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Respirar es un acto tan automático como vital, pero pocas veces pensamos en los órganos que lo hacen posible. Los pulmones, protagonistas silenciosos del sistema respiratorio, trabajan sin descanso para oxigenar cada célula del cuerpo y eliminar el dióxido de carbono que generamos. Sin embargo, factores como la contaminación, el sedentarismo o ciertos hábitos alimenticios pueden afectar su funcionamiento y favorecer la acumulación de mucosidad o el desarrollo de enfermedades respiratorias. Cuidar de ellos no requiere grandes esfuerzos, sino pequeños gestos diarios que pueden marcar la diferencia. Desde THE OBJECTIVE repasamos siete hábitos sencillos y eficaces para mantener tus pulmones limpios, saludables y en plena forma.
Claves para mantener limpios tus pulmones
Los pulmones necesitan cuidados específicos que pueden integrarse fácilmente a la rutina diaria. Diversos estudios y expertos médicos, como los citados por Medical News Today, coinciden en que pequeños hábitos pueden marcar la diferencia a la hora de limpiar las vías respiratorias y prevenir enfermedades como la EPOC, el asma o las infecciones respiratorias. Esta misma línea de prevención también es respaldada por especialistas como el doctor Cortés, quien destaca la importancia de mantener una higiene pulmonar constante mediante prácticas sencillas, pero efectivas que favorecen la función respiratoria y el bienestar general.
1. Ejercicio físico, el pulmón agradecido
El deporte regular no solo fortalece músculos y corazón, también mejora la eficiencia pulmonar. Actividades como caminar, nadar, correr o incluso bailar incrementan la frecuencia respiratoria, obligando a los pulmones a trabajar más y facilitando una limpieza natural de los conductos. Además, mejora la oxigenación de todo el cuerpo y reduce el riesgo de infecciones respiratorias.
2. Alimentación antiinflamatoria, clave silenciosa
Frutas rojas, cúrcuma, jengibre, nueces o aceite de oliva virgen extra son algunos de los ingredientes que ayudan a combatir la inflamación de las vías respiratorias. Este tipo de dieta no solo mejora la función pulmonar, sino que también alivia la sensación de pesadez en el pecho y reduce la frecuencia de infecciones. Además, contribuye a mantener un sistema inmunológico fuerte.
3. Inhalación de vapor, un alivio inmediato
La terapia de vapor es una técnica sencilla y efectiva que consiste en respirar vapor de agua caliente para abrir las vías respiratorias. Este método ayuda a aflojar la mucosidad acumulada, facilitando su expulsión. Ideal para personas con congestión, rinitis o bronquitis, se puede realizar en casa con un recipiente de agua caliente y una toalla, creando una especie de sauna facial.
4. Infusión de jengibre y tomillo
Tanto el jengibre como el tomillo son conocidos por sus propiedades expectorantes, antiinflamatorias y antisépticas. Consumir una infusión caliente de estas hierbas contribuye a descongestionar las vías respiratorias, calmar la irritación y facilitar la expulsión de mucosidad. Tomarla una o dos veces al día, especialmente en épocas de frío o alergias, puede ser un gran aliado para los pulmones.
5. Drenaje postural para eliminar secreciones
Esta técnica, también conocida como drenaje de mucosidad, aprovecha la gravedad para expulsar las secreciones bronquiales. Implica adoptar distintas posturas, acostado boca abajo, de lado o con la cabeza inclinada hacia abajo, para facilitar que la mucosidad fluya hacia la garganta y pueda ser expulsada. Suele usarse como parte de terapias respiratorias, pero también puede incorporarse como práctica diaria.
6. Té verde, antioxidantes en cada sorbo
Rico en catequinas, el té verde se ha ganado un lugar en las rutinas de bienestar por su capacidad antioxidante. Estas moléculas ayudan a reducir la inflamación pulmonar, protegen las células del estrés oxidativo y pueden incluso disminuir el riesgo de enfermedades respiratorias crónicas. Un par de tazas al día bastan para obtener sus beneficios.
7. Percusión torácica, la ayuda profesional
Utilizada por fisioterapeutas respiratorios, la percusión torácica consiste en aplicar golpes rítmicos con las manos en forma de cuenco sobre el pecho o la espalda. Esta técnica ayuda a despegar la mucosidad de las paredes pulmonares para facilitar su eliminación. Es especialmente útil en personas con acumulación crónica de secreciones o en recuperación de infecciones.
8. Tos controlada, especialmente útil en pacientes con EPOC
Aunque toser es un reflejo natural, hacerlo de forma controlada puede convertirse en una herramienta terapéutica. La tos dirigida ayuda a movilizar la mucosidad sin forzar en exceso los pulmones. La técnica consiste en tomar una respiración profunda, retenerla unos segundos y luego toser de forma suave y prolongada. Es particularmente recomendada por neumólogos para personas con enfermedades respiratorias crónicas.
9. Vapor con hojas de eucalipto
El eucalipto ha sido utilizado durante siglos por sus propiedades descongestionantes y antibacterianas. Añadir unas hojas secas o unas gotas de aceite esencial de eucalipto al agua caliente potencia los efectos de la inhalación de vapor. El aroma intenso ayuda a abrir los bronquios y despejar la nariz, además de aportar una sensación inmediata de alivio en caso de congestión o resfriado.
