El Gobierno se está implicando al máximo nivel en la negociación con la Unión Europea para arrancar una flexibilización de la política agraria que contente a los agricultores aquí en España y logre aplacar la revuelta del campo, que cumple tres semanas pisando asfalto en las grandes ciudades. Sin embargo, a cuatro días de la reunión del Consejo de Ministros de la UE, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, da por perdida la negociación de una de las medidas clave como son las cláusulas espejo.
Planas lleva meses defendiendo en Bruselas la necesidad de aplicar cláusulas espejo a las importaciones agroalimentarias procedentes de terceros países para que cumplan con las mismas exigencias medioambientales, sanitarias, de bienestar animal o fitosanitarias establecidas en la Unión Europea y garantizar así la competencia en igualdad de condiciones. Es una de las reivindicaciones prioritarias de los agricultores y ganaderos que se manifiestan estos días en España.
Sin embargo, el ministro ya da por hecho que no logrará un consenso en el Consejo del lunes, aunque el Ejecutivo español está echando el resto en esta negociación. Ayer mismo el presidente Pedro Sánchez comunicaba que ha enviado una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, para que atienda la «justas» reivindicaciones de los agricultores españoles, «singularmente todas aquellas referidas a la reducción de la burocracia, pero no sólo, sino también a que tengamos esas cláusulas espejo con aquellas otras regiones con las que comercializamos».
«Es un tema sobre el que pienso reiterar, pero que no podremos, evidentemente, cerrar el próximo lunes, porque es una cuestión que tiene más alcance», asumía el ministro Planas este lunes durante su intervención en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum. Así, el titular de Agricultura da por perdida la negociación, al menos, en estos momentos. «Nosotros producimos en determinadas condiciones, prohibimos determinados productos fitosanitarios y hay países terceros que los emplean. Ahí hay un problema de competencia desleal y nuestros agricultores se quejan de ello y tienen razón, por eso les defendemos», ha afirmado.
Si bien a renglón seguido, y pese a reconocer que existe un problema de competencia desleal que afecta a los productores españoles, Planas ha reconocido que los defensores de las cláusulas espejo no alcanzan en estos momentos «una mayoría cualificada» en el Consejo de Ministros europeo. «Sí un grupo de países apoyados en el Parlamento Europeo», ha afirmado. Aunque después ha admitido que, «llegado el caso», la reforma requeriría de una negociación en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para analizar si las cláusulas son compatibles.
La reforma para la introducción de estas cláusulas, por tanto, no se va a producir a corto plazo, lo que mantendrá el pulso de los agricultores al Gobierno. Desde todas las organizaciones convocantes de las movilizaciones que se están produciendo desde hace tres semanas (tanto las más representativas, Asaja, UPA y Coag, que negocian con el Ministerio de Agricultura, como otras con un gran poder de convocatoria, como han demostrado Unión de Uniones o la plataforma 6F) denuncian al competencia desleal y exigen la introducción de estas cláusulas.
Planas ha anunciado que convocará a las organizaciones profesionales agrarias con las que mantiene abierta una mesa de negociación a partir del lunes, tras la celebración del Consejo de Ministros europeo, para avanzar en las posibles soluciones a la crisis del campo. Sin embargo, desde Unión de Uniones, la asociación que movilizó a miles de agricultores y cientos de tractores ayer en Madrid, ya avanzaban este miércoles que tenían escasas esperanzas de que España lograse introducir una modificación de tal calado como las cláusulas espejo en Bruselas y que anunciarán un nuevo calendario de movilizaciones tras conocer el resultado de las negociaciones el día 26 de febrero.