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Todo salió a la luz después de muchos rumores y una confesión. El 16 de noviembre, que era sábado, la menor de 13 años le confesó a su madre que dos profesores de su escuela abusaron sexualmente de ella. Esa confesión tuvo lugar aproximadamente a las 2:30 de la tarde. A partir de allí, la familia puso una denuncia, uno de los imputados se fugó y los rumores corrieron como la pólvora en San Pedro de Macorís.
Diario Libre tuvo acceso a la solicitud de medida de coerción del Ministerio Público. Esta es la desgarradora historia de una niña que habría sido violada por dos profesores de su escuela, quienes estaban llamados a educarla, pero ella asegura que abusaron se ella.
El momento de la denuncia
Cuando ella le confesó a su madre que había sido violada por dos de sus maestros, saltaron las alarmas en la familia. Esa difícil confesión, más aún para una niña de 13 años, tuvo lugar el sábado, 16 de noviembre. La familia decidió denunciar el hecho de inmediato.
El lunes 18, muy temprano por la mañana, el padre de la menor acudió a la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia de Género de San Pedro de Macorís para poner una denuncia. Marcaban las 8:54 de la mañana. Según la niña, dos profesores de su escuela, Alejandro Roberto Bello y Fernando Altagracia, habían abusado sexualmente de ella. Uno en la iglesia y el otro en la escuela, respectivamente. Alejandro era su profesor de matemáticas. Fernando, por su parte, enseñaba inglés y francés.
Las declaraciones de la víctima
Una vez puesta la denuncia, ese mismo día, la psicóloga forense Andreina Pilar Vásquez procedió a entrevistarla para hacer un informe. Según el informe, la menor se mostró tranquila, aunque manifestando sentimientos de culpabilidad durante el encuentro.
Con relación al prófugo Alejandro Roberto Bello, la niña de 13 años manifestó: «Él ponía su parte en mi parte, me hizo eso como tres veces. Me agarraba la mano, pero yo le hacía fuerza». Según las declaraciones de la víctima, esos abusos tuvieron lugar en la iglesia. «Él llegaba temprano a la iglesia, pero yo no sabía que él estaba allí. Yo tenía miedo de hablar», explicó a la forense.
Respecto a Fernando Altagracia, la niña manifestó lo siguiente: «Él me manoseaba, me ahorcaba, me pasaba sus manos en todas partes, se sacaba su pene y me obligaba a ponerme su pene en mi boca«. Estas presuntas violaciones habrían tenido lugar en las aulas, unos tres meses atrás, tal y como declaró.
Psicóloga: ¿Y qué tú piensas de todo esto? ¿Cómo te hace sentir esta situación?
La niña: Yo realmente me siento muy mal, me siento culpable por quedarme callada, pero me dicen que al yo ser niña no tengo la culpa.
Tras esta entrevista, la menor se sometió a una evaluación ginecológica. La doctora Subeidy Bentura determinó que presentaba la membrana himeneal con desgarro antiguo, es decir, una lesión vaginal que se produjo hace más de 10 días; y la región anal sin lesiones.
El prófugo, el arresto y la entrevista al acusado
Dos días después de la denuncia y la entrevista a la víctima, el Ministerio Público solicitó una orden de arresto contra los imputados Fernando Altagracia y Alejandro Roberto Bello. Esta orden fue autorizada el día 20 y ejecutada el 21 de noviembre.
A las 10:15 de la mañana, el cabo Guerrier Castro Richarson aplicó la orden de arresto contra Fernando Altagracia. Sin embargo, el otro implicado no fue localizado. Alejandro Roberto Bello sigue prófugo.
Esa noche, Fernando Altagracia durmió en el calabozo, bajo vigilancia de la justicia. El día siguiente iba a responder a las preguntas de la investigación en compañía de su abogado.
Amaneció el viernes, 22 de noviembre, el día del interrogatorio. El acusado que no se fugó, Fernando Altagracia, respondió a las preguntas de las autoridades.
¿En algún momento usted se quedaba solo con algún estudiante?
– No, es algo que no es debido.
En el informe psicológico ella lo acusa de que usted fue el primero que la violó y que el hecho ocurrió en el aula.
– Hay algo que quiero responder y que me resulta inverosímil, porque las aulas son cursos divididos y están separadas por playwood, no tiene sentido, no tiene lógica, las aulas no se quedan solas.
Negó ser culpable de las acusaciones. Sin embargo, lo que está claro es que él tenía evidencia de las conversaciones entre la víctima y el profesor Alejandro, y no dijo nada hasta que le pidieron que las compartiera.
Los rumores antes de la denuncia formal
La escuela fue el escenario de todos los rumores días antes de que el padre de la víctima pusiera la denuncia formal y de que la víctima confesara a su madre las violaciones.
Los rumores empezaron en la escuela el 14 de noviembre. Daniela Cueto, conserje de la institución, se dio cuenta al llegar al centro. Le comentaron sobre la situación entre el profesor Alejandro con una alumna. Junto a otras profesoras, Cueto descubrió que había capturas de pantalla de conversaciones de Whatsapp. El profesor Fernando tenía esas conversaciones en su celular. Según las declaraciones de Cueto, tuvieron que insistir a Fernando para que facilitara dichas capturas.
En ese punto entra en juego la psicóloga y orientadora del centro, Eridania Sinencia. «El profesor Fernando se lo dijo a la maestra Yonaira y ella me lo comentó a mí. Yo elaboré dos informes: uno el día 13 y otro el 14». En su declaración, la orientadora explicó que los mensajes eran comprometedores. «Recuerdo que decían: Te amo, te extrañé hoy, ¿por qué no fuiste al centro hoy?, te lo puedo m…. hoy, hoy no puedo, estás linda mami», entre otros mensajes.
Cuando los profesores se dieron cuenta de estas conversaciones, empezaron las reuniones. «El 14 de noviembre nos reunimos en la finca del coordinador Luis Alberto Sosa», declaró. En esa reunión se juntaron la orientadora, el coordinador, la directora Mercedes Herrera y el profesor Alejandro Bello. «Cuando le preguntamos al profesor Alejandro, se negó, dijo que todo era mentira, que eran rumores, que era un hombre de la iglesia, de familia».
Un día después de esta reunión, Mercedes Herrera habló con el director del Distrito, Luis Eduardo Elías, y le informó de las conversaciones del profesor Alejandro con la menor. Acto seguido, presentó una solicitud de traslado del profesor. Al día siguiente, tras muchas horas de rumores y reuniones, la menor confesó a su madre que había sido violada, el 16 de noviembre. Entonces se desató el aparato judicial, que imputa a los dos maestros de violación.