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Era sábado 13 de abril de 2024. Un equipo de la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (Fundemar) se dirigía hacia la desembocadura del río de Yaque del Norte en Montecristi. Un paisaje costero de gran belleza escénica y rico en biodiversidad, es el camino solitario que deben recorrer los investigadores que andan tras los manatíes que habitan la zona, con el fin de foto identificar la mayor cantidad de individuos posibles para alimentar la primera base de datos de manatíes silvestres que se realiza en República Dominicana.
En 2022, los técnicos de Fundemar habían documentado manatíes en esta zona, durante el Censo Nacional de Manatíes, basándose en la experiencia de comunitarios como Robinson Jiménez, un reconocido ambientalista oriundo de Montecristi y propietario del centro de buceo Galeón Divers.
«Hemos visto hasta 12 manatíes juntos en la zona. Algunos de ellos a las seis de la mañana cruzan desde el este de Montecristi hasta el Yaque (del Norte). Si van temprano los van a ver», comentaba Robinson a los técnicos el día anterior.
De acuerdo a Robinson, los manatíes deben ir al afluente a beber agua, ya que este importante río es una de las pocas fuentes de agua dulce en kilómetros de costa.
Basándose en la experiencia de los locales, los técnicos despegan un drone a unos 600 metros de distancia de la desembocadura. Flamencos y cucharetas cruzan el cielo mientras desde la distancia, en la pantalla del drone, se puede observar unas pequeñas manchas grises a pocos metros de la costa, en aguas poco profundas. Se sospecha que pueden ser manatíes, tal como lo advertía el ambientalista.
Al colocar el drone en posición para confirmar las sospechas, los técnicos Rachel Plekaniec, Wilkin Espique y quien escribe, pueden confirmar en la pantalla la presencia de seis manatíes, incluyendo una cría, agrupados en la escorrentía donde las aguas del río Yaque del Norte se mezclan con el mar.
Para sorpresa del equipo, se logra documentar a los manatíes bebiendo agua proveniente del río, algo usual pero pocas veces documentado. Los animales se colocan en superficie, contra la corriente con el hocico abierto, ya que el agua dulce al ser menos pesada que la salada fluye en la superficie.
El comportamiento se pudo observar por más de una hora y media, donde los animales bebían y socializaban. Para los técnicos era una mezcla de alegría y tristeza, ya que los manatíes necesitan esas aguas para hidratarse, provenientes de uno de los ríos más contaminados del país.
Aunque se sabe que los manatíes son bastante tolerantes a algunos contaminantes, a falta de estudios de calidad de agua en la desembocadura de este río, no se sabe cómo las aguas del Yaque del Norte pueden afectar esos animales, en peligro de extinción, en el mediano y largo plazo.
El hábitat y los manatíes
Los manatíes son mamíferos marinos herbívoros que habitan en aguas poco profundas y áreas costeras pantanosas; aunque suelen ser solitarios, pueden agruparse ocasionalmente. Pasan largos períodos debajo del agua, emergiendo cada 20 minutos para respirar y alimentarse en aguas poco profundas. Con un ciclo reproductivo de dos años, dan a luz a una sola cría. Su papel en el equilibrio vegetal y su salud son indicadores del bienestar marino y ecológico.
Los manatíes dependen de los pastos marinos y otros ecosistemas próximos a las costas para su alimento y resguardo. Estas áreas también son las que sufren el impacto más inmediato de la escorrentía proveniente de la agricultura, la que contamina los ecosistemas costeros y amenaza el hábitat del manatí.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) los manatíes enfrentan amenazas críticas que ponen en peligro su supervivencia como el desarrollo costero insostenible, la sobrepesca, los impactos del cambio climático y la contaminación del agua.
Muertes asociadas a la contaminación
En el oeste de Florida, Estados Unidos, la contaminación desenfrenada en la Laguna del Río Indio, proveniente de diversas fuentes como el tratamiento de aguas residuales, fugas de sistemas sépticos y escorrentía de fertilizantes, está alimentando floraciones de algas que devastan las hierbas marinas y afectan la vida marina.
A pesar de la aprobación de los criterios estatales de calidad del agua hace casi una década, por parte de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, nuevas evidencias, incluida la muerte masiva de manatíes en la laguna, cuestionan estos criterios. El número de muertes de manatíes en Florida en 2021 fue alarmantemente alto, representando una proporción significativa de la población total de manatíes en la región.
Para la WWF la contaminación del agua está causando una ola sin precedentes de muertes de manatíes en Florida, Inicialmente, se atribuyeron las muertes al impacto de las bajas temperaturas, pero pronto se descubrió que la actividad humana estaba detrás de esta tragedia. Desde enero hasta septiembre de 2021, se registraron 959 muertes de manatíes, superando las 593 del 2022.
En 2018 se registró la muerte de manatíes en Tabasco, México, la cual ha sido atribuida al agua contaminada. En la que investigadores se encontraron niveles preocupantes de cadmio y plomo.
Científicos del Instituto Tecnológico de Boca del Río (Itboca), Veracruz, realizaron análisis químicos y biológicos en muestras de agua tomadas en varios sitios del estado de Tabasco. Los resultados mostraron que el agua contenía metales pesados y restos de hidrocarburos, además de bacterias y organismos poliformes. Esta contaminación del agua ha sido identificada como la causa de la muerte de cerca de 20 manatíes en esta parte de México.
Contaminación en el Yaque del Norte
La Cuenca Yaque del Norte, la más significativa de la República Dominicana. Abarca 7,053 kilómetros cuadrados, equivalentes al 14.6% del territorio nacional y afecta a una población de cerca de 1.8 millones de habitantes en seis provincias. Su río principal, el Yaque del Norte, es el más largo del país y es vital para el suministro de agua potable, la generación de electricidad y el apoyo a la agricultura e industria local.
Para el Fondo Agua Yaque del Norte, parte la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua, la degradación ambiental en las zonas altas, caracterizada por la deforestación y prácticas agrícolas inadecuadas, está afectando tanto la cantidad como la calidad del agua disponible, planteando desafíos significativos para la sostenibilidad y el bienestar de la región.
En el caso del Yaque del Norte, según este Fondo, deficiencias en el manejo y las capacidades de tratamiento de las aguas residuales, residuos sólidos y prácticas agrícolas e industriales inadecuadas, provocan que las aguas de la cuenca estén contaminadas en gran parte de sus corrientes y cuerpos de agua. La contaminación de las aguas tiene un fuerte impacto negativo en la salud de las personas y el medio ambiente, incrementando además el costo de los procesos de potabilización y reduciendo la calidad de los suelos bajo riego.
Durante tres días consecutivos, el equipo de Fundemar logró observar la presencia de manatíes bebiendo agua directamente del río Yaque del Norte.
El proyecto de Foto Identificación de Manatíes que realiza Fundemar es financiado por Agua Planeta Azul con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente.