La princesa Leonor se incorpora este lunes a su siguiente reto formativo, militar y naval. Apenas ha terminado su viaje a bordo de Elcano y ya comienza una nueva etapa en otro navío de la Armada. La princesa de Asturias se embarcará en los próximos días en la fragata Blas de Lezo, otra de las embarcaciones militares preparadas para enseñar a los inexpertos. Después de viajar por todo América desde el mes de enero, el viaje de la heredera le trae de vuelta a casa esta semana, aunque no por vacaciones. Su siguiente recorrido comienza en breve y esta vez le llevará a los puertos españoles más señalados. El barco sale de Gran Canaria y recorrerá el Atlántico hacia Ferrol, donde la princesa volverá con su grupo de Elcano para terminar su formación naval, en julio.
La agenda de Leonor no encuentra momentos de descanso. Sus vacaciones de verano no llegarán hasta agosto, cuando termine su periplo naval. Hasta entonces debe conformarse con los días distendidos que ha compartido con sus compañeros guardamarinas en Nueva York. Allí ha disfrutado de conciertos, las vistas a Central Park y la compañía de sus confidentes por última vez hasta dentro de un mes. Se ha separado del grupo para hacer una formación operativa intensiva en España. Mientras ellos vuelven en Elcano, la princesa está llegando a Gran Canaria en avión. Hoy descubrimos cómo será el próximo mes de la hija mayor del rey Felipe VI.

Leonor se incorpora al Blas de Lezo
Leonor se sube esta misma semana al F-103 Blas de Lezo. Esta fragata es una de las embarcaciones más modernas de toda la Armada. Se botó en 2003 y cuenta con un sistema antiaéreo de los «más capaces y avanzadas del mundo». Como se explica en la página web del cuerpo, el barco recibe su nombre del oficial Blas de Lezo (1689-1741), «como homenaje a uno de los marinos españoles más ilustres que ha dado la historia». Este nombre ha sonado hace poco cuando el grupo de estudiantes de Leonor le rindieron homenaje en su parada en Cartagena de Indias, Colombia. Ahora tiene la oportunidad de perfeccionar sus conocimientos navales en esta nave y enfocarse en la parte práctica de los ejercicios en alta mar. El barco está preparado para operar en escenarios demandantes como aguas adversas, entornos de guerra y situaciones de emergencia.
Uno de los retos que enfrentará Leonor este mes es el ejercicio SINKEX. Esta actividad es una práctica de ataque y defensa en el mar con escenarios realistas. Los marines deberán disparar con fuego real a barcos reales. Los navíos destruidos serán otros barcos de la Armada dados de baja. Se puede decir así que la princesa hundirá el remolcador Mahón, el buque hidrográfico Antares y una empujadora. Este ejercicio no es el único encargo del buque. Desde su lanzamiento en 2004, el Blas de Lezo ha participado en despliegues con la OTAN, misiones en el mar Mediterráneo, el océano Atlántico y el mar Negro. La operación SINKEX se llevará a cabo en las costas de Canarias.

Luego se integrará en el Grupo de Combate Expedicionario Dédalo. Este conjunto de navíos de la Armada se agrupan para demostrar la capacidad de España de «proyectar estabilidad más allá de nuestras fronteras y de proteger el tráfico marítimo y el uso del espacio aéreo internacional», explican. Las actividades del grupo se coordinan con las naciones de la Alianza y países aliados amigos».
Cómo es el nuevo hogar de la princesa
La vida de Leonor a bordo de la fragata tendrá alguna diferencia con la que ha llevado estos cinco meses en Elcano. Para empezar, el barco es distinto, en sus funciones y características. El Blas de Lezo tiene, como especifica la página web, una eslora de 146,7 metros, una manga de 18,6 y un calado de 7,4 metros. El peso general del barco es de 5.853 toneladas. En su interior cuenta con un helipuerto y un hangar para operar helicópteros de tamaño medio. No se mueve a vela como el buque escuela, sino a diesel y gas. Gracias a cuatro motores combinados podría alcanzar una velocidad máxima de 28 nudos y una autonomía de 4.500 millas náuticas a 18 nudos.

A bordo de la fragata, Leonor tendrá un nuevo grupo de compañeros. Este lunes se unirá a otros 103 cabos y marineros que ya trabajan en el interior del buque. Los mandos del Blas de Lezo están a cargo de 18 oficiales y 28 suboficiales. Esta micro sociedad tiene como lema «Ornatus mei arma sunt requies mea pugnare», es decir: «Mis arreos son las armas, mi descanso la pelea». Leonor deberá acostumbrarse a esta mentalidad bélica y a estar rodeada de armamento y radares en su nueva casa flotante. Su siguiente destino sí será en tierra, en la Base Aérea de San Javier, en Murcia.