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Profesional, espontánea, divertida, cercana… Laura Escobar no deja indiferente a nadie. Lleva más de 20 años ejerciendo el periodismo y comenzó a apostar por especializarse en gastronomía cuando apenas se hablaba de cocina y restauración, de producto y productores en prensa y redes. En este tiempo ha trabajado en importantes medios de comunicación y a día de hoy es una reconocida periodista gastronómica, creadora de la agencia Sopa de Letras Comunicación.
Llevábamos un tiempo esperando a tener un ratito para sentarnos con ella y hemos encontrado el momento. @thegastronoma, como la encuentran en Instagram, nos invita a poner el foco en las tiendas de barrio, en los comercios de toda la vida, y nos muestra otra manera de disfrutar de la gastronomía marenga: en familia, a pie de playa y con un espeto de sardinas para ponerle sabor al momento.
De sacarle el jugo a cada instante sabe mucho y bien, así que igual disfruta a la barra de Mesón Mariano que se sienta a la mesa de un dos estrellas Michelin . ¿Quieres saber más sobre esos sitios que son especiales para Laura Escobar? Pasen y lean…
– Si pudieses desayunar con calma por la mañana… ¿Dónde lo harías?
– Cuando tengo tiempo me encanta desayunar en casa. Café de especialidad que compro en grano y que muelo en casa con mi molinillo y con un poco de leche sin lactosa. Para comer un buen AOVE con algún queso o embutido especial que tenga en la despensa y con pan del que me gusta. Ahora tengo cerca Horno San Martín, así que imagina. ¡Tienen panes maravillosos para el desayuno! Las chapatas o el pan de masa madre integral. Cualquier pieza que elijas allí está riquísima.
Y para esos días que igual me escapo a desayunar fuera siempre tengo claro que quiero tener delante algún paisaje. En la playa, en el campo… Suelo preferirlo a la ciudad.
– Una carnicería, pescadería y frutería de confianza, Laura.
– Para el pescado suelo recurrir a Salva, que es una pescadería que está en mi antiguo barrio, en Nueva Málaga. Traen producto fresco, de Caleta de Vélez y otras lonjas cercanas. Lo cierto es que soy muy de comprar en el barrio en el que viva en cada momento. Para la carne sí suelo acercarme a Atarazanas e igual si voy aprovecho para llegarme al puesto de Belman para comprar pescados grandes.
En cuanto a la fruta lo mismo. Comercio de proximidad, tiendas del vecindario. Cuando se da la ocasión acudo a los mercados de producto, a los ecológicos, y si salgo de fin de semana a visitar algún pueblo siempre traigo algo de vuelta. Fruta de temporada de esas localidades donde se dan especialmente. Tengo que añadir lo que cultivamos en el huerto. Soy algo así como una hortelana urbana –risas– y recolectamos producto estacional. Ahora tenemos brócoli, coliflor, acelgas, espinacas. El año pasado plantamos habas, en su tiempo tenemos calabacines, pimientos, tomates.
– Una tienda gastronómica o algún puesto donde encontrar ese algo especial que buscas para casa y para la cocina.
– Sigo yendo a Vinomar, un comercio que está en mi antiguo barrio. Es una vinoteca regentada por Lorena con una magnífica selección de vinos y licores, tanto malagueños como de otras nacionalidades, licores internacionales. Tienen también las tabletas de cacao de ‘Bean to bar’ de Maychoco y quesos de Argudo y Los Llanos, que me encantan. Igual mieles malagueñas, andaluzas y algún AOVE premium. Ya te digo que me encanta comprar en el barrio, comercio de proximidad, de cercanía.
– ¿Un bar de barrio en el que tomar un aperitivo con los amigos?
– En la barra del Mesón Mariano. Justo he estado estos días y se come de maravilla. Se está genial. Un clásico de cocina tradicional, de nuestra cocina. Otro sitio al que voy es Primitivo, en Echevarría del Palo.
– Un restaurante especial para invitar a comer a la familia.
– Depende de la ocasión y es que hay varios que me encantan. Opciones interesantes pueden ser Cávala, La Taberna de Mike Palmer y… Palodú. Palodú es uno de los que tengo pendientes para visitar de nuevo, ahora que se han mudado al centro.
– Un sitio diferente para cambiar de tercio…
– ¿Algo totalmente diferente? Lo cierto es que soy una persona bastante ecléctica en cuanto a gustos pero si me preguntas por algo totalmente distinto igual me iría a Yerbagüena, en Campillos, o a Arte de Cozina, en Antequera. Sí, lo de Charo Carmona es totalmente contrario a esos sitios modernos y más actuales que se van dando en Málaga, en la provincia, y lo que hace Charo es único, de verdad. Estamos acostumbrados a la fusión y en este caso esa apuesta por rescatar la cocina de siempre y poner en valor los productos malagueños es maravillosa. En su establecimiento se para el tiempo y te invita a estar de otra forma, más presentes, no se.
– ¿Un vicio confesable (gastronómicamente hablando)?
– El queso y los caracoles. Sobre todo los caracoles. ¡Me encantan!
– Un restaurante ‘de lujo’ al que volver.
– Bardal.
– ¿Café o copa?
– Ambos, ¿por qué no? Soy muy cafetera, ya te decía, y no le digo que no a una buena sobremesa. Ginebra, un gin tonic. Algo que no sea excesivamente dulce.
– ¿Un chiringuito al que ir en verano?
– ¿Un chiringuito? Más bien te diría que me encanta irme a la playa con mi familia y comerme los espetos a la orilla del mar. Me gusta la zona de El Palo y desde que soy madre prefiero disfrutar de la gastronomía marenga en la playa de otra forma. Me voy al Merlo, que tienen muy buena fritura y espetos que hacen en caña, compramos la comida y lo tomamos en la arena, con mis niños. Me encantan esos ratitos.
– ¿Qué te gusta preparar en casa cuando tienes invitados?
– No hay un plato en concreto que suela repetir. Me gusta variar e ir adaptándome a los invitados que tenga. Ese ratito de organizarme, pensar qué puedo preparar, planificarme, no se. Lo personalizo mucho en función de quienes vengan a casa. Sí te podría decir que soy muy de hacer los aperitivos, aliñar unas aceitunas yo misma… Ya después voy variando, como te digo. Una pastela de pollo, unas coles con morcilla, que me salen riquísimas, bacalao, empanadas, quiche. Soy muy cocinillas, la verdad, y me adapto al momento, a lo que tenga y apetezca.
