Peter Higgs, ganador del premio Nobel de Física en 2013 gracias a su descubrimiento de la partícula que lleva su nombre, el bosón de Higgs, ha muerto este lunes en su casa de Edimburgo a los 94 años de edad. Su trabajo propuso que dicha partícula, también conocida popularmente como la ‘partícula de Dios’, ayudó a unir el universo al darle masa a las partículas.
Pero retrocedamos hasta el 4 de julio de 2012. La comunidad científica de todo el mundo está expectante ante el anuncio que el CERN, la organización que opera el Gran Colisionador de Hadrones (LHC por sus siglas en inglés), va a hacer público a primera hora de la mañana. Ruedas de prensa se convocan por todo el planeta, presagiando que quizá la partícula predicha por Higgs medio siglo antes ha sido encontrada. Los vaticinios se cumplen: el LHC constata la existencia del bosón de Higgs. Se celebra como el hallazgo de la pieza final del rompecabezas que completa el Modelo Estándar, la gran teoría de Albert Einstein que describe una por una todas las partículas que dan forma a ‘la realidad’ y a las cuatro fuerzas que la gobiernan.
Al mismo tiempo, Higgs, quien esbozó la existencia del bosón en octubre de 1964 en un célebre artículo en la revista ‘Physical Review Letters‘, se encontraba ajeno a todo este alboroto. Había salido de casa para almorzar cuando un antiguo vecino le da la noticia: sus predicciones -que, aunque le valieron para bautizar a la esquiva partícula, no fueron las únicas: otros dos estudios se publicaron con diferencia de meses- se habían demostrado más allá del papel. Un año más tarde, es nombrado ganador del Nobel junto con François Englert, físico teórico belga cuyo trabajo en 1964 también contribuyó directamente al descubrimiento (y quien firmante de otro de los citados artículos paralelos).
La Real Academia Sueca de Ciencias, que otorga los máximos galardones científicos, dijo en ese momento que el Modelo Estándar que aún hoy sustenta la comprensión científica del universo «se basa en la existencia de un tipo especial de partícula: la partícula de Higgs. Esta partícula se origina en un campo invisible que llena todo el espacio. Incluso cuando el Universo parece vacío, este campo está ahí. Sin él no existiríamos, porque es a partir del contacto con el campo que las partículas adquieren masa. La teoría propuesta por Englert y Higgs describe este proceso», señalaron los académicos.
De ahí, que el bosón de Higgs fuese bautizado por algunos como la ‘partícula de Dios’, si bien la comunidad científica siempre renegó de este apelativo. El propio físico británico manifestó que no le agradaba en absoluto el nombre. «No se lo puse yo. Digamos que, para llegar al público, algunos físicos toman atajos que acaban resultando incompletos. Procuro que eso no me pase», afirmó en una entrevista para XL Semanal tras recibir el Nobel y el premio Príncipe de Asturias, galardón concedido también en 2013. «En su momento, nadie se enteró [se ríe], salvo los físicos teóricos, claro. Y, aun así, costó convencerlos, ya que fue una teoría formulada de manera muy novedosa», explicaba sobre su hallazgo.
Una breve enfermedad
Miembro de la Royal Society y Profesor Honorífico, Higgs pasó la mayor parte de su vida profesional en la Universidad de Edimburgo, que creó el centro Higgs de física teórica en su honor en 2012. «Peter Higgs fue un individuo extraordinario, un científico verdaderamente talentoso cuya visión e imaginación han enriquecido nuestro conocimiento del mundo que nos rodea -ha indicado en un comunicado Peter Mathieson, director de la universidad-. Su trabajo pionero ha motivado a miles de científicos y su legado seguirá inspirando a muchos más para las generaciones venideras».
La institución ha confirmado que ha fallecido «pacíficamente en su casa tras una breve enfermedad».
Por su parte, Alan Barr, catedrático de Física de la Universidad de Oxford (Reino Unido), ha lamentado la noticia en declaraciones a SMC. «Qué triste noticia. De la mente del profesor Higgs surgieron ideas que han tenido un profundo impacto en nuestra comprensión del universo, de la materia y de la masa. Propuso la existencia de un campo que impregna todo el universo, esa masa a partículas desde electrones a quarks top -señala Barr-. También fue un verdadero caballero, humilde y educado, siempre dando el debido crédito a los demás, y animando amablemente a las futuras generaciones de científicos y estudiosos».
Nacido en Newcastle, el científico deja dos hijos, Chris y Jonny, y dos nietos. Su exesposa, Jody, profesora de lingüística de la que estaba separado, murió en 2008.