El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha pronunciado este miércoles sobre la querella que la Abogacía del Estado ha presentado en su nombre contra el juez Juan Carlos Peinado por prevaricación. “La Abogacía lo que hace es defender la institución de la Presidencia del Gobierno porque ha visto que se han atropellado derechos que vienen recogidos en la ley desde 1886”, ha dicho el jefe del Ejecutivo en una comparecencia pública ante periodistas para hacer balance del curso político. Sánchez ha calificado la investigación judicial de Peinado como un “no caso” y ha asegurado que “el tiempo pondrá las cosas en su sitio”. El dirigente socialista ha definido su comparecencia del martes ante el magistrado como “un montaje” y ha añadido: “Me pareció absolutamente patético y bochornoso ver a las asociaciones ultraderechistas pelearse por ver quién entraba en La Moncloa”.
Sánchez ha preferido esperar 24 horas antes de manifestarse en público sobre la querella. En la tarde del mismo martes, tras reunirse con el rey Felipe VI en el palacio de La Almudaina de Palma, el presidente optó por eludir el tema: “Después de un despacho con el jefe del Estado ni debo, ni quiero ni puedo referirme a ello”, dijo. Este miércoles ya no ha podido hacerlo en el encuentro que ha mantenido con periodistas en La Moncloa, aunque tampoco se ha explayado mucho sobre la cuestión.
A la pregunta de una periodista sobre si consideraba que el juez Peinado había emprendido una campaña de “lawfare” (guerra jurídica) contra el Ejecutivo, Sánchez ha vinculado la investigación abierta contra su esposa, Begoña Gómez —imputada por tráfico de influencias y corrupción en los negocios— con el “fracaso del proyecto político” de la oposición. “Tenemos un Gobierno que gobierna y una oposición que fabula”, ha incidido el socialista, que ha remachado: “¿Qué tiene la oposición? En lugar de hablar de crecimiento económico, te habla de un no caso. En lugar de hablar de avances sociales, identifica la migración con la delincuencia. Y en lugar de aportar y arrimar el hombro para resolver la crisis institucional derivada del conflicto en Cataluña, a todo lo llama golpe de Estado”.
“La Abogacía del Estado lo que ha hecho es defender la institución de la Presidencia del Gobierno de España porque ha visto que se han atropellado derechos que vienen reconocidos en la institución de la Presidencia nada más y nada menos que desde 1886. Repito, no 2006; no 1996; no 1906; [sino] desde 1986”, ha recalcado Sánchez: “Se defiende la dignidad de la institución, se reclama la separación de poderes. Y yo tengo que trasladar dos cosas a la ciudadanía: que el tiempo pondrá las cosas en su sitio y que este Gobierno está a lo importante”.
Entre otros argumentos, según consta en la querella, el Ejecutivo insiste en que el magistrado dictó una resolución “injusta” y “a sabiendas” con la citación de Sánchez cuando le impidió declarar por escrito, como permite la ley a los miembros del Gobierno cuando van a comparecer en una instrucción como testigos por hechos que han conocido por razón de su cargo. Para justificarlo, Peinado alegó que quería preguntarle por temas que no tienen que ver con su puesto, sino con su condición de marido de Gómez, pese a que a ella la investiga por “todos los actos, conductas y comportamientos que ha llevado a cabo desde que su esposo es el presidente”.
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Sánchez no ha querido aclarar algunos detalles que han brotado en la instrucción abierta contra su esposa. “¿Tuvo conocimiento de las reuniones de su mujer en La Moncloa? ¿Usted participó en alguna? ¿Tuvo conocimiento de las cartas de interés?”, le ha preguntado un periodista. El presidente ha contestado así: “He dado explicaciones suficientes en el Congreso de los Diputados. Es un no caso que viene derivado de la frustración e impotencia de una oposición que ha renunciado a la batalla de las ideas”.