Elon Musk suma y sigue en su desafío al Estado de Delaware. El CEO de Tesla anunció el miércoles que ha movido a Texas la sede de Space X, otra de las compañías que dirige, días después de que una juez de Delaware anulara el multimillonario paquete de compensación del magnate sudafricano por un total de 55.000 millones de dólares.
Musk recurrió a X, la red social que adquirió en 2022 por 44.000 millones de dólares, para confirmar el traslado de la sede legal de la empresa espacial. «¡SpaceX ha trasladado su Estado de constitución de Delaware a Texas! Si su empresa todavía está constituida en Delaware, le recomiendo mudarse a otro Estado lo antes posible», dijo el empresario en la plataforma, dejando constancia de su predilección por Texas.
Ya en 2021 emprendió una batalla similar contra California a raíz de su enfrentamiento durante la pandemia con el gobernador, Gavin Newsom. Musk se sintió injustamente tratado al tener que detener la producción de sus fábricas y trasladó la sede de la empresa de coches eléctricos a Austin, Texas. No solo eso. Abandonó Los Angeles, la ciudad donde había vivido durante años y parecía sentirse como en casa, en favor de Boca Chica, un pequeño pueblo texano ubicado a pocos kilómetros de la frontera mexicana.
Ahora ha comenzado los trámites para sacar a Space X de Delaware cuanto antes. La secretaria de Estado en Texas, Jane Nelson, confirmó que han aceptado la petición de cambio de domicilio a través de su página de internet. Era un movimiento previsible. A finales de enero, la jueza Kathaleen McCormick consideró que los miembros del consejo de administración de Tesla estaban influenciados por su relación con el CEO de la empresa y dio la razón a un pequeño inversor, Richard Tornetta, tras denunciar un «enriquecimiento excesivo e injustificado». Sin esa fortuna, Musk dejaría de ser el hombre más rico del mundo, una cantidad estratosférica que aseguró durante el juicio que pretende destinar a financiar su iniciativa de viajes interplanetarios.
Space X no es la única compañía que sale de Delaware en las últimas semanas. Neuralink, la empresa de implantes cerebrales de Musk, también cambió el Estado de su constitución empresarial la semana pasada. Pasa de Delaware, su nuevo Estado maldito, a su adorada Texas, donde gobierna con mano dura un republicano desde 2015, Greg Abbott.
Musk anunció la reubicación corporativa de SpaceX en Texas horas antes de que la compañía lanzara un módulo de aterrizaje robótico que intentará transportar cargas útiles de la NASA a la Luna. La hora de lanzamiento se pospuso hasta la madrugada del jueves desde el miércoles debido a un problema técnico.
Pese al traslado de domicilio y que Space X lanza sus cohetes al espacio desde Boca Chica, Texas, su sede corporativa sigue estando en Hawthorne, California, a unos pocos kilómetros del aeropuerto de Los Ángeles. Musk ya ha manifestado su intención de realizar el mismo cambio de domicilio oficial para Tesla, un movimiento que requeriría de la aprobación de los accionistas al tratarse de una empresa pública.
