“Me parece horrible”. Estas han sido las primeras palabras de la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena sobre los presuntos abusos sexuales y acoso cometidos presuntamente por el que fuera su compañero de cartel electoral en 2019 Íñigo Errejón, que lo llevaron a presentar su dimisión hace cuatro días. “Nunca pude pensar ni oí nada relativo a ese comportamiento”, asegura la exalcadesa en un comunicado publicado en su cuenta de Instagram a primera hora de este lunes sobre la denuncia por agresión sexual de la actriz Elisa Mouliaá y la oleada de testimonios posteriores, así como sobre las sospechas de que el entorno del ya expolítico sabía lo que ocurría y trató de ocultarlo.
“Me duele que una persona que era un referente ideológico en la izquierda pueda haber tenido esa actitud”, admite Carmena, cuyo pronunciamiento llega un día después del de Rita Maestre, expareja de Errejón y portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital. Precisamente, a las doce de la mañana de este lunes, los tres pesos pesados del partido fundado por Errejón ―la propia Maestre, la líder del partido y ministra de Sanidad, Mónica García, y la portavoz en la Asamblea, Manuela Bergerot―, comparecen ante los medios para hablar del caso.
En su nota, Maestre también negó cualquier “encubrimiento” y afirmó sentirse “profundamente engañada”. “Un buen novio era a la vez un misógino que volvía a casa con normalidad después de agredir a una mujer de 20 años en un hotel”, relató. La crisis ya se ha llevado por delante a la exjefa de gabinete del político, Loreto Arenillas, que dimitió el viernes de su escaño como diputada tras ser acusada de intentar tapar una denuncia, y amenaza con erosionar el liderazgo y la credibilidad de la ministra García y de las portavoces Bergerot y Maeste. A escala nacional, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, reúne también este lunes a su grupo parlamentario, Sumar, con el interrogante de quién será el relevo de Errejón como portavoz de la formación en el Congreso.
“Me duele profundamente por lo que haya y estén pasando las víctimas de estos comportamientos”, añade en su Instagram la jueza sobre la catarata de denuncias, que surgieron de un primer comentario de la periodista Cristina Fallarás. “Lo primero, desde luego, fue un gran shock. Luego pensé que debía reflexionar sobre lo sucedido”, dice Carmena sobre el hecho de que haya guardado silencio cuatro días. Como cierre de su comentario, la exalcaldesa va más allá de este caso concreto y apunta un consejo: “Me atrevo a sugerir que debemos conocer de los políticos, no solo su lucidez política e intelectual, sino también su inteligencia emocional. Debemos saber de su sensibilidad y de cómo ellos cuidan y quieren”.
Errejón ha sido el gran hijo político de Carmena. Juntos fundaron Más Madrid en 2019, provocando así una escisión en Podemos y desarticulando el proyecto de Ahora Madrid, que había gobernado la capital entre 2015 y 2019. Para los partidos a la izquierda del PSOE en Madrid, esta decisión abrió una profunda crisis, que llevó a perder el gobierno capitalino en favor de la derecha tras presentarse este espacio político dividido en distintas marcas.
Para la relación de Errejon y Pablo Iglesias, ya desgastadísima, supuso un punto de no retorno. Y para los impulsadores del proyecto, que lo habían diseñado en casa de la alcaldesa, durante la famosa cena de las empanadillas, abrió una brevísima etapa de colaboración, que además dejó sembrada la semilla de la discordia en Más Madrid.
Así, Carmena abandonó la política tras las elecciones, al no haber podido revalidar el cargo. Y su partido, huérfano de líder en el Ayuntamiento, vivió un pulso soterrado por el liderazgo entre quienes habían sido sus principales colaboradoras: Rita Maestre y Marta Higueras. Errejón, por su parte, abandonó pronto la política madrileña para fundar un tercer proyecto, tras Podemos y Más Madrid: Más País. De esta manera, en cuestión de meses se pasó del beso entre Errejón y Carmena que marcó la campaña electoral regional de mayo de 2019 a que ninguno hiciera política en Madrid.