La importante reunión celebrada este miércoles en Dunton (Inglaterra) entre la dirección mundial y europea de Ford y los sindicatos europeos ha concluido “de manera positiva y constructiva”, según indica en un comunicado UGT, sindicato mayoritario en la planta de Almussafes. Fuentes cercanas a la negociación se muestran optimistas en cuanto a las garantías dadas por la dirección de la multinacional a los trabajadores sobre la continuidad de la fábrica valenciana, que el 17 de abril dejará de producir la furgoneta Transit Connect. El SUV Kuga será entonces el único vehículo que se ensamble en la factoría, que cuenta con una plantilla de cerca de 4.800 trabajadores.
No obstante, el sindicato señala que este jueves se hará público un comunicado del comité de empresa europeo, en el que se dará más información de la reunión que se ha prolongado cerca de cuatro horas. En este sentido, el presidente del comité de empresa de la planta de Ford de Almussafes, Carlos Faubel (UGT), ha reiterado a EFE que la reunión ha sido “constructiva”, ha discurrido “en líneas positivas”, pero ha insistido en que se ha adoptado el compromiso de informar del encuentro mañana.
La reunión ha tenido lugar en Dunton, donde Ford tiene una planta de motores y un centro de investigación, y, según fuentes de Ford España, tenía carácter interno. Según informó UGT, en ella iban a participar el presidente de Ford, Jim Farley, el director de Operaciones, Kumar Galhotra, y representantes de la dirección europea, y por parte sindical el presidente del Comité de empresa europeo y su vicepresidente y el presidente del comité de Ford en Almussafes, Carlos Faubel.
El sindicato UGT había depositado sus esperanzas en que en este encuentro se concretaran las decisiones sobre la situación de la factoría de Almussafes, que a partir del 17 de abril se quedará con un único modelo en producción, para definir la carga de trabajo de la planta en los próximos meses y en los años venideros en su tránsito anunciado y posteriormente congelado hacia la electrificación.
Para Faubel, la solución pasaría por encargar a la planta española la producción de algún modelo, probablemente híbrido, y garantizar con él la carga de trabajo hasta la electrificación anunciada por la multinacional para esta factoría.
En estos momentos, la factoría de Almussafes tiene en marcha un ERTE que finalizará, tras su reciente ampliación, el 19 de abril. Esta ampliación del ERTE de nueve días laborables cubrirá la falta de suministro de proveedores y la fase del lanzamiento del Kuga híbrido, que no estará todavía en su etapa final, y afectará a una media de 640 personas al día, con un tope de 700.
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El ERTE, que se comenzó a aplicar el pasado 13 de febrero e inicialmente abarcaba hasta el 28 de marzo, afectará a la planta de vehículos -que parará el turno de producción por las tardes todos los días- y a la de motores -que añade cinco días-.
En los últimos años la factoría ha perdido empleos por procesos de despido que han dejado la plantilla en unos 4.800 trabajadores y ha aplicado sucesivos ERTE que comenzaron con la pandemia de coronavirus en 2020 y se han ido renovando por problemas en los suministros o la falta de componentes, y de plantilla por la bajada de la producción, a lo que se suma la incertidumbre por la transición al vehículo eléctrico.
La fábrica valenciana ha pasado de producir casi 370.000 coches en 2018 de cinco modelos distintos, a fabricar poco menos de 212.000 el año pasado, lo que representa una caída del 42%. Entre medias, la fábrica, además de la inminente pérdida de la furgoneta, dejó de hacer el Mondeo, el S-Max y el Galaxy, en un contexto en el que pasó de todo en el mundo del automóvil: una pandemia que paralizó la producción de las fábricas, una crisis de chips que generó un gran cuello de botella y guerras que también afectaron a las cadenas de suministros. Todo esto mientras el sector aceleraba en su transición al coche eléctrico y Ford asignaba modelos eléctricos a sus plantas europeas, siempre dejando fuera a Almussafes.
En 2021, la compañía inició un largo proceso en el que la marca puso a competir a Almussafes con la planta alemana de Saarlouis para ver qué fábrica ofrecía mejores condiciones de productividad y de costes para hacer una nueva generación de coches eléctricos. Por ello, UGT acordó con Ford en febrero de 2022 la congelación de salarios y el aumento de la jornada de trabajo para convencer a la dirección de la compañía, que finalmente eligió a la factoría como “la fábrica preferida para ensamblar vehículos basados en una arquitectura de coches eléctricos de próxima generación”.
Sin embargo, las expectativas del sector de crecimiento del mercado eléctrico no se están cumpliendo y los planes de electrificación se han ido retrasando hasta el punto de que Ford los “congeló” en Europa a fines del año pasado. Esta situación hicieron saltar todas las alarmas sobre la continuidad de la fábrica valenciana, aun habiendo sido elegida frente a la alemana.
Previsiones financieras
Por otra parte, el grupo automovilístico ha confirmado sus previsiones financieras para el año en curso, en el que espera lograr un beneficio operativo ajustado de entre 9.241 y 11.089 millones de euros. Así lo ha remarcado el director financiero de Ford, John Lawler, que ha ratificado la orientación operativa proporcionada por el grupo a principios de febrero, apuntando a un flujo de caja libre ajustado de 5.544 millones y 6.469 millones de euros, así como gastos de capital de entre 7.393 millones y 8.779 millones de euros.