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Cuesta de Moyano
El kilmetro 0 del libro. Cuesta de Moyano. Esto lo sabe todo el mundo, pero a veces se olvida: la Cuesta de Moyano es uno de los privilegios de Madrid. De cualquier da en Madrid, aunque los fines de semana tiene un motivo casi ritual para quienes gustan de leer libros. En cualquiera de las dos direcciones admite paseo. La Cuesta ech a rodar en 1909. Tiene 200 metros flanqueados de casetas que alojan libros sobados o sobreledos, algunos viejos libros de siempre y tantas novedades de anteayer. En algunos momentos de mi juventud frecuent tanto Moyano que casi gano permiso de asilo en la Cuesta. Miraba ms que compraba. Memorizaba pginas ms que adquirir ejemplares. Y recuerdo bien largas conversaciones con el imbatible Pepe Berchi, aquel librero sabio. En Moyano puedes encontrar casi cualquier cosa: de una primera edicin de Perito en lunas a un nmero suelto de Hermano Lobo o La Codorniz. Por aqu pasaron Valle-Incln (con y sin brazo), Baroja, Azorn, Lorca… El mejor ropero de la literatura. Iban como se va a una farmacia de guardia, buscando remedio.
Museo del Romanticismo
C/ San Mateo, 13
Para traducir algunas claves del siglo XIX espaol hay que pasar por el Romanticismo. No queda otra. La prosa urgente de Larra responde a la urgencia de aquella Espaa. Y los males de Larra son un poco los de todos. Alguien dijo que no se suicid cuando Dolores Armijo apareci en casa del escritor (calle de Santa Clara, 3) para anunciarle que vena a rechazarlo, sino que se qued solo limpiando arma y sta se dispar, como si fuese un Casco Azul. El Romanticismo espaol fue breve, confuso, tmido. Aunque aloj la poesa de Espronceda, Rosala y Bcquer, el teatro de Zorrilla, la msica de Isaac Albniz y de Pablo Sarasate o la pintura primera de Goya y buena parte de la obra de Madrazo. En Espaa fue, como en tantos lugares, una esttica, una actitud y casi un desafo. El museo dedicado en Madrid a este tiempo y movimiento, al que se accede por el 13 de la calle San Mateo, permite conocer qu ocurra en aquellos aos. Cmo era esto de Espaa. Y qu estupendo 1800 se estaba viviendo, a pesar de tantas cosas torcidas como se arrastraban. El Romanticismo es de una conmovedora impaciencia. Eso es algo que se percibe en este museo formidable, donde todo es asombro y estupor para entender que a ciertas cosas de este pas slo se puede llegar desde los caminos del Romanticismo.
‘Nada’
En Disney +
De la misma costura que Jep Gambardella, quien despreciaba con mohn insomne a los romanos capaces de vivir de espaldas al regalo divino de su ciudad, viene el sujeto que protagoniza la miniserie Nada, escrita por Mariano Cohn y Gastn Duprat. Un bonaerense, crtico gastronmico en decadencia, de nombre Manuel Tamayo Prats, e interpretado con impecable soberbia por el actor Luis Brandoni. Este hombre, el personaje, depende de una asistente que fallece de golpe y lo deja a la deriva domstica, siempre a punto de zozobrar. Es un intil de emociones difciles, dandi con lamparones a tiempo parcial, un sujeto fuera del tiempo incluso para su amigo Vincent Parisi (Robert de Niro). Vive del cuidado de no caer un poco ms, pero es difcil. Vive en una crispacin sobreactuada. Y quiz por eso es terriblemente divertido. Y creble. Y porteo. Y araado Gambardella con acento de milonga.
‘Crush’, de R.Siken.
Editorial Ultramarinos
Casi nadie conoce la obra potica de Richard Siken, un estadounidense de Nueva York, donde naci en 1967. Tambin es cineasta y editor. La excelente editorial Ultramarinos, donde Unai Velasco descubre gente, recupera el primer libro de Siken traducido al espaol por Juan Gallego Benot. Lo titul Crush [Aplastar, en ingls]. Gan el premio de Poetas Jvenes de Yale en 2004 y en 200 aparecieron estos poemas desconcertantes, portavoces del dao, algunos con el esmero fortuito del collage de voces. El novio de Richard Siken muri en 1990 y el desconsuelo planea por las pginas de este libro que es una celebracin del cuerpo como escenario del dolor. Este es un libro poderoso, inquietante, emocionado de un modo raro: parece que acecha ms que otra cosa. Merodea alrededor de quien lo lee. Lo he repasado dos veces ms y la sensacin es esa: hay peligro. Hay momentos de altsima emocin y otros de alto desconcierto. Y, principalmente, una escritura que a rachas recuerda tambin al Ashbery que nos gusta. Qu ms da. Hay poesa.