Mads Mikkelsen (Copenhague, 1965) es ya abuelo. No es que haga gala de ello, pero si se le recuerda, sonre. Como cualquier abuelo. El tiempo pasa para todos, comenta lacnico en el Festival de Venecia donde acaba de presentar La tierra prometida (The bastard), de Nikolaj Arcel, unos pocos meses despus de que hiciera otro tanto en el de Cannes con la ltima y definitiva entrega de Indiana Jones. Demasiada actividad para un abuelo? No puedo decir que, pese a todo lo sufrido por la pandemia, haya sido una temporada mala para nada, aade.
Cabra recordar que no hace tanto y con el coronavirus en todo su trgico esplendor, Otra ronda, de Thomas Vinterberg, le seal como el actor del momento. Definitivamente, es tiempo de Mikkelsen. Y como el tiempo es, probablemente, el nico argumento que nunca envejece, rememora que hace ya 20 aos uno de sus primeros papeles para el cine fue en Espaa, en la Costa del Sol para ms seas. Recuerdo con mucho agrado aquello. Fue todo muy loco y muy divertido. No consegu ver la pelcula hasta mucho despus y me re muchsimo. Habla de Torremolinos 73, el debut a la direccin de Pablo Berger, el mismo que ahora viaja a los Oscar con Robot dreams.
Y sigue: Tuve que teirme el pelo de rubio y ponerme unas lentillas azules. En una de las escenas representaba a la muerte en una suerte de parodia de la pelcula de Bergman El sptimo sello.Llevaba una capa negra y un baador Speedo. Nada ms. Por alguna razn, otro actor, que iba con un Speedo tambin, y yo nos quedamos solos en el set. Todos se haban ido. No tenamos ni dinero ni un telfono mvil ni una pinta decente. Adems, no hablbamos espaol. Todava no s cmo hicimos para convencer a un taxista para que nos llevara al hotel. No he pasado ms vergenza en mi vida. Pero, he de confesarlo, me re como nunca. El tiempo, el buen tiempo.
En su nuevo trabajo viste mejor. Y ya no es un tipo desconocido en el que alguien se fij porque un sueco o un dans, tanto da. Ahora, y aunque intente disimularlo, sabe que es una estrella, una estrella de Hollywood que presta su saber hacer a una produccin independiente. No razono de esa manera. Ni siquiera tengo claro que signifique eso de ser famoso. Me limito a trabajar y, bueno, si un director o productor puede utilizar mi nombre para pedir ms dinero o si el hecho de que mi nombre figure en el cartel puede hacer que ms gente vaya a ver una pelculas, pues perfecto. Me parece bien, comenta cabal.
En La tierra prometida da vida a un desclasado en uno de esos papeles agresivamente honestos que tan bien se le dan. Desde la fantasa vikinga Valhalla Rising (2009) al drama de venganza Michael Kolhaas (2013) suyo ha sido el privilegio de los hroes desesperados y, a su modo, muy polticos. Es curioso porque hay pocas cosas que me motiven menos que el cine poltico. Y no por nada, pero el arte con motivaciones polticas es lo ms aburrido del mundo. Simplemente, no me gusta. La propaganda, que es lo que acaba siendo, no me parece interesante, afirma, se toma un segundo y contina: Es una tendencia que he visto desde hace algn tiempo. Antes el documental era simplemente eso: mostrar lo que pasaba. Ahora da la impresin de que lo ms visible en muchos casos es la intencin del director. Y eso no puede ser. El mensaje tiene que ser una consecuencia de la empata que sientes por los personajes. Es tan nocivo mezclar poltica y arte como mezclar ciencia y poltica, que es lo que ha estado pasando ltimamente con la pandemia.
Parafraseando a McLuhan, el mensaje, como Mikkelsen exige a sus papeles, bien podra ser el propio Mikkelsen. Cuenta que la gracia de todo esto (y en todo esto incluye su trabajo y su propia vida) es no esperar ni planear nunca nada. Si lo miro con perspectiva, me doy cuenta de que yo nunca quise ser nada. Empec bailando, pero sucedi de la nada. No lo busqu. Recuerdo que llegu a actuar en algn que otro espectculo muy loco en el que cobraba 400 dlares por 300 shows. Si lo buscas est en internet. Ni me avergenzo ni estoy orgulloso de ello. Simplemente pas. Si luego acab como actor es porque lo que ms me gustaba de la danza era el drama, la parte que te obligaba a interpretar antes que solamente el baile en s. Y eso me llev al teatro. Pero, en realidad, nunca quise ser actor. Como tampoco me propuse llegar a Hollywood. No me considero para nada una persona ambiciosa, dice a la vez que, si se le fuerza, est dispuesto a confesar una, al menos una, aspiracin que le ha perseguido desde siempre. S es cierto que mi gran deseo en la vida siempre ha sido llegar a interpretar alguna vez el papel de Robert de Niro en Taxi driver. Eso s me parece un logro monumental. Cmo conseguir estar atento a un hroe que no te gusta? Fascinante.
Si se le pregunta por su aficin a hacer de villano, tuerce el gesto. El que fuera la nmesis de James Bond y despus rival de Indiana no est de acuerdo con el encasillamiento. No es tanto eso como lo que hay detrs, responde. Si tomamos mi personaje en la ltima de Indiana, a su modo, tambin quiere un mundo mejor. Soy malo, s, pero tambin humano. Y cmo se siente el hombre que dispar a Antonio Banderas? Y no una vez, fueron dos veces, en la rodilla y en el corazn. La verdad es que lo lamento porque Antonio me parece una persona encantadora con los pies en el suelo. Fue un placer trabajar con l. Lstima que tuviera que matarle. Y si, por ltimo, se le inquiere por el futuro, deja pasar la pregunta. Veremos, dice. Pausa. Demos tiempo al tiempo. De momento, soy abuelo, insiste.