Estaba muy claro desde el momento en que EL PAÍS reveló que Óscar López sustituiría a José Luis Escrivá como ministro de Transformación Digital que el Gobierno ganaba peso político con este movimiento. López, que ha ejercido durante tres años en la sombra como jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, es un político veterano que ha sido casi todo en el PSOE, incluido secretario de organización y portavoz en el Senado. Respira política por todas partes, y si entra en el Consejo de Ministros es para hacer política. Pero por si había dudas, López lo ha dejado claro desde el primer día, en su toma de posesión, y ha apuntado hacia ese papel de ariete frente a la oposición y como escudo del presidente que parece que será una de sus funciones en un Gobierno en el que muchos en el PSOE reclaman siempre más peso político. “Llevo seis años sin hablar en público”, ha recordado López.
Primero estuvo tres años al frente de Paradores, en un puesto sin apenas poder, alejado del presidente, de quien se alejó tras la crisis interna del PSOE en 2017 pese a que eran amigos íntimos. Y los últimos tres, como jefe de Gabinete, ha decidido expresamente que ese puesto reclamaba perfil bajo a pesar de ser decisivo y tener toda la información. “Los periodistas saben las ganas que tengo, porque llevo seis años callado”, ha bromeado. “Tengo muchas ganas, y habrá para todos, también para la oposición. Sobre todo porque en un momento tan bueno para el país las tonterías que hay que escuchar… Hay ganas”, ha insistido el nuevo ministro.
López ha sido fundamental en estos tres años en la elaboración del discurso de Sánchez, de sus intervenciones parlamentarias frente a la oposición. Así que buena parte de los mensajes a la ofensiva del presidente, de las frases contundentes que generaron titulares, eran de López y de su equipo. Ahora será él quien podrá lanzar esos mensajes directamente y entrar al cuerpo a cuerpo con el PP también como una forma de proteger al presidente para que no vayan contra él todos los ataques, uno de los asuntos que más se debaten internamente en el PSOE y en el Gobierno. Sánchez ha ido ampliando el perfil político de su Gobierno, con personajes clave que tienen cada vez más peso como el superministro de Justicia y Presidencia Félix Bolaños, o con la llegada de Óscar Puente, un político que no le teme al choque con la oposición. La llegada de López para sustituir a un independiente como Escrivá, muy técnico y sin perfil político, incide en esta línea, que aún podría reforzarse más con otra vacante que se abrirá en breve, la de la vicepresidencia de Transición Ecológica, ya que Teresa Ribera está a punto de incorporarse a la Comisión Europea.
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