18 mph).
«Tendremos fuertes lluvias«, dijo el gobernador Pedro Pierluisi mientras instaba a las personas a que estuvieran refugiadas para el atardecer del martes.
El mandatario activó a la Guardia Nacional, mientras los equipos visitaban áreas proclives a inundarse en toda la isla, así como a los residentes de mayor edad, como parte de las preparaciones de último momento. Mientras tanto, funcionarios del Departamento de Recursos Naturales que trabajan en los centros de reproducción del único papagayo nativo que queda en la isla, la cotorra puertorriqueña, trasladaron a los ejemplares a recintos cerrados.
Ernesto Rodríguez, del Servicio Meteorológico Nacional, advirtió que la trayectoria de la tormenta podría cambiar conforme se aproxima a Puerto Rico.
«No debemos bajar la guardia», dijo.
Mientras la lluvia intermitente caía en la región noreste de Puerto Rico, los residentes de la empobrecida comunidad de Piñones trataban de trabajar unas cuantas horas más antes de la tormenta.
María Abreu, de 25 años, preparaba empanadas fritas rellenas de camarón, cangrejo, pollo e incluso carne de iguana, mientras esperaba a sus primeros clientes.
«Ellos siempre vienen. Las compran por si se va la luz», dijo.
Cerca de ahí, Juan Pizarro, de 65 años, había recogido alrededor de 100 cocos de las palmeras que se sacudían con la fuerte brisa antes de la llegada de la tormenta. Ya había reforzado su casa.
«Yo estoy equipado para todo», dijo.
Los meteorólogos han advertido que se producirán olas de hasta 6 metros (20 pies), inundaciones generalizadas y posibles deslizamientos de tierra, con un pronóstico de lluvia de 15 a 20 centímetros (6 a 8 pulgadas) para Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses, y hasta 25 centímetros (10 pulgadas) en áreas aisladas. En Puerto Rico hay seis embalses que ya se habían desbordado antes de la tormenta.
Las autoridades puertorriqueñas advirtieron que Ernesto provocaría apagones generalizados dado el frágil estado de la red eléctrica, que aún está en reconstrucción después de que el huracán María azotó la isla en septiembre de 2017 con fuerza de categoría 4.
Juan Saca, presidente de Luma Energy, una empresa privada que maneja la transmisión y distribución de energía en Puerto Rico, instó a las personas a reportar los apagones. «El sistema eléctrico de Puerto Rico no está lo suficientemente modernizado para detectar cortes de energía».
Los apagones también eran motivo de preocupación en las vecinas Islas Vírgenes estadounidenses por razones similares, y el lunes se reportaron apagones en las islas de St. John y Santo Tomás.
«No subestimen esto», dijo el gobernador de las Islas Vírgenes estadounidenses, Albert Bryan Jr., cuyo gobierno anunció la mañana del martes que cerraría todas las escuelas.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (FEMA por sus siglas en inglés) repitió esas advertencias y señaló que los residentes de Puerto Rico y de las Islas Vírgenes estadounidenses «deben estar preparados para apagones prolongados».
El martes temprano, Ernesto provocó fuertes lluvias en la isla caribeña francesa de Guadalupe, donde las autoridades cerraron varias calles principales, instaron a las personas a no salir y advirtieron que la calidad del agua potable podría verse afectada por varios días. Mientras tanto, la tormenta derribo varios árboles en Antigua, y dejó sin energía a la mayor parte de la isla. Ernesto también provocó la cancelación de decenas de vuelos desde y hacia Puerto Rico.
Ernesto es la quinta tormenta con nombre de la temporada de huracanes del Atlántico de este año.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés) pronostica una temporada de huracanes en el Atlántico superior a la media para este año debido a temperaturas récord en el océano. Pronostica entre 17 y 25 tormentas con nombre, y de cuatro a siete huracanes de categoría 3 o superior.