Junts per Catalunya afronta a partir de este viernes, y hasta el domingo, su congreso político en Calella (Barcelona), una ceremonia que oficializará la relación entre el partido y Carles Puigdemont, que pasará a ser el nuevo presidente en sustitución de Laura Borràs. El congreso pretende marcar la hoja de ruta de la formación y decidir qué línea hay que seguir en el Congreso de los Diputados, donde los siete diputados que comanda Míriam Nogueras son claves para sostener al Gobierno o dejarlo caer, y como articula su papel de “alternativa” al Govern del PSC en la Generalitat. Puigdemont, que antes de las elecciones catalanas se comprometió a retirarse de la primera línea política si no lograba ser investido president, mantiene que toma las riendas de Junts “con la voluntad de contribuir” en la nueva etapa que se abre, en el partido y en Cataluña.
Su aterrizaje en la presidencia llega de la mano de la renovación de Jordi Turull como secretario general, pero implica también el nombramiento de un equipo de escuderos en el segundo escalafón del mando. Ahí destaca Antoni Castellà, portavoz del Consell de la República y uno de los ideólogos de la fuga que protagonizó Puigdemont el 8 de agosto en Barcelona. Castellà ha confesado que aquel día tomó “la responsabilidad de establecer todo un sistema de seguridad” para blindar al expresidente catalán.
Antoni Castellà, 54 años, es un veterano de la política catalana. Sus orígenes se remontan a la Unió Democràtica de Josep Antoni Duran Lleida, y fue secretario de Universidades durante el Govern de Artur Mas. Ha estrechado el vínculo con Puigdemont a partir de su presencia en el cuadro de dirección del Consell de la República, la entidad que creó el expresident desde Bélgica con la idea de presentarla como una suerte de Generalitat paralela. Castellà es el líder de Demòcrates, una formación política con una penetración marginal en Cataluña, pero que esta semana ha formalizado su fusión con Junts per Catalunya. “Un acuerdo histórico”, en palabras del propio Castellà, que le permite a Junts pasar a controlar la fundación FunDem, a cambio de que Demòcrates gane presencia en la estructura de Junts per Catalunya.
En el organigrama de la nueva alianza hay cuatro vicepresidencias, que quedan justo por debajo de las figuras del presidente del partido, Puigdemont, y del secretario general, Turull. En el congreso de Calella, Castellà será propuesto para ser uno de los vicepresidentes de Junts. También esta previsto que lo sean Josep Rius, portavoz del partido y hombre de la máxima confianza de Puigdemont, Míriam Nogueras y Mònica Sales.
En una entrevista concedida a Catalunya Ràdio, Castellà reconoció su participación en el operativo para preparar la llegada a Barcelona, y posterior huida, de Carles Puigdemont, el pasado mes de agosto. El día 8, el expresidente catalán dio un mitin en las inmediaciones del Parlament y luego se esfumó. Su fugaz puesta en escena, justo el día en el que Salvador Illa era investido president, provocó una grave crisis de credibilidad de los Mossos d’Esquadra, que tenían montado un férreo dispositivo de vigilancia en el Parlament y no lograron interceptar al expresidente de la Generalitat. Castellà ha revelado que había hablado con el entonces consejero de Interior catalán, Joan Ignasi Elena. Pese a negar que el propio Elena le pasara información acerca de los planes policiales previstos para cercar a Puigdemont, Castellà sí ha manifestado que “lo que habían hecho llegar los Mossos es que podría acceder al Parlament”.
A la postre, Puigdemont evitó acercarse al Parc de la Ciutadella, donde se encuentra el recinto del Parlament, y los Mossos le perdieron la pista. Según Castellà, hizo falta tomar una decisión rápida sobre dos escenarios: “bajar a pie acompañado o llegar al Parlament en coche”. Alegando motivos de “seguridad”, lo montaron en un coche propiedad de un mosso d’esquadra y que tenía una silla de ruedas en el asiento del copiloto.
El expresidente catalán pasó parte de la tarde oculto en Barcelona. “El rato suficiente para valorar si podía entrar en el Parlament sin ser detenido”, según Castellà. Al anochecer, emprendió su camino de regreso a Bélgica en un coche. Fuentes cercanas al expresidente catalán señalan que se había previsto que pudiera moverse por carreteras secundarias y cubrir a pie monte a través el último tramo para cruzar a Francia, si se tenía constancia de que había un operativo policial esperando para interceptarlo antes del paso fronterizo de la Jonquera. Sin embargo, Puigdemont encontró pista libre para poder cubrir todo el trayecto de vuelta a Waterloo.
La elección de Puigdemont como presidente de Junts implica el desplazamiento definitivo de Laura Borràs, que será la encargada de dirigir la nueva fundación del partido. La pérdida de influencia política de la expresidenta del Parlament se visualiza, también, en el nombramiento de Judith Toronjo para ser secretaria de organización del partido, un cargo que hasta ahora ocupaba David Torrents, de la confianza de Borràs.