Entre centros logísticos y sedes de grandes empresas como Mapfre o Nokia, en el polígono industrial de Las Tablas, ha abierto sus puertas un local que resulta invisible a ojos del viandante. En las plantas superiores del número cinco de la calle María Tubau, un bloque de oficinas multiusos, se ha instalado la sede de la asociación Núcleo Nacional. A simple vista, podría parecer un gimnasio con salón de actos, pero todo está diseñado para evocar una fortaleza neonazi, con retratos de Adolf Hitler incluidos.
El nombre del espacio, El Nido, ya es una declaración de intenciones: alude al Nido del Águila de Berchtesgaden, el retiro alpino de Hitler. A diferencia de aquel enclave montañoso, esta sede se levanta en una zona de alto nivel, donde los alquileres de oficinas rondan los 4000 euros al mes.
Sede de Núcleo Nacional con un retrato de Adolf Hitler.
El local es mucho más que un gimnasio: es el cuartel general de una nueva plataforma de extrema derecha que ha mutado del activismo digital al despliegue físico. Núcleo Nacional es la marca con la que se presenta ahora el movimiento Noviembre Nacional, surgido durante las protestas frente a la sede del PSOE a finales de 2023. Aquellos encapuchados que agitaron calles y redes de forma incendiaria han adquirido presencia legal.
El movimiento adoptó la forma jurídica de una asociación que asegura realizar «actividades cívico-políticas», cuya sede social, inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior, coincide con la del partido ultra Democracia Nacional, en Valladolid.
Según confirman fuentes policiales a GRAN MADRID, «Núcleo Nacional es un rebranding de movimientos ultras más veteranos que han perdido fuelle, como la propia Democracia Nacional, España 2000 -cuya sede acogió la presentación de la asociación en Valencia- y grupos como Bastión Frontal».
El discurso que promueven esquiva la vía electoral -«el futuro no pasa por las urnas»- y apela a la «defensa activa» de barrios y fronteras, un eufemismo que desemboca en convocatorias frente a centros de acogida de menores extranjeros, como el de Hortaleza, y en regodearse cuando estos chicos son agredidos, como sucedió a principios de esta semana. «No todos los héroes llevan capa, algunos van con capucha», escribieron en la red social X tras la agresión.
Al igual que la inmensa mayoría de sus integrantes, el portavoz del grupo, que se hace llamar Iván, comparece en los vídeos propagandísticos embozado en un pasamontañas negro, acompañado por otros con la misma estética, y vestidos con ropa que luce el logo del grupo: el emblema volteado de la división de las SS Das Reich.
Junto a él aparecen rostros conocidos del panorama neonazi español. Entre ellos, el cantante Alberto Pugilato, condenado por delito de odio, que en uno de sus mítines definió a Núcleo Nacional como «la testosterona en un mundo feminizado, el músculo que empuje esta sociedad al otro lado del abismo». También participan habitualmente el veterano ultraderechista Enrique Lemus, procedente de Democracia Nacional, e Isabel Peralta, condenada por delito de odio por proclamas antisemitas como «los judíos son los culpables de todos los males que hay en la humanidad o prácticamente de casi todos», y vinculada a redes neofascistas europeas en Alemania. Una plantilla que resume el proyecto: músculo callejero, doctrina explícita y estrategia digital para ganar adeptos.
Un rol de reclutamiento en el que la nueva sede de Las Tablas también juega un papel esencial, ya que la cuota mensual para formar parte del grupo (10 euros) incluye el acceso al gimnasio, donde se practica musculación y deportes de contacto. También obtienen ingresos vendiendo pasamontañas, camisetas, pulseras y brazaletes con el logo del grupo a través de una tienda de ropa online, montada con la plataforma Shopify, cuya dirección de devoluciones es la sede de Democracia Nacional.
Pese a coquetear con grupos afines a Vox, como sus juventudes, Revuelta, durante la DANA de Valencia, su postura es crítica hacia la formación de Santiago Abascal. La llaman «la derechita valiente» de forma irónica y consideran al partido «blando» y «sistémico», aunque comparten escenarios de acción como Ferraz o Paiporta, y caladero emocional entre los jóvenes. Además, mantienen conexiones con supremacistas de países como Polonia, Hungría o Alemania y promueven la «remigración», un eufemismo popularizado por el partido alemán AfD para la deportación forzosa de inmigrantes.
Fotomontaje del Gran Wyoming con una caricatura antisemita al estilo Der Sturmer compartida por Núcleo Nacional.
Durante su corta vida como asociación, Núcleo Nacional ha despertado el interés del Ministerio del Interior a causa de sus vídeos contra los inmigrantes. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, los ha calificado de «salva patrias» que pretenden erigirse en vigilantes al margen de la ley y aseguró que la Guardia Civil los investiga por la posible comisión de un delito de odio desde hace meses.
Mientras tanto, el grupo continúa intensificando su actividad, donde no dudan en mostrar su antisemitismo con caricaturas sobre personas judías, y han anunciado la apertura de una nueva sede en Barcelona.
