Silvia Bronchalo sigue viviendo un momento especialmente delicado. Y es que la entrada en prisión de su hijo, hace algo más de dos años, así como la condena que se le impuso el verano pasado, han hecho mella en el ánimo de la que fuera mujer de Rodolfo Sancho. Y es que la relación entre el actor y su expareja se ha agravado con el paso del tiempo y, sobre todo, con la actuación de los abogados del joven, en las que Silvia no ha estado casi nunca de acuerdo. Fue el pasado mes de agosto la última vez que pudimos ver a Silvia y Rodolfo compartiendo el mismo espacio-tiempo y, en todo estos meses, ha sido la madre de Daniel la que ha estado viajando hasta Tailandia para no perder el contacto con su hijo.
Y es que, tras la condena a cadena perpetua de Daniel, el joven fue cambiado de prisión e ingresó en una de más seguridad en la que tiene unas condiciones más restringidas. Este cambio hizo que las visitas al joven cocinero a la cárcel fueran más limitadas y un estilo de vida más austero. Aunque en ningún momento Daniel se ha quejado de su situación, sí que es cierto que sus padres han estado muy pendientes de él, especialmente Silvia, quien han querido que, a pesar de la distancia y de cómo se encuentra su hijo, se encuentre lo más cerca de su familia posible.
Los viajes de Silvia Bronchalo a Tailandia y la soledad de su hijo
Aunque eso sí, tal y como confirman en la revista Lecturas, todo esto ha hecho que Daniel sienta algo de «soledad» y que sus padres no puedan acompañarle «como les gustaría». Hay que tener en cuenta que, en más de una ocasión, Rodolfo se ha confesado sobre la situación económica que ha atravesado. Esto hizo que, en un primer momento y tras conocerse la detención de su hijo hace casi dos años, no pudiera trasladarse con la rapidez que le hubiera gustado. En los últimos meses, Silvia Bronchalo ha llevado adelante varios movimientos que ha querido mantener en un segundo plano. Como ha explica Triun Arts, en su canal de YouTube, habría tomado la misma decisión que cuando su hijo fue trasladado desde la cárcel de Koh Samui.
Así, Silvia se encontraría en Tailandia y se habría dirigido a las autoridades penitenciaras para poder pasar más tiempo junto a su hijo Daniel después de que se haya presentado el recurso de apelación a su sentencia, un trámite que podría alargarse durante un año. «Me cuentan desde Tailandia que ha realizado la misma petición que realizó la vez anterior que estuvo, que fue justo después de ser trasladado Sancho a la cárcel en la que está cumpliendo condena», ha apostillado el youtuber, como recogen desde la revista Lecturas. Así, el deseo de la exmujer de Rodolfo Sancho sería el de «juntar todos los días de visitas de un mes y poder ver durante una semana a su hijo». Además, ha contado que Silvia lleva unas semanas de visita en el país y ha podido verlo «y estar con él».
Está «contenta» por sus últimos acontecimientos judiciales
Sí que es cierto que estas visitas se enmarcan dentro de la normalidad que sucede dentro de la cárcel. Mientras tanto, el actor está enfocado en el rodaje de la segunda temporada de la serie Entretierras junto a Megan Montaner que, como ya contamos en THE OBJECTIVE, se estrenará en los próximos meses. La jueza dictaba sobreseimiento de la causa abierta contra Rodolfo Sancho tras una denuncia que presentó la propia Silvia por malos tratos y supuestas vejaciones en unos mensajes de texto. En los mismos, Silvia alegó que su exmarido le llamaba «pirada». «No me gustan tus nervios, tu histeria y la rabia que tienes dentro. No me haces falta para nada, así que no me escribas», le escribió, según Silvia, en los mensajes que le envió. Ahora, tal y como han revelado desde TardeAR, la justicia ha decidido reabrir la causa contra el actor.
En las pocas ocasiones que la mujer ha hablado con la prensa se ha conocido su reacción al recurso presentador por su abogado para resolver este tema y que, al parecer, prospera favorablemente. «Estoy super contenta porque va para adelante. independientemente de como termine todo esto, me parece bien. Me parece bien que un tribunal haya considerado que la violencia verbal pueda ser constitutiva de delito o pueda ser suficientemente ofensiva», confesó Bronchalo. Esto ha producido en Silvia cierta felicidad. «Esto me ha animado un poco. Preferiría que esto no hubiera tenido que ocurrir nunca», apostilló.
