Los vecinos de San Antonio están muy preocupados. También los del núcleo urbano de Requena al que pertenece y los del resto de 23 aldeas del extenso término municipal del interior de Valencia que suman más de 20.000 personas. Varios centenares se han concentrado este viernes frente a la puerta del Ayuntamiento de la localidad para protestar por el incendio que se declaró en la planta de reciclaje, ubicada en la citada San Antonio, el pasado 15 de abril y que aún se mantiene vivo y afecta también a la cercana población de Utiel (11.500 habitantes). Las molestias son muchas. Se han desenterrado las mascarillas que se extendieron en la pandemia del coronavirus. Los niños apenas salen a los patios de recreo de las escuelas.
“Queremos que se apague el incendio, que ya lleva más de 10 días, que se tomen todas las medidas necesarias para que se sofoque y dejemos de respirar este aire, porque es irrespirable, depende de cómo sople el viento afecta a un sitio o a otro, pero en San Antonio se lleva la peor parte”, comenta Lucio Olmo, miembro de la Plataforma en defensa de medio ambiental y rural de San Antonio, que ha convocado la protesta. Los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente visitaron el jueves la población vitivinícola y aseguraron que los parámetros de calidad del aire son buenos.
El Ayuntamiento de Requena, dirigido por Rocío Cortés, del PP, ha habilitado en su web oficial una ventana conectada con la consejería de Medio Ambiente para consultar al momento la calidad del aire. La Dirección General de Calidad y Educación Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio anunció el jueves la suspensión de manera cautelar de la autorización ambiental Integrada de la planta de reciclaje gestionada por el grupo Econova, radicado en Barcelona.
“En esta planta hay muchas baterías de coches, eso seguro, y toda clase de material, además de plástico, pero tampoco sabemos exactamente qué hay y estamos preocupados. Los bomberos nos dijeron que calculan que hay unos 135.000 metros cúbicos de material. Nos preocupa también que no haya mediciones de plomo y cloro en el aire, como nos han dicho. No sabemos qué se está quemando, pero huele toda la comarca a plástico y a no sé bien qué más. Y los bomberos reconocen que se tardará aún días, incluso más de 15, en apagarlo del todo”, señala Olmo.
En su página web, Econova asegura que la planta ubicada en San Antonio ocupa una superficie de 48.000 metros cuadrado y está autorizada para el tratamiento anual de 99.500 toneladas de residuos no peligrosos. “Esta instalación se dedica principalmente al tratamiento de residuos industriales, la producción de CSR y a la gestión de biomasa de la zona”, indica. Este periódico ha intentado ponerse en contacto con la planta, pero no ha obtenido respuesta.
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La alcaldesa de Requena ha recibido a una representación de los vecinos concentrados y se ha comprometido a trasladar todas las quejas y reivindicaciones de los vecinos a la Generalitat y las instituciones competentes, además de ofrecer todos los medios a su alcance para solucionar el problema, según varias fuentes vecinales.
“Ha venido maquinaria pesada. Con solo echar tierra no se apaga. No sé si la Generalitat o la Diputación, pero se han de agilizar los trabajos para apagar el fuego”, señala Olmo. La plataforma aglutina a entidades, asociaciones, cooperativas y empresas de San Antonio con el fin de “actuar y expresar bajo una voz común el sentir ciudadano” ante el incendio. En un comunicado, los vecinos aseguraron el pasado jueves que la población de San Antonio padece “dolores de cabeza, estornudos, picor y escozor de garganta, congestión, afonías, malestar general, etc”. “Llevamos 10 días respirando aire contaminado por el incendio de la Planta de Econova, no solo en San Antonio, sino en toda la comarca y poblaciones vecinas ya que el viento arrastra a kilómetros las partículas tóxicas que todos estamos respirando y el agua también está en riesgo”, denunciaron en la nota en la que afirman que los tóxicos “están poniendo en peligro” el medio ambiente y la salud de los vecinos. Temen que la contaminación llegue a los acuíferos.
Por ello, exigen a las distintas administraciones “que actúen y se proceda a la extinción inmediata del incendio, el cierre y desmantelamiento de la planta y la exigencia de responsabilidades”. No es el primer incendio que se produce en la planta, pero sí el de mayor gravedad sin duda. El primer día de fuego, dos trabajadores de la instalación resultaron afectados por la inhalación de humo.
Además de la suspensión de la licencia, la Generalitat también estudia nuevas actuaciones que puedan derivar en la clausura definitiva de la instalación, según anunció el jueves el director general de Calidad y Educación Ambiental, Jorge Blanco. Confirmó que los técnicos de la Consejería se desplazaron de nuevo al municipio y volvieron a comunicar a la población los análisis de la calidad del aire, que confirman que los registros están dentro de los parámetros permitidos.