Cada año, cada temporada, las tendencias de ropa deben adaptarse a las nuevas corrientes y gustos estéticos de la sociedad. Al contrario de lo que una buena parte de la población cree, no se trata exclusivamente de una proyección dirigida por un grupo de diseñadores y marcas totalmente azarosa, sino que se sigue un camino que es confluencia entre las casas de moda, los predictores de tendencias (agencias especializadas y expertos), la cultura popular, las celebridades, los medios de comunicación, los movimientos sociales y culturales, los eventos globales y los propios consumidores.
La moda textil es a menudo comparada con alguna actividad lúdica, como los juegos de casino en vivo, puesto que es una fórmula de entretenimiento que también se adapta, mediante la oferta de bonos y experiencias, a la demanda de los propios jugadores, ofreciendo una interacción con su público cada vez más personalizada, tal y como pretenden hacer las grandes firmas de moda en los últimos años. Del mismo modo, hay similitudes en el uso de la innovación tecnológica de ambos sectores a la hora de presentar sus acciones de comunicación e interacción social o en el campo del riesgo y de la experimentación.
Para este otoño, una vez pasadas las rebajas de verano, el mundo de la moda ha conseguido aglutinar todo este conjunto de herramientas para proveer a un público deseoso de nuevas opciones y oportunidades innovadoras en el vestir.
La tendencia otoñal traerá tonos marrones, terracotas, mostazas y verde bosque de forma general, aunque los colores cálidos y envolventes, como los crema y beige, destacarán para crear looks más sofisticados.
Con un enfoque destinado a prendas voluminosas y cómodas, las capas y los volúmenes amplios volverán a estar presentes un año más en las calles.
La nostalgia de los años 70 y 90 se hará presente con la vuelta a los cuellos grandes, a los pantalones de campana y a los estampados geométricos.
Inevitablemente, la moda eco a través de prendas sostenibles será un tema sobre el que las grandes firmas de moda y los diseñadores más prestigiosos redundarán una y otra vez. La sostenibilidad será un tema central con un aumento en el uso de materiales reciclados, orgánicos y ecológicos.
La moda no solo se mira, sino que también se toca, por este motivo los tejidos de punto serán un elemento básico. Las texturas táctiles, como el terciopelo y la pana, también volverán a dar juego, sobre todo, en los ambientes más selectos y glamurosos.
El punto innovador lo ponen las piezas inspiradas en la ropa de trabajo y el estilo utilitario. Bolsillos grandes, chaquetas estilo «cargo» y pantalones funcionales deberán formar parte del fondo de armario esencial para este otoño.
En general, las botas inspiración retro se mantendrán en tendencia, con especial intensidad en el estilo militar y chunky por ofrecer comodidad y un diseño que complementan bien con looks otoñales.
El otoño siempre trae consigo una pátina de romanticismo melancólico, representado en la moda textil con estampados florales con un enfoque oscuro y dramático.
Dos materiales, el cuero y la gamuza, que también incidirán tanto en el gusto por lo retro como en la capacidad para añadir textura a las prendas cotidianas.
Por último, y en consonancia con la tendencia social de limar diferencias entre los géneros, la moda genderless o sin género seguirá ganando terreno, con prendas versátiles y de cortes amplios para ser vestidas por cualquier persona.