Análisis de los planteamientos del Pastor Ezequiel Molina

Por. Víctor Castillo

LA CONGREGACIÓN DEL PASTOR MOLINA REALIZA CADA AÑO NUEVO UNA ACTIVIDAD RELIGIOSA MULTITUDINARIA, EN DONDE OPINA SOBRE LOS ACONTECIMIENTOS POLÍTICOS Y SOCIALES EN REPÚBLICA DOMINICANA, DESDE SU PUNTO DE VISTA COMO LÍDER RELIGIOSO

El análisis de los planteamientos del pastor Ezequiel Molina, especialmente su afirmación de que “en cada mujer exitosa hay un hogar desatendido”, debe ser abordado desde un enfoque integral que incluya aportes de la psicología familiar, además de otras perspectivas psicológicas. Al hacerlo, se evidencia cómo este tipo de discurso perpetúa un modelo desigual de relaciones y responsabilidades que afecta no solo a las mujeres, sino también a los hombres, los hijos y la dinámica familiar en su conjunto.

El amor como esencia de la vida (Psicología humanista y existencial)

Desde la psicología humanista, autores como Carl Rogers e Irvin Yalom destacan que el amor es la base para relaciones auténticas y para el crecimiento personal. En el contexto familiar, el amor no se limita al afecto, sino que incluye la empatía, el respeto mutuo y la colaboración. Este amor debe ser recíproco y basado en la libertad de cada individuo para buscar su realización personal.

El planteamiento del pastor Molina, al reducir el éxito de las mujeres al supuesto descuido del hogar, ignora que el amor en una familia sana no surge de roles impuestos, sino de la construcción conjunta de un espacio donde todos se sientan valorados y apoyados. Desde la psicología existencial, el amor se entiende como una fuerza que da propósito a la vida. Así, la clave no está en quién asume las responsabilidades, sino en cómo estas se distribuyen de manera justa, fomentando el equilibrio y la conexión emocional entre los miembros de la familia.

Roles familiares y dinámica de género (Psicología familiar y de género)

La psicología familiar enfatiza que los roles dentro de una familia no deben ser impuestos por patrones culturales o dogmas, sino definidos a través de acuerdos que respeten las capacidades y aspiraciones de cada miembro. Según la terapia sistémica familiar de autores como Virginia Satir y Salvador Minuchin, la familia es un sistema interdependiente en el que cada miembro influye en los demás. La imposición de roles rígidos, como los que promueve el pastor Molina, puede generar tensiones y disfunciones dentro del sistema familiar.

La visión tradicional de que la mujer debe priorizar el hogar mientras el hombre se enfoca en el sustento económico no solo sobrecarga a las mujeres, sino que limita la participación activa de los hombres en el hogar. Esto crea una desconexión emocional entre los padres y sus hijos, además de generar conflictos en la pareja. Por otro lado, investigaciones contemporáneas en psicología de género, como las de Carol Gilligan, subrayan que los niños que crecen en familias donde ambos progenitores comparten responsabilidades desarrollan una visión más equitativa y saludable de los roles de género.

El impacto en los hijos (Psicología del desarrollo y familiar)

La psicología del desarrollo y la psicología familiar coinciden en que el bienestar emocional de los hijos depende del equilibrio y la colaboración entre los padres. Los niños aprenden observando los modelos de relación que ven en casa. En familias donde las responsabilidades se distribuyen de manera equitativa, los hijos desarrollan habilidades emocionales, sociales y de resolución de conflictos más sólidas.

Cuando uno de los padres, generalmente la madre, asume la mayor carga del hogar mientras el otro permanece distante, se envía un mensaje perjudicial. Este modelo perpetúa desigualdades y puede generar resentimiento entre los miembros de la familia. Desde la perspectiva de la terapia familiar, como la de Murray Bowen, este tipo de dinámicas puede dar lugar a patrones de relación disfuncionales que se perpetúan en las generaciones futuras.

La importancia de las responsabilidades compartidas (Psicología social y de la pareja)

La psicología social y la psicología de la pareja, como los estudios de John Gottman, destacan que las relaciones saludables se basan en la equidad y en acuerdos honestos sobre las responsabilidades compartidas. Las tareas del hogar y la crianza de los hijos no deben recaer exclusivamente en uno de los padres, sino ser fruto de un esfuerzo conjunto. Este enfoque no solo fortalece la relación entre los progenitores, sino que también mejora la calidad de vida de los hijos.

Cuando el pastor Molina sugiere que el éxito profesional de una mujer inevitablemente lleva al descuido del hogar, perpetúa la idea de que estas tareas son exclusivas de las mujeres, lo que exime a los hombres de su responsabilidad. Esta narrativa no solo genera desequilibrio en las dinámicas familiares, sino que también priva a los hombres de la oportunidad de construir relaciones significativas con sus hijos y de participar en el hogar, lo cual es crucial para una familia funcional.

Aportes de la psicología familiar

La psicología familiar aporta herramientas valiosas para entender cómo los roles y las responsabilidades afectan la dinámica familiar. Autores como Salvador Minuchin y Virginia Satir destacan que la familia debe ser vista como un sistema en el que todos los miembros son responsables del bienestar colectivo.

Por ejemplo, la terapia estructural de Minuchin subraya que una familia funcional es aquella en la que las tareas y responsabilidades están claramente definidas y distribuidas de manera equitativa. Cuando estas tareas recaen desproporcionadamente en uno de los miembros, como ocurre cuando se asigna el cuidado del hogar exclusivamente a la mujer, se genera un desequilibrio que puede llevar a conflictos y disfunciones.

Por otro lado, Virginia Satir enfatiza la importancia de la comunicación abierta y honesta en las familias. En lugar de perpetuar estereotipos de género, la psicología familiar fomenta el diálogo para establecer acuerdos que reflejen las necesidades y aspiraciones de todos los miembros, incluyendo los hijos.

Conclusión: Hacia una dinámica familiar más equitativa

Los planteamientos del pastor Ezequiel Molina reflejan una visión dogmática que no se alinea con los avances de la psicología familiar y social. Al perpetuar estereotipos de género, no solo afectan negativamente a las mujeres, sino que también limitan el desarrollo emocional de los hombres y los hijos, así como la funcionalidad del hogar en su conjunto.

Desde la psicología, el amor y la colaboración son pilares fundamentales para una dinámica familiar sana. Las figuras paterna y materna no deben definirse por roles tradicionales, sino por su capacidad para colaborar y apoyarse mutuamente. Las responsabilidades compartidas y los acuerdos honestos no solo fortalecen los lazos familiares, sino que también promueven un entorno donde todos los miembros pueden desarrollarse plenamente.

Superar estas narrativas tradicionales no solo es un acto de justicia, sino una necesidad para construir familias más sanas y equitativas. La psicología familiar nos recuerda que el éxito, el amor y la vida familiar no son incompatibles, siempre y cuando se basen en valores de respeto mutuo, cooperación y autenticidad.

Referencias bibliográficas :

1.  Satir, V. (1988). Nuevas relaciones humanas en el núcleo familiar. Editorial Pax México.

Virginia Satir explora cómo el amor y la comunicación efectiva son esenciales para fortalecer las relaciones familiares y promover un ambiente equilibrado y armonioso.

2. Rogers, C. (1972). El proceso de convertirse en persona. Editorial Paidós.
Carl Rogers destaca la importancia de la autenticidad y la aceptación incondicional en las relaciones humanas, aspectos fundamentales para el desarrollo personal y familiar.

3. Minuchin, S. (1984). Familias y terapia familiar. Editorial Gedisa.
Salvador Minuchin analiza la estructura familiar y cómo la asignación de roles y responsabilidades influye en la dinámica y el equilibrio del hogar.

4. Gottman, J. M., & Silver, N. (2000). Siete reglas de oro para vivir en pareja. Editorial Vergara.
John Gottman ofrece estrategias basadas en la investigación para fortalecer las relaciones de pareja, enfatizando la importancia de la comunicación y la cooperación en las tareas del hogar y la crianza de los hijos.

5. Gilligan, C. (1985). In a Different Voice: Psychological Theory and Women’s Development. Harvard University Press.
Carol Gilligan presenta una perspectiva sobre el desarrollo moral y psicológico de las mujeres, resaltando la importancia de la empatía y las relaciones en la formación de la identidad, aspectos relevantes en la dinámica familiar.

6. Bowen, M. (1980). De la familia al individuo: la diferenciación del sí mismo en el sistema familiar. Editorial AmorrortuMurray Bowen introduce la teoría de los sistemas familiares, enfatizando cómo la diferenciación del individuo dentro de la familia es crucial para el equilibrio y la salud emocional del hogar.

7. Ellis, A. (2005). El ABC de la terapia racional emotiva conductual. Editorial Desclée de Brouwer.
Albert Ellis propone técnicas para identificar y cambiar creencias irracionales, promoviendo relaciones familiares más saludables y una distribución equitativa de responsabilidades.

8. Bandura, A. (1987). Teoría del aprendizaje social. Editorial Espasa-Calpe.
Albert Bandura expone cómo el comportamiento se aprende en un contexto social, subrayando la influencia de los modelos parentales en la formación de roles y responsabilidades en la familia.

Estas obras proporcionan perspectivas valiosas sobre la importancia del amor, la comunicación, la asignación de roles y la responsabilidad compartida en la dinámica familiar, respaldando el análisis presentado.