Con un largo repique de campanas de casi 10 minutos, el monasterio de Montserrat ha recibido este lunes al rey Felipe VI y a la reina Letizia en su visita a la Abadía con motivo de la celebración de su milenario. Es la primera vez en casi 50 años que un rey visita la emblemática montaña, epicentro del cristianismo catalanista, y Felipe VI lo ha aprovechado para clamar contra “los discursos totalitarios, los extremismos y las pretensiones de superioridad moral”. La visita del monarca ha indignado a partidos y entidades independentistas. La Assemblea Nacional Catalana, una de las principales entidades secesionistas, ha concentrado a unos 200 activistas a las puertas del Monasterio para evitar su entrada al Monasterio.
Felipe VI ha cerrado la jornada “Valores benedictinos, una contribución a la paz”, enmarcada en los actos conmemorativos del milenario. Con un discurso mayoritariamente en catalán, el monarca ha alabado la “perseverancia” de la comunidad benedictina y ha pedido ser “constantes en el viaje hacia el bien común”. También ha reivindicado “los patrones éticos en tiempos graves de incertidumbres geopolíticas y conflictos donde todos debemos velar para preservación y dignidad del espacio público”. Con unos 200 independentistas a las afueras del Monasterio en contra de la visita, Felipe VI ha remarcado “el vínculo entre el Monasterio y la Corona encarnado en las visitas de tantos reyes y reinas, desde Jaume I hasta mis padres”.
De carácter privado, el acto ha contado también con la presencia del presidente de la Generalitat, Salvador Illa; y varios representantes del tejido económico y empresarial de todo el país. La Abadía pretende incorporar en las celebraciones del milenario a “toda la sociedad civil” y este lunes ha invitado al sector económico.
La presencia del monarca, que en los últimos años ha aumentado su agenda en Cataluña tras la crisis del procés, y en un espacio vinculado al catalanismo histórico, refuerza la idea de “nueva normalidad” que Illa reivindica desde su llegada a la Generalitat el año pasado. El president también acompaña este lunes por la tarde a Felipe VI en una visita a Badia del Vallès con motivo del 50 aniversario de la creación del polígono de viviendas que dio respuesta habitacional a las personas llegadas a Cataluña desde otros puntos de España.
La visita real a un símbolo del catalanismo como es Montserrat ha indignado a buena parte de los independentistas. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha organizado esta mañana tres marchas a pie (desde Collbató, desde Coll de Can Maçana y desde Monistrol de Montserrat hasta el Monasterio) que ha terminado con una concentración de unas 200 personas a pie del Monasterio. En las montañas colindantes se han desplegado dos grandes estelades, visibles desde el acceso al Monasterio. “Nosotros no queremos ninguna monarquía, y menos aún ésta, que es heredera directa del régimen de Franco y de su fascismo”, ha expresado el presidente de la entidad. La entidad denuncia que los Mossos han requisado banderas independentistas y Junts pide la comparecencia de la consejera de Interior de la Generalitat, Núria Parlon, ante lo que considera una actuación “desproporcionada” de los Mossos. A pesar del clima reivindicativo, la jornada se ha celebrado con una normalidad generalizada.
En esta línea, el expresidente catalán Carles Puigdemont ha criticado la visita, que cataloga de “provocación” bendecida por “los dos lados de la plaza Sant Jaume”, en alusión al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. “No quieren que el Borbón se incomode”, ha manifestado. Puigdemont, mediante un escrito en sus redes sociales, ha señalado que el monarca se “autoinvitó” a Montserrat como parte de un plan para “españolizar” Cataluña. También el presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha afeado la visita. “Es una falta de respeto a Cataluña”.
Las protestas de los manifestantes llegados Montserrat han obligado al equipo de seguridad de la Casa Real a cambiar el punto de acceso de Felipe VI, que en vez de entrar por la entrada principal lo ha hecho por los jardines de la Abadía, un acceso secundario alejado de visitantes y manifestantes.
El Monasterio de Montserrat recibió el año pasada la medalla de oro del Parlament por su milenario y Gasch realizó un discurso con un marcado acento catalanista:“Estamos arraigados a una tierra por nuestra sensibilidad social y política, especialmente cuando hay que defender la democracia, entendida como la libertad del pueblo para elegir el poder y el futuro que quiera escoger”, dijo entonces.
Hacía 14 años que Felipe VI no visitaba Montserrat. En aquella ocasión, aún Príncipe de Asturias, inauguró una exposición del joven artista asturiano Hugo Fontela, amigo de la entonces Princesa Letizia. En 1990 también se desplazó hasta la montaña en una visita privada pero el rey de España no había pisado el monasterio desde que lo hiciera un joven Juan Carlos I en 1976.
