Durante los meses de julio, agosto y septiembre de 2024 se sustrajeron 8.568 coches, siendo el trimestre con más robos de vehículos del pasado año y representando un 4% más que la media trimestral. Esta estacionalidad viene refrendada por cifras similares en los últimos años: un 2% en 2023, un 4% en 2022 y un 6% en 2021. Y es que según las cifras del Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior de los últimos cuatro años, el tercer trimestre del año presenta un índice de robos de coches superior al de la media trimestral de cada año.
«Sin duda, la época veraniega es más atractiva para las redes de delincuencia organizada quién tradicionalmente han optado por actuar en zonas más turísticas. No solo en Islas Baleares y Murcia, sino que también en Cataluña y Andalucía hemos observado que hay, invariablemente, un mayor número de robos estivales desde 2021», apunta Gregoire Destre, gerente de Coyote en España.
Actualmente, la protección de los vehículos contra el robo se ha convertido en un desafío debido a la aparición de sofisticadas técnicas que explotan las vulnerabilidades de los sistemas electrónicos. Entre ellas, destacan el ataque de relé y el robo de OBD, métodos que ilustran la creciente dificultad de proteger los automóviles contra el robo
El ataque de relé se aprovecha de la comodidad de los sistemas de entrada y arranque sin llave. Los ladrones utilizan dispositivos para interceptar y amplificar la señal emitida por la llave del coche, aunque esta se encuentre dentro de la vivienda del propietario. Esta señal amplificada se retransmite al vehículo, engañándolo para que se desbloquee y permita el arranque, todo ello sin necesidad de forzar cerraduras ni activar alarmas. El mayor riesgo reside en la rapidez y la ausencia de daños visibles, lo que dificulta la detección temprana del robo. Los vehículos más susceptibles son aquellos equipados con sistemas de entrada y arranque sin llave, una característica cada vez más común en modelos recientes.
Por otro lado, el robo de OBD se centra en la accesibilidad del puerto de diagnóstico a bordo (On Boarding Diagnostic) de la gran mayoría de los vehículos actuales. Este puerto, diseñado para facilitar el mantenimiento y la reparación, puede ser utilizado por los delincuentes para conectar dispositivos que programan llaves nuevas o desactivan los sistemas de seguridad originales del coche. Una vez manipulado el sistema, el vehículo puede ser encendido y sustraído en cuestión de segundos. El principal riesgo es la vulnerabilidad inherente a la conexión física y la capacidad de anular las protecciones electrónicas.
«En 9 de cada 10 casos, los vehículos son robados sin allanamiento mediante métodos electrónicos y, por tanto, son recuperados rápidamente en buen estado por nuestros equipos sobre el campo«, afirma Gregoire.