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Ciudades como Londres y Edimburgo ofrecen estos días una imagen inquietante. De sus esculturas cuelgan mochilas portabebés y pañuelos de porteo con muñecos hiperrealistas en su interior. Los padres han trasladado su desconsuelo por no poder atender a sus hijos recién nacidos a los personajes más ilustres petrificados en diferentes puntos de las ciudades.
En Leicester Square de Londres, un Gene Kelly inmortalizado hace su icónica pose de Cantando bajo la lluvia con un bebé de plástico aferrado a él. En la estación de Paddington, una estatua del famoso ingeniero civil Isambard Kingdom Brunel aparece sentada con otro muñeco en sus brazos. Cerca del Emirates Stadium, una réplica de la leyenda del Arsenal Thierry Henry se arrodilla triunfante con una criatura sujeta a su pecho. Lo mismo hacen sir Laurence Olivier y otros mitos del cine, del deporte y otros ámbitos en lugares estratégicos.
The Dad Shift
La iniciativa es una llamada de atención al Gobierno de Keir Starmer y la ha tomado el grupo activista The Dad Shift, que exige una mejora de las condiciones del permiso de paternidad, considerado uno de los peores de Europa. En una carta abierta para la que solicitan firmas, reclaman «una política de permiso de paternidad adecuada al siglo XXI». Recuerdan que uno de cada tres padres no puede tomarse esta licencia cuando llega el bebé y que uno de cada dos tiene dificultades económicas para llegar a fin de mes por disfrutar de la baja.
Estatua del futbolista del Arsenal Thierry Henry.
En Reino Unido se ofrece dos semanas de baja obligatoria para los padres y un salario que no llega a las 185 libras semanales (221 euros). Muchos de ellos no se pueden permitir acogerse a este permiso tras el nacimiento. The Dad Shift seguirá su campaña hasta conseguir que el permiso de paternidad sea como mínimo de seis semanas y esté remunerado al 90% «Hay generaciones de padres que sienten que han perdido el tiempo que querían pasar con sus hijos», dicen estos activistas. «Perderse ese tiempo es una tragedia para esos padres, una tragedia para las madres y una tragedia para los niños», añaden.
Los padres en pie de guerra
Llaman también la atención sobre el hecho de que se excluya a los hombres en la valoración del bienestar familiar. «A las mujeres se les suele hacer preguntas sobre sus vidas como esposas, madres e hijas, mientras que a las figuras masculinas no se nos invita a compartir esa parte de nosotros mismos».
Lo que reclaman es esa cercanía afectiva en esta primera etapa de vida que favorece la relación paterno filial y el bienestar familiar. Quieren aportar, igual que la madre, ese apego que ayudará al hijo a sentar las bases para el desarrollo de su personalidad. «Un permiso parental adecuado para padres y coparentales es bueno para las madres, para los hijos, para los padres y para la sociedad en su conjunto», señala el colectivo en la carta que entregará al primer ministro británico en los próximos días.
Estatua del ingeniero civil Isambard Kingdom Brunel en la estación de Paddington.
El vínculo padre e hijo nace en los meses de gestación y continúa desde el primer instante de vida fuera del útero. El hombre desea ser partícipe y no un mero observador. Necesita esa misma conexión afectiva, física y biológica que tradicionalmente se ha asignado a la madre. Quiere calmar al bebé si llora, acunarle en sus brazos, involucrarse en las atenciones y nutrirle emocionalmente. Sin embargo, aún cuesta entenderlo. Incluso en países como el Reino Unidos, una de las mayores potencias mundiales. La situación es mejorable en la mayor parte del mundo.
A vueltas con la conciliación
En España, estos días es también objeto de disputa. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha anunciado que su partido presentará en las próximas semanas lo que define como la Ley de Conciliación «más ambiciosa de la democracia». Además de aumentar los permisos de paternidad y maternidad, su propuesta incluye la libertad para poder utilizarlos cuando las familias lo consideren oportuno. Tendrán la opción de sumar el permiso del padre y el de la madre para cubrir el primer año de vida.
Otra de las estatuas que pueden verse en las calles de las ciudades británicas.
La normativa actual exige que las seis primeras semanas sean de disfrute simultáneo entre padre y madre, sin opción a esos permisos consecutivos que plantea el Partido Popular. Entró en vigor el 1 de enero de 2021 alargando a 16 semanas la duración, igual que el de maternidad. Ya no existe un permiso de paternidad y otro de maternidad. Actualmente ambos están unidos y reciben el nombre de prestación de nacimiento y cuidado del menor.
Pueden solicitarla «todos los trabajadores por cuenta ajena o propia, cualquiera que sea su sexo, siempre que, se encuentren en situación de alta o asimilada al alta, disfruten de los periodos de descanso/permiso por nacimiento y cuidado del menor y acrediten los periodos mínimos de cotización exigibles en cada caso».
Estas 16 semanas no pueden administrarse de cualquier forma. Las cuatro primeras deben disfrutarse de forma ininterrumpida tras el parto. El resto de las semanas pueden distribuirse a lo largo del tiempo de forma interrumpida y ejercerse desde la finalización del descanso obligatorio posterior al nacimiento hasta que el bebé cumpla un año. Además, el permiso es retribuido al 100% e intransferible. Si el padre no solicita la prestación, no podrá cedérsela a la madre.
Los resultados en España
Cuando España comenzó a aumentar el permiso de paternidad hasta igualarlo a las 16 semanas de maternidad, la duda era si los hombres lo cogerían íntegro o si asumirían esta responsabilidad. Tres años después de la equiparación total, el análisis de los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) revela que los padres «han reaccionado disfrutando de casi la totalidad de las semanas disponibles».
De hecho, somos el país de la OCDE con más semanas de permiso exclusivo para los hombres, aunque baja a novena posición si se tiene en cuenta el número total de semanas de permisos retribuidos disponibles para que se hagan cargo del hijo.
