Home » Nahiarte: Primer congreso “outsider” con artistas que se consideran marginales | España

Nahiarte: Primer congreso “outsider” con artistas que se consideran marginales | España

by Marko Florentino
0 comments


El trajín dentro del taller de arte poco tiene que envidiar al de la cocina de un restaurante en hora punta. No hay fogones, ni cuchillos, sino lienzos y pinceles. Una veintena de artistas centran su interés en lo que tienen entre manos, varios diseños para un cartel del concurso de putxeras de Balmaseda (Bizkaia). Algunos están en fase de aprendizaje, explorando técnicas y materiales; otros ya han comenzado su recorrido profesional. Sin embargo, todos están considerados como artistas marginales por un hecho que no interfiere en el resultado final de sus trabajos: tienen una discapacidad psíquica o intelectual.

El espacio se llama Nahiarte y promueve la inclusión de este colectivo en puestos de trabajo creativos. “Incluso en el mundo del arte, donde supuestamente la libertad y la originalidad son valores fundamentales, sigue habiendo una exclusión implícita de quienes no se ajustan a los códigos dominantes”, denuncia una de sus socias cofundadoras. Ana Urgoiti echa en falta un “reconocimiento social” hacia estos artistas y, hasta llegar a ese punto, “nos toca mediar, sensibilizando y mostrando su capacidad artística”.

Ahora, han cogido la brocha gorda con decisión y organizado el primer congreso outsider celebrado en España, con presencia de una docena de centros de todo el país, donde han reflexionado y elaborado un informe de buenas prácticas en este sector artístico. Con esto, han sentado las bases de una federación que impulse el arte fuera de los límites convencionales para, después, pedir al Ministerio de Cultura un compromiso de políticas públicas en la mejora de su situación.

La figura del artista está “poco reconocida” en España y si, además, “tiene discapacidad, aún menos”, lamenta Urgoiti. Lo comprueba cuando su equipo asiste a ferias internacionales para promocionar el trabajo de sus artistas: “Frente a otros países, aquí no tenemos ni el mismo nivel de inclusión, ni la misma mirada hacia la discapacidad. En Europa, vendemos obras y aquí cuesta muchísimo, incluso con cuadros de calidad”.

La estructura de su itinerario se articula sobre dos pilares. Por un lado, Bilbao Formarte, donde seis profesoras imparten formación en técnicas, expresión y compromiso artístico a jóvenes con discapacidad psíquica o intelectual. Por otro lado, el propio taller Nahiarte, que actúa como una transición al mundo laboral como centro especial de empleo. “Aquí es donde aspiramos a contratar como artistas a todas aquellas personas que hayan terminado su formación y quieran dedicarse al arte como profesión”, explica Urgoiti. Ahora mismo, tienen a tres en nómina y 17 aspirantes. “El objetivo final es que puedan vivir de sus cuadros o creaciones”.

Un trampolín profesional

Uno de los próximos en firmar contrato, después de verano y si no hay sorpresas, será Daniel Estévez. Lleva trabajando en el último mes y medio con la portada del último sencillo que ha sacado un músico local. “Primero la dibujé en papel y después la pasé a digital para avanzar más rápido”, admite tras dejar la tableta donde retocaba su boceto: una mujer cruzando la calle de una gran ciudad.

Este joven bilbaino de 27 años se siente “reconocido” desde que comenzó su formación en este centro hace ya ocho años. En todo este tiempo, dice, “he aprendido a dibujar con acuarelas, rotuladores acrílicos, lápices, ceras o carboncillo”. Pero con lo que más disfruta es dibujando “ovnis, alienígenas o todo lo relacionado con el espacio”, explica este artista experto “en perspectivas y en ofrecer un punto de humor político” en sus creaciones.

Uno de los trabajos artísticos realizados por personas con discapacidad en Nahiarte.

Para otros, como Maika Manjón Serrano, el arte ha sido un salvavidas. Este espacio forma parte de su “terapia, rutina y estabilidad”. Conoció el proyecto a través de un compañero de su hogar residencial. “En ese momento yo estaba pasando por una etapa muy difícil y me sentía muy débil emocionalmente. Había vivido situaciones muy duras que me dejaron con la autoestima completamente rota, con pensamientos muy oscuros. Nahiarte fue desde el primer día un refugio para mí”, cuenta esta chica de 19 años en conversación con EL PAÍS.

Cuando empezó a pintar, lo que salía en sus creaciones era “rabia, dolor y frustración”. “Era mi manera de expulsar lo que llevaba dentro”, recuerda. Con el tiempo, esa necesidad de expresión ha dado paso a la libertad. “Es, simplemente, vivencia y expresión. Me siento libre”, afirma reconfortada y sin sentirse juzgada, “a diferencia de otros lugares”.

La joven de Durango (Bizkaia) se muestra dolida por los comentarios de “los críticos más puristas”, quienes rechazan su trabajo como arte. “Eso duele porque muchas veces no se valora el proceso, el esfuerzo o la historia que hay detrás de una obra. No basta con mirar el resultado final. Imagínate que el artista tiene dificultades de movilidad y para hacer un trazo ha necesitado un esfuerzo inmenso. El arte no solo es técnica, también vivencia, pensamiento o intención”, reflexiona a falta de referentes en los que verse reflejada.

“Si algo tenemos claro es que nosotras les miramos como artistas, no como personas con discapacidad”, aclara Irati de la Torre. Eso sí, su papel como profesora no es imponer una técnica o un resultado. “No vienen a dibujar la manzana perfecta. Ellos crean sin buscar una aprobación y esto es realmente liberador”, recoge esta profesional que descubrió el taller tras hacer las prácticas de la universidad en 2013, cuando la actividad comenzó. “Trabajan desde su creatividad y no desde la repetición. Nosotras podemos darles referencias o explicaciones, pero no intervenimos en su obra. Eso sería traspasar una línea roja”.

De la Torre, que tras estudiar Bellas Artes cursó un grado de Animación Sociocultural, reconoce que “lo más bonito” es ver cómo va ganando confianza en sí mismo su alumnado: “Quienes se acercan se vuelven más autónomos, responsables y organizados”. A nivel artístico, ven cómo evolucionan sus procesos creativos o sus inquietudes. “Es muy bonito acompañar eso”.

Una persona con discapacidad intelectual trabaja en Nahiarte (Bilbao).

Pinceladas contra el prejuicio

El arte outsider no siempre busca gustar. “A veces, solo busca ser. Y eso es lo que todavía no entendemos como sociedad”. El problema para De la Torre viene desde la educación temprana: “En los colegios, se impone cómo ‘hacer bien’ un dibujo y no se deja espacio para la imaginación porque buscamos la perfección en vez del proceso. Y eso es un error”.

De esos barros, estos lodos. “Mucha gente sigue criticando cuando ve las obras de Nahiarte que eso podría hacerlo un niño de cinco años. Es lo que debemos cambiar”. El congreso ha sido solo la primera pincelada de un cuadro entero por pintar, aunque se salga de los límites de su marco.



Source link

You may also like

Leave a Comment

NEWS CONEXION puts at your disposal the widest variety of global information with the main media and international information networks that publish all universal events: news, scientific, financial, technological, sports, academic, cultural, artistic, radio TV. In addition, civic citizen journalism, connections for social inclusion, international tourism, agriculture; and beyond what your imagination wants to know

RESIENT

FEATURED

                                                                                                                                                                        2024 Copyright All Right Reserved.  @markoflorentino