No es por abrumar con cifras, es que hay que darlas: en la Universidad de Granada se pueden estudiar 81 especialidades y eso lo hacen aproximadamente 80.000 alumnos. De la provincia de Granada hay casi diez mil, un número inferior al de Málaga y Almería. Y también los hay llegados desde otros puntos de España y de otros países.
Más números, pero pocos porque no conviene abusar: si en Granada capital hay 37 residencias universitarias y diez colegios mayores, es obvio que son insuficientes para los 70.000 estudiantes de fuera. Y eso, si se da por hecho que todos los de la provincia viven en su casa, que es mucho suponer porque Granada es muy grande y lugares como Huéscar, por ejemplo, están a casi dos horas en coche.
Total, que porque quieran o porque se vean obligados a ello, muchos universitarios viven en pisos de alquiler. Y aunque detallar el estado en que se encuentran algunos de ellos daría para otro artículo, de corte sórdido, la noticia, ahora, es que la Universidad de Granada ha editado una Guía de Alquiler Seguro, con una serie de recomendaciones para evitar sorpresas desagradables.
No es un tocho, ni siquiera es un libro. Son veinte páginas en las que, por ejemplo, se detalla cuáles son los elementos esenciales de un contrato de alquiler -datos completos del inmueble, duración del convenio, cuantía de la renta mensual, fianza establecida…- se mencionan las ayudas públicas para el arrendamiento o se advierte de posibles fraudes por parte de particulares o inmobiliarias.
Naturalmente, se advierte también al inminente arrendatario de que cualquier tipo de discriminación racial o sexual no sólo debe ser rechazada, sino también denunciada, y hasta se remite a una página que, sin ser infalible, informa de cuál debería ser el precio del alquiler en cada zona.
La guía desaconseja alquilar sin un contrato por delante, recomienda informarse sobre quién es el casero o la casera, alerta sobre quienes quieren cobrar un año entero por adelantado, situación que deja al inquilino en una clara indefensión y bastante mermado de dinero, pero que por desgracia se produce, y hasta propone qué hacer si se rompe la lavadora durante el curso. Pista: salvo excepciones, debe reponerla el propietario.
Una serie de herramientas útiles, en definitiva, que están al alcance de un clic. Quien esté interesado, puede pinchar en este enlace.