Los grupos municipales de PSN, EH Bildu y Geroa Bai de Pamplona han llegado a un acuerdo para la demolición parcial, transformación y resignificación del llamado Monumento a los Caídos, el segundo mayor monumento franquista de España, tras el Valle de los Caídos, y el principal edificio de esta simbología en la ciudad.
Este acuerdo, del que se ha desmarcado la coalición progresista Contigo-Zurekin, partidario del derribo total del edificio construido en 1942, prevé la demolición de las arquerías exteriores del monumento y de la cripta interior en la que estuvieron depositados los restos de los generales franquistas Mola y Sanjurjo.
No obstante, la gran cúpula del monumento, de 20 metros de diámetro y 33 de altura, no será derribada. En lugar de ello, se prevé su completa ocultación en el paisaje urbano de Pamplona, como parte de un concurso de ideas para la redefinición del espacio.
El edificio reformado albergará el centro de interpretación Maravillas Lamberto, en honor a la joven navarra asesinada durante el golpe de Estado, conocida como la ‘florecica de Larraga’. Este centro estará dedicado a la denuncia del fascismo y la promoción de la memoria democrática. A pesar de las modificaciones, se conservará la estructura interna de la cúpula, donde se encuentran las pinturas de Ramón Soltz.
Las pinturas, se subraya en el acuerdo, «ilustrativas de la visión destructiva, supremacista, belicista y contraria a la libertad del fascismo que asoló Europa en los años treinta del siglo XX, serán utilizadas para el estudio crítico a través de visionados restringidos a fines educativos, pedagógicos y/o académicos, permaneciendo ocultas al público en general».
La ejecución de este proyecto de transformación, así como la gestión del futuro Centro Maravillas Lamberto, recaerá en manos del Ayuntamiento de Pamplona. Este cambio no solo modificará la estructura física del monumento, sino que también redefinirá su significado en la memoria colectiva de la ciudad.