A diferencia de otras mujeres autoras de su tiempo como María Lejárraga (también conocida como María Martínez Sierra por su marido Gregorio Martínez Sierra), Pilar de Valderrama (1889-1979) sí eludió la autocensura y consiguió publicar su obra literaria con su propio nombre. Sin embargo, pese a su amplia bibliografía y bagaje cultural, la historia de la poeta y dramaturga ha quedado ligada a la de un hombre, Antonio Machado. Tras una vida de silencio, Valderrama dejó escrita su biografía dando a conocer la identidad de quien fuera el segundo gran amor del poeta sevillano en ‘Sí, soy Guiomar. Memorias de mi vida’ (Plaza & Janés, Barcelona. 1981), en el que incluía el epistolario que mantuvo entre 1928 y 1936 con el autor de ‘Campos de Castilla’.
Sin conocer nunca esta relación, décadas después su nieta Alicia Viladomat se sintió depositaria del legado de Pilar y de toda su familia cuando llegó a sus manos un importante archivo de «200 cajas» con 5.000 documentos, cartas, fotos, reseñas de sus libros y un sinfín de legajos con los que Viladomat se ha sentido respaldada para reivindicar la figura literaria de su familiar más allá de su relación con Machado. El resultado de años de análisis fue primero ‘Evocación. Antología Poética de Pilar Valderrama’ (Colección Torremozas) y, sobre todo, ‘Pilar de Valderrama, memorias de un gran secreto’ (Sial Pigmalión), una especie de reedición de la biografía de Guiomar pero con 12 capítulos escritos por su descendiente. Este jueves este título ha sido presentado en la Fundación Caja Rural del Sur de Sevilla en una conversación entre la autora y Carlos Aganzo, director de la Fundación Vocento.
A preguntas de Aganzo, Alicia Viladomat ha explicado que convivió con Pilar Valderrama hasta los 22 años y que su abuela nunca había contado nada de su amor con Machado porque «no quería exponer en vida a su marido e hijos, pero tampoco a Machado». Por eso no fue hasta su muerte cuando consintió revelar su secreto mejor guardado, que ya había adelantado su gran amiga Concha Espina en un libro. Por su casa desfilaron los más insignes literatos de la Generación del 27, algunos de los cuales la animaron a contar su verdad. «Por expreso deseo de sus confidentes, mi abuela escribió esas memorias, que ya se publicaron cuando ella falleció. Incluía las cartas con Machado que están en la Biblioteca Nacional, por lo que yo en el libro sólo habló de tres», ha reseñado la autora.
Viladomat ha perfilado a una Pilar Valderrama culta, «tremendamente inteligente», «valiente y osada», además de una «buenísima gestora», para lo que ha trufado la conversación de algunas anécdotas y pasajes de la vida de su antepasado. Ha contado que en la casa de ocho plantas en la que convivió con su abuela hubo antes un chalé que fue quemado por los milicianos durante la Guerra Civil y que contenía una biblioteca con más de 3.000 volúmenes, muchos de ellos dedicados por la Generación del 98. «Fue como si le hubieran cortado un brazo», ha relatado. También ha subrayado lo ingeniosa que fue para, en una época en la que «la mujer no tenía ningún valor», conseguir publicar con su firma. Así, su primer libro de poesía, ‘Las piedras de Horeb’ (Sucesores de Hernando. Madrid, 1923) salió en una edición de 500 ejemplares con ilustraciones de su marido, Rafael Martínez Romarate, y portada de su cuñado, Victorio Macho, que le valieron de «salvoconducto».
«Mi abuela le mandó el libro ‘Holocausto’ a Franco y le pidió que se lo devolviera cuando lo leyera porque ‘tenía pocos ejemplares»
Pilar Valderrama fue, según su nieta, una mujer decidida. Como demuestra que fuese a la otra punta de Madrid enfundada en un traje de encaje hasta un barrio obrero para reunirse con su amado y «tras un rato de conversación y poemas se volvía a casa en tranvía». Ese arrojo se convirtió en ocasiones en osadía, como refleja la carta que le envió a Franco junto a un ejemplar de su libro ‘Holocausto’, dedicado a su hijo muerto en la contienda fraticida. «Cuando lo lea me lo devuelve porque tengo pocos ejemplares», le escribió al dictador.
Impulsora del Teatro Íntimo Fantasio
Aganzo ha explicado que este libro viene a cubrir la tercera parte de la longeva existencia de Pilar Valderrama, además de poeta, dramaturga e impulsora del ‘Teatro Íntimo Fantasio’, considerado uno de los teatros de cámara más interesantes del Madrid pre-republicano. «La primera es la de ella como escritora y su relación con Machado hasta que la guerra los separa. La segunda es la propia guerra, tras la que muere su amante pero también su hijo. Y ésta son sus años finales vistos por los ojos de su nieta». La autora ha definido esta vida como una «permanente montaña rusa».
Uno de los capítulos más interesantes que aguarda la publicación se titula ‘El misterio del cuadro’, y en él se intuye cómo y cuándo fueron los inicios de la relación entre musa y poeta. También sobresale la descripción puntillosa del ambiente cultural que se respiraba en la casa de la autora y organizadora de salones literarios y musicales. «Venían personajes importantísimos, poetas cantantes como Alfredo Krauss y actores como Luis Escobar, Marqués de las Marismas», ha subrayado.
El «puzle» de la vida de Pilar Valderrama se completó durante una presentación en Cádiz de este título. Allí, su nieta descubrió que su abuela fue nombrada miembro de la Academia Hispanoamericana en 1927, por lo que «a los que la increpaban esgrimiendo que mi abuela se aprovechó de Machado habría que decirle que ella ya era académica antes de conocerle». Otro de los valores que ensalzan la figura de Valderrama fue su lucha por el sufragio femenino, «siendo de derechas, trabajó con Clara Campoamor por conseguir este derecho».
Todos estos secretos que durante décadas permanecieron vedados se han descubierto para las generaciones más jóvenes en este libro, pero también gracias a una exposición celebrada en el Instituto Cervantes en la capital madrileña que ha sido vista por 50.000 personas y que itinerará por Burdeos, Nueva York y Lisboa. El camino de «responsabilidad infinita» que ha emprendido Viladomat para hacer justicia a su abuela terminará con una fundación y un museo.