Las ciudades de China están experimentando un hundimiento severo que afecta a un tercio de la población del país y se acelera rápidamente en algunos puntos. Lo afirma un estudio publicado en ‘Science’ realizado por 63 investigadores de China y de las universidades de Houston y New Hampshire. Y lo cierto es que se trata de un fenómeno global que puede disminuir la superficie terrestre existente y afectar al 19% del mundo, según ya señaló anteriormente un grupo liderado por Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
La idea es que China se hunde, mientras el nivel del mar aumenta. Y las causas son el crecimiento masivo de la población urbana concentrada en las zonas metropolitanas, unido «al peso del entorno construido», señala el estudio. Hablamos de miles de edificios y redes de transportes. A ello se une la extracción masiva de agua subterránea que generan espacios vacíos bajo tierra. Y suponen una combinación de factores que harían que un 26% de la tierra costera de China pueda quedar bajo el mar. Lo que dejaría a cientos de millones de personas expuestas a inundaciones.
«El hundimiento provoca fisuras en el suelo, daña edificios e infraestructuras civiles y aumenta el riesgo de inundaciones», afirman los investigadores. Y calculan que «en las últimas décadas, las catástrofes relacionadas con los hundimientos en China ya han supuesto unas pérdidas económicas directas anuales de unos 970 millones de dólares, acompañadas de cientos de muertos o heridos por año«.
Detalles
Solo Pekín tiene 21 millones de habitantes, la ciudad de Shenzhen 13 millones y la ciudad de Cantón, 15 millones. Un crecimiento impresionante, teniendo en cuenta que en 1980 únicamente un 20% de los ciudadanos del país vivían en las grandes urbes. Ahora, son más del 65%. Y así tenemos cien ciudades chinas que tienen más de un millón de habitantes. Un ejemplo reciente de ese hundimiento lo vimos en 2023, cuando más de tres mil residentes de los rascacielos de Tianjian fueron evacuados. Las calles empezaron a quebrarse y los edificios residenciales se inclinaron.
Los investigadores observaron que el 45% del suelo urbano estudiado se hunde a una velocidad superior a 3 milímetros por año. Y el 16% lo hace incluso a un ritmo más rápido, a una tasa de 10 milímetros por año o más. Sin embargo, resulta llamativo que esta cifra sea más acusada en Pingdingshan, una ciudad conocida por su extracción del carbón que desciende a un ritmo de más de 10 centímetros al año.
Y los científicos llegaron a estos resultados después de combinar datos GPS con mediciones satelitales del Sentinel 1. De esta forma midieron el hundimiento del terreno en 82 principales ciudades de China entre los años 2015 y 2022.
Nueva York amenazado
Otro casos son Venecia, Murcia, Osaka y el ejemplo de un estudio más reciente es Nueva York. Un estudio del servicio geológico de Estados Unidos establecía, en 2023, que los miles de rascacielos de la ciudad presionan tanto en algunos puntos que pueden hacer que el suelo baje cuatro milímetros al año. La ciudad neoyorquina soporta actualmente el peso de 1.084.954 edificios. Todos esos edificios pesan 760.000 millones de kilos, lo que equivaldría a unos 140 millones de elefantes. Y la mayoría están concentrados en Manhattan. Y el informe apostilla que cuanto más blando es el suelo, mayor es la compresión de los edificios
A esto hay se unen los 8,4 millones de habitantes, y el peso de sus infraestructuras y automóviles. Y los indicios de que esto está pasando son cada vez más evidentes, con fachadas agrietadas o derrumbes. O movimientos de los cimientos de los edificios en s. Y lo preocupante es que Manhattan se encuentra entre uno y dos milímetros de altura sobre el nivel del mar y el hundimiento medido en esta zona se estima en 2,1 milímetros por año. De ahí, que Nueva York esté en el tercer lugar del mundo en riesgo de inundaciones costeras.
«Además, la exposición repetida de los cimientos de los edificios al agua salada puede corroer el acero de refuerzo y debilitar químicamente el hormigón, provocando el debilitamiento estructural», señalan. Manoochehr Shirzaei, geofísico de Virginia Tech que ha estudiado el hundimiento en ciudades costeras estadounidenses utilizando métodos similares a los empleados en China, dijo a ‘The New York Times’ que la realidad es que «el hundimiento de la tierra es un problema que se pasa por alto«.
Sin embargo, esta sentencia no es necesariamente definitiva. Otras ciudades del mundo que se enfrentan al mismo problema están aplicando soluciones diversas. Países Bajos construye compuertas y diques. Japón mejora la gestión de las aguas subterráneas. Incluso se está inyectando agua a los acuíferos que están agotados. Y en el caso de Indonesia se está levantando una nueva ciudad para trasladar la capital, y con ello pretenden aliviar el peso de la demografía. De modo que el margen de maniobra es hundirnos, por una actividad sin control, o intentar mantenerse a flote.