Se ha hablado y escrito mucho acerca del atractivo que tienen ciertas personas, quizá porque es muy difícil de concretar y definir. Hay quienes entran a un lugar e, independientemente de su apariencia física, atraen todas las miradas y el interés de los demás. Hay quienes caen bien a la mayoría de las personas que se cruzan en su vida, y la mayoría no sabría establecer por qué. A estos individuos les suele ir bien en el trabajo, en sus relaciones personales y en todas las actividades que llevan a cabo con otros seres humanos.
Esta especie de esencia que tienen estas personas atractivas, como decíamos, se ha estudiado mucho a lo largo de los últimos años, y ya están saliendo conclusiones al respecto que pueden dar luz a qué tienen ellas que el resto carece. A continuación te damos los resultados de una nueva macroinvestigación llevada a cabo con más de 4.000 personas.

Una persona guapa puede ser atractiva en un principio, pero si no cuenta con esa ‘magia’ o ‘esencia’, en seguida pierde el interés de los demás. Por eso, y dado que la belleza no parece tener vinculación alguna con el atractivo personal de un individuo, los investigadores siguen dándole vueltas al tema para sacar sus conclusiones.
Así, en un reciente macroestudio, publicado en el British Journal of Social Psychology, los investigadores analizaron diez estudios con más de 4000 participantes. Para ello, crearon numerosos escenarios para evaluar si el comportamiento prosocial, también conocido como comportamiento de ayuda a otras personas, influía en su atractivo físico percibido.
A los participantes se les presentaron diferentes situaciones, como escenarios imaginados de personas que presentan actos amables o ejemplos de la vida real en los que ciertas personas se comportaban bien, entre otros. Mientras tanto, las personas del estudio también observaron imágenes de personas mientras leían descripciones de sus comportamientos, para luego calificar su su atractivo físico. Asimismo, y lo que es más interesante, en ocasiones no había imágenes de personas, lo que permitió a los investigadores comprobar si los efectos trascendían las impresiones visuales, detallan desde Men’s Heath Uk.

«El equipo de investigadores también tuvo en cuenta las percepciones de atractivo en un contexto neutral; comparó el efecto de la amabilidad constante y los actos puntuales; y exploró la diferencia entre otros rasgos positivos como el humor y la inteligencia en comparación con la amabilidad», añaden.
Amabilidad y prosocialidad
Tras analizar los resultados, se descubrió que había un vínculo consistente entre las acciones prosociales y mayores puntuaciones de atractivo físico. La prosocialidad se define como la conducta voluntaria y beneficiosa para los demás, que se relaciona asimismo con el desarrollo emocional y la personalidad; y comprende acciones de ayuda, cooperación y altruismo para con los demás.
Además, las personas descritas como amables o serviciales fueron calificadas como más bellas que quienes no lo eran. No se observaron diferencias entre observadores masculinos y femeninos. De esta forma, se demostró que la amabilidad continua tiene el mayor efecto sobre las acciones esporádicas o puntuales. Ser servicial también marcó una diferencia mayor que otros rasgos positivos.
Este estudio sugiere que la amabilidad podría ser más importante en nuestra percepción de la belleza de lo que solemos suponer
«Pensábamos que la prosocialidad desempeñaría un papel importante, pero no esperábamos que superara rasgos como la inteligencia y el humor», declaró a PsyPost Natalia Kononov, autora del estudio. «Este hallazgo sugiere que la amabilidad podría ser más importante en nuestra percepción de la belleza de lo que solemos suponer».

Otros rasgos de la personalidad que marcan la diferencia
Como decíamos, se ha escrito mucho sobre el tema. Una de las personas que más ha sabido poner por escrito sus conclusiones al respecto del atractivo ha sido el escritor estadounidense Napoleon Hill (1883-1970), considerado el autor de libros de superación más prestigioso del mundo.
En uno de sus libros, La filosofía del éxito: 17 lecciones originales para triunfar, Hill ofrece los diecisiete principios del éxito que él mismo descubrió tras más de veinte años de investigación y que marcan que «la personalidad es la suma total de los rasgos y hábitos mentales, espirituales y físicos que distinguen a un individuo de todos los demás; es el factor que, más que ninguna otra cosa, determina si uno es querido o rechazado por los demás», detalla Hill en su libro, tal y como te contamos en THE OBJECTIVE más ampliamente hace unos meses.
«La personalidad de una persona es su mayor activo o su mayor pasivo, puesto que abarca todo lo que controla: su mente, su cuerpo y su alma. La personalidad (…) da forma a la naturaleza de sus pensamientos, sus actos y sus relaciones con los demás, y establece los límites del espacio que ocupa en el mundo», señala Hill, quien detalló cuáles eran estos rasgos de personalidad que hacen a una persona irremediablemente más atractiva:
- Actitud mental positiva
- Flexibilidad mental
- Sinceridad en el propósito
- Celeridad en la toma de decisiones
- Cortesía básica
- Un tono de voz agradable
- El hábito de sonreír
- Expresión facial
- Tacto
- Tolerancia
- Franqueza en los modales y en la forma de hablar
- Un agudo sentido del humor
- Fe en la Inteligencia Infinita
- Un gran sentido de la justicia
- Idoneidad de las palabras
- Control de las emociones
- Atención e interés
- Discurso eficaz
- Versatilidad
- Afecto por la gente
- Control del temperamento, clave del éxito
- Esperanza y ambición
- Templanza
- Paciencia
- Humildad de corazón
- Presencia personal adecuada
- Puesta en escena efectiva
- Deportividad
- Estrechar la mano correctamente
- Magnetismo personal
Como vemos, el atractivo personal se parece mucho al amor: se puede hablar de él, estudiarlo y contabilizarlo, pero nos tememos que nunca llegaremos a saber realmente por qué una persona tiene ese ‘alma’ que atrae tanto a los demás y otra no.