La galerista y coleccionista alemana Helga de Alvear (Kirn/Nahe, 1936) ha muerto este lunes, 3 de febrero, en Madrid a los 88 años de edad. Tras una vida definida por su pasión por el arte contemporáneo, ha sido figura clave para el desarrollo del arte contemporáneo y principal impulsora del Museo que lleva su nombre en Cáceres.
La trayectoria vital y profesional de Helga de Alvear la hizo merecedora de numerosos reconocimientos, entre los cuales destacan la Medalla de Extremadura en 2007, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes concedida por el Ministerio de Cultura en 2008, la Cruz de la Orden del Mérito Civil de la República Federal Alemana (2004), la Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid en 2020, o la Medalla al Mérito Cultural de la República Portuguesa de (2024), entre otros muchos galardones.
Helga de Alvear nació en Kirn/Nahe (Renania-Palatinado) en Alemania, y solía contar que, siendo niña, le gustaba coleccionar piedras duras que encontraba en el Río Nahe, provenientes de un yacimiento cercano a su casa y que, posiblemente, las formas, texturas y colores de esa primera colección de objetos naturales allanaran el camino hacia su posterior fascinación por el arte abstracto.
Tras la Segunda Guerra Mundial, que acaba cuando ella tiene 9 años, Helga de Alvear estudia en el colegio de Salem en el lago de Constanza, así como en Lausana y Ginebra, Suiza. Posteriormente, amplía estudios en Londres durante un año. En 1957, con 21 años, viaja a España con el objetivo de aprender el idioma. Siendo estudiante de Cultura Hispánica en la Complutense, el 27 de mayo de 1958, conoce al arquitecto Jaime de Alvear, con el que contrae matrimonio justo un año después, en la misma fecha de 1959 y con el que tiene tres hijas: María, Ana y Patricia.
Junto con su familia, Helga visitaba con frecuencia el Museo del Prado, donde queda prendada de obras como La Anunciación de Fra Angelico o la última etapa de Goya, artista del que adquiriría una primera edición de Los Caprichos décadas más tarde.
El origen de la Colección Helga de Alvear se remonta a 1967, momento en el que Helga de Alvear conoce a Juana Mordó, entra en contacto con los artistas del grupo en torno a Cuenca y El Paso y se fue interesando cada vez más por la escena artística española. Su primera adquisición fue una pintura de Fernando Zóbel pagada a plazos, y desde entonces, Helga sigue adquiriendo obras.
En enero de 1980, entra a trabajar en la galería Juana Mordó, fueron años de aprendizaje, tanto en cuestiones de gestión como en un mayor conocimiento del mundo artístico internacional, especialmente a través de ferias como Art Basel, la Fiac en Paris o la Feria de Colonia. En 1982, Helga de Alvear se convierte en una de las galeristas que apuestan por innovar en la escena española con la creación de la feria ARCO.
Con el paso del tiempo, la implicación de Helga de Alvear en la galería de Juana Mordó se hace cada vez más importante hasta que, con la muerte de Juana en 1984, toma las riendas. Durante los siguientes 10 años seguirá las enseñanzas y el modelo, tanto artístico como de gestión, de su mentora.
Sin embargo, en 1995 decide dar un giro a su carrera abriendo una nueva galería bajo su propio nombre en un espacio de más de 900 metros cuadrados junto al Museo Reina Sofía. En este nuevo proyecto apuesta por el arte contemporáneo más internacional con un especial interés por la fotografía, el vídeo y la instalación que en el momento son casi desconocidas en España.
Una de las colecciones más importantes
Actualmente, la de Helga de Alvear es una de las galerías más sólidas y de mayor trayectoria del panorama español, con un innegable reconocimiento internacional y su Colección es considerada como una de las más relevantes de Europa.
Muchas de las obras de la Colección han ocupado las salas de los museos de todo el mundo, pero el deseo de compartir su pasión por el arte contemporáneo con el mayor número de personas posible y de forma permanente la llevó a dar un paso más allá. Era necesario crear una institución sin ánimo de lucro, con vocación pública, participativa y transparente: la Colección necesitaba un museo del siglo XXI.
Cáceres se convirtió en el lugar idóneo para hacer su sueño realidad. En el año 2006 se constituyó la Fundación Helga de Alvear, en el año 2010 se inauguró el Centro de Artes Visuales y en el 2021 se inauguró el Museo Helga de Alvear, una institución cuya misión es poner en valor la generosidad y el legado de Helga de Alvear, reconociendo el carácter transformador del arte, tejiendo comunidad de relaciones a nivel local, nacional e internacional y expandiendo su pasión por el arte contemporáneo en la sociedad actual y generaciones futuras.
En palabras de Sandra Guimarães, directora del museo cacereño, «Helga de Alvear será por siempre recordada por su admirable generosidad y su imprescindible papel en el desarrollo del contexto artístico español e internacional».
«Helga fue una líder visionaria que tuvo un impacto indeleble en los artistas con los que trabajó, en los equipos de su Museo y su galería, en sus colegas, en sus numerosos amigos y en todo el mundo del arte. Helga siempre valoró el arte y sus relaciones con los artistas por encima de todo, puso todo su esfuerzo y cariño en hacer realidad el sueño de construir un museo y eligió como hogar para su colección la ciudad de Cáceres, siendo la principal defensora del proyecto hasta el final», ha subrayado.
Así, ha recordado que, de forma totalmente desinteresada, consiguió hacer realidad la creación de una Fundación y un Museo «cuyo impacto ha enriquecido y enriquecerá la vida de miles de personas a través del arte».
«Gracias a su generosidad y a su férreo compromiso con la sociedad hoy contamos con una de las colecciones internacionales de arte contemporáneo más relevantes de Europa y podemos seguir trabajando por cumplir su sueño: transformar la vida de las personas a través del arte. Helga de Alvear tiene un lugar propio en la historia del arte contemporáneo», ha concluido.