Table of Contents
Una enfermedad respiratoria que muchos consideraban parte del pasado industrial de España está regresando con fuerza. Se trata de la silicosis, una dolencia pulmonar irreversible causada por la inhalación prolongada de partículas de sílice cristalina, un componente natural muy común en la corteza terrestre. El reciente informe elaborado por el Ministerio de Sanidad, titulado La reemergencia de la Silicosis en España, advierte sobre el preocupante repunte de esta patología, que ya no se limita al sector minero tradicional y está afectando a nuevas profesiones y entornos laborales.
Silicosis
La silicosis es una enfermedad pulmonar incurable provocada por la inhalación prolongada de partículas microscópicas de sílice cristalina. Estas partículas, al ser respiradas, se alojan en los pulmones donde generan cicatrices irreversibles en el tejido pulmonar, reduciendo de forma progresiva la capacidad respiratoria del afectado. Con el tiempo, la silicosis puede evolucionar a condiciones más graves como insuficiencia respiratoria, tuberculosis, enfermedades autoinmunes e incluso cáncer de pulmón. La enfermedad se manifiesta generalmente tras años de exposición constante, aunque en casos más graves puede desarrollarse en periodos más cortos si la concentración de sílice en el aire es elevada y no se utilizan medidas de protección adecuadas.
Un enemigo común en muchos entornos industriales
El sílice cristalino se encuentra en la mayoría de los lechos rocosos y se libera en forma de polvo durante procesos como la minería, la construcción de túneles, el corte de piedra, la metalurgia, la fabricación de vidrio o el chorreado de arena. Tradicionalmente, los sectores más expuestos eran la minería y la explotación de canteras. Sin embargo, en los últimos años, los casos han comenzado a aparecer con más frecuencia en trabajadores del sector de la construcción y la fabricación de materiales decorativos, especialmente en quienes manipulan aglomerados de cuarzo, también conocidos como piedra artificial. Estos materiales, ampliamente utilizados en encimeras de cocina y baños por su durabilidad y estética, pueden liberar cantidades peligrosas de polvo de sílice durante su corte, lijado o pulido, si no se siguen los protocolos de seguridad adecuados.
El Ministerio de Sanidad plantea restricciones
El aumento de casos de silicosis vinculados a la manipulación de cuarzo artificial ha llevado al Ministerio de Sanidad a considerar la posibilidad de restringir o incluso prohibir el uso de estos materiales, si no se garantiza su manipulación segura. Esta advertencia no significa que tener una encimera de cuarzo en casa sea peligroso para el consumidor final. El riesgo no está en el uso del producto instalado, sino en su fabricación, corte e instalación, donde se genera el polvo respirable. Este posible cambio normativo supondría un importante giro en la regulación de materiales de construcción y diseño, con un impacto directo en sectores como la arquitectura, el interiorismo o el bricolaje profesional.

¿Quiénes están más expuestos?
Los profesionales más expuestos al riesgo de desarrollar silicosis son aquellos que trabajan directamente con materiales que contienen sílice, en ambientes donde las partículas pueden quedar suspendidas en el aire y ser inhaladas. Entre las profesiones de mayor riesgo destacan:
- Mineros y trabajadores en explotaciones subterráneas
- Operarios de canteras y fábricas de piedra
- Técnicos en metalurgia y fundición
- Profesionales que manipulan encimeras de cuarzo y piedra artificial
- Trabajadores del sector del vidrio y del chorreado de arena
Además, existe preocupación creciente por los trabajadores autónomos y pequeñas empresas, donde a menudo no se cumplen con los estándares de seguridad laboral debido a la falta de recursos o información.
¿Se puede prevenir la silicosis?
Sí, la silicosis es una enfermedad prevenible si se adoptan las medidas de seguridad adecuadas. Entre las principales recomendaciones de los expertos y autoridades sanitarias se encuentran:
- Uso obligatorio de mascarillas con filtros especiales capaces de bloquear partículas de sílice o equipos de respiración con suministro de aire externo.
- Instalación de sistemas de ventilación localizada y de extracción de polvo en los lugares de trabajo.
- Reducción del polvo en origen, utilizando herramientas con sistemas de agua o aspiración que eviten la suspensión del sílice en el aire.
- Formación continua para los trabajadores sobre los riesgos de exposición y las medidas de protección.
- Prohibición de fumar, beber o comer en áreas contaminadas para evitar la ingestión de partículas.
Además, se recomienda la vigilancia médica periódica de los trabajadores expuestos, con controles de función pulmonar y radiografías de tórax, para detectar la enfermedad en sus fases más tempranas.