Hace tiempo escribí sobre la importancia de que las personas crearan conciencia y no solo acudieran al doctor cuando se sientan enfermas, algo que es constante y común. En ese momento y ahora también, vuelvo sobre lo mismo.
Las personas tienen que conocer los beneficios de la medicina preventiva, solo así sabrán la necesidad de adoptar y desarrollar el saludable y beneficioso hábito de consultar al doctor por chequeos rutinarios, sin tener que esperar a colapsar.
A veces alguien hace planes para llevar un estilo de vida más saludable y entonces hace una lista de propósitos en la que no falta, hacer ejercicio, comer más sano, incluir algunos suplementos, pero muy difícilmente incluya una evaluación médica que le confirme que se encuentra listo o lista para asumir una agotadora rutina de ejercicios que incluyen un gran esfuerzo físico. Muchas veces no investigan los efectos en la salud de algunos componentes de esos famosos suplementos dietéticos y solo comienzan a consultar con expertos, cuando estos suplementos les han hecho un daño irreparable. Ese es solo un ejemplo.
De niña recuerdo que algunos amigos no entendían por qué nuestros padres nos llevaban al doctor solo para chequeos de rutina, aplicarnos las vacunas y someternos a analíticas para estar seguros de que estaba todo bien. Eso, para mí era lo normal y hasta ahora es lo que hago con mis hijas. Los médicos no solo están disponibles para los casos de emergencia.
Dice un dicho muy criollo que: “El pasmo con tiempo tiene remedio”, una forma muy nuestra de decir que la peor dolencia, detectada a tiempo, en etapa temprana, tiene cura. Un diagnóstico a tiempo es la diferencia entre morir o vivir.
El problema es que no prestamos atención a las alertas de nuestro organismo, estamos demasiado ocupados y distraídos en otras cosas y por eso, en la mayoría de los casos, cuando decidimos prestar atención a las quejas de nuestro cuerpo, generalmente es demasiado tarde.
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