La transformación digital de los pagos ya no es solo una tendencia: es una necesidad estratégica para modernizar las economías, promover la inclusión financiera y fortalecer el ecosistema digital en América Latina y el Caribe. En una región donde millones de personas aún dependen del efectivo, la adopción de soluciones móviles representa una oportunidad decisiva para dinamizar la economía, mejorar la competitividad de los negocios y abrir la puerta a nuevos servicios financieros.
Mastercard lidera esta evolución a través de un programa regional que impulsa el uso de billeteras digitales, tecnología contactless y soluciones innovadoras como Tap on Phone, Apple Pay y Google Pay. Estas herramientas permiten convertir cualquier teléfono inteligente en una terminal de pago, eliminando barreras de entrada para micro y pequeños comercios y facilitando la digitalización del comercio informal.
Esta estrategia responde a dos realidades ineludibles: el crecimiento exponencial del acceso a teléfonos inteligentes y la necesidad urgente de digitalizar pagos cotidianos, desde la compra en un colmado hasta el pago de servicios públicos. Integrar estas soluciones no sólo aporta comodidad y rapidez, sino que también fomenta la formalización económica, crea trazabilidad y habilita el acceso a crédito para quienes tradicionalmente han estado excluidos del sistema financiero.
Según estimaciones de Mastercard, durante los primeros 12 meses de implementación del programa se prevé un incremento del 25 % en la adopción de pagos móviles entre comercios aliados, así como la incorporación de más de 100,000 nuevos usuarios al ecosistema digital. Este crecimiento impacta directamente en la economía local, donde negocios de todos los tamaños —desde emprendimientos barriales hasta grandes cadenas minoristas— pueden operar de forma más eficiente, segura y conectada.
En República Dominicana, el entorno es especialmente favorable para esta transformación. El acceso a teléfonos inteligentes sigue en aumento y, desde 2024, más del 50 % de los bancos locales ya ofrecen billeteras digitales o han integrado plataformas internacionales como Apple Pay y Google Pay, muchas de ellas en alianza con Mastercard. Este avance se refleja incluso en servicios públicos, como la habilitación del pago con tarjetas sin contacto en el transporte público de Santo Domingo, un paso clave para democratizar el acceso a servicios más eficientes y formales.

Los pagos móviles también son una herramienta poderosa para la inclusión financiera. Al vincularlos con cuentas de bajo costo y billeteras digitales, miles de emprendedores y trabajadores independientes pueden integrarse al sistema formal. Además, tecnologías como Tap on Phone reducen costos, ya que vender con tarjeta ya no exige invertir en dispositivos adicionales: basta con un celular habilitado para NFC para empezar a recibir pagos electrónicos.
El objetivo final es claro: construir un ecosistema digital sostenible, interoperable y equitativo que impulse la productividad y prepare a las economías locales para un futuro más conectado. Al reducir la dependencia del efectivo y fomentar una cultura de pagos digitales seguros, República Dominicana avanza hacia una economía más competitiva, inclusiva y preparada para los desafíos de la nueva era digital.
Apostar por los pagos móviles no es solo una decisión tecnológica. Es una decisión de país, una apuesta por el desarrollo económico y social que beneficia a consumidores, comerciantes y comunidades enteras.