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Quevedo vuelve a los escenarios: «Hago música por mí y por nadie más»

by Marko Florentino
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En la planta menos uno del hasta hace unos meses WiZink Center de Madrid, ahora renombrado Movistar Arena, hay una especie de paseo de la fama de Hollywood. Junto a las oficinas y antes de llegar a los camerinos, las paredes de los pasillos están decoradas de arriba abajo con las dedicatorias enmarcadas de artistas que han pasado por allí. Entre las firmas de Raphael, Paul McCartney, Metallica o Rosalía asoma la letra algo infantil de Quevedo. «Espero volver pronto. La próxima intentaremos que sea más aforo», dejó escrito en mayo de 2023, acompañando su mensaje con el dibujo de un corazón. La casualidad hace que sea justo la rúbrica más cercana a la sala donde nos hemos citado con él.

Acabo de ver tu firma al entrar…
Es chunguísima (ríe avergonzado). No me preguntes por eso, por favor.
¿Por qué pusiste lo del aforo?
Creo que fue el récord de aquí. Fue muy bien. Lo puse pensando en superarme, pero tampoco yo lo entiendo bien (y vuelve a reír).

La hemeroteca le da la razón. El músico canario se consagró hace dos años ante 17.453 personas, según datos de la organización. Ganó espacio instalando el escenario en el centro de la pista a modo de ring de boxeo. Aquello supuso el récord de entradas vendidas en el recinto. Una asistencia que esta semana superará. Eso sí, distribuyéndose en varios días. Quevedo arranca su gira Buenas Noches Tour 2025 este lunes, 17 de febrero, con tres fechas consecutivas en Madrid. En total, se han vendido 40.000 entradas.

Quevedo: «No quiero ponerme la presión de trascender».Reda Slafti

Cuenta que, «exceptuando algún cambio sobre la marcha», el de la capital será el mismo espectáculo que lleve por el resto de España. En mayo estará en Gran Canaria y después de un verano sin nada programado («puede que me quede en la playa», bromea), pasará por Barcelona, Valencia y La Coruña, entre otras ciudades. En primavera se va a dedicar a Latinoamérica, con un puñado de fechas recién anunciadas. «La idea era empezar allí, pero yo quería hacerlo en España para que la gente tuviera la oportunidad de ver el show por primera vez. Será mi segunda gira en Latinoamérica y estoy bastante contento. Creo que la voy a disfrutar más que la anterior, porque en 2023 iba con el piloto automático. Y aquí me pasó igual. Ahora soy más consciente de todo», revela.

La cita en el Movistar Arena no sólo supone el inicio de su temporada de conciertos. Implica la vuelta a los escenarios del rapero tras un 2024 en el que sorprendió a todos con el anuncio de un parón. La noticia llevó a algunos medios a especular con su retirada. No era su intención. Simplemente quiso alejarse de los focos para centrarse en preparar su último disco, Buenas noches -publicado a finales del mes de noviembre-, y en reconectar consigo mismo tras el éxito arrollador que le había sorprendido nada más entrar en la veintena.

¿Cómo te sientes ante tu vuelta?
De momento, tranquilo. Yo me empiezo a poner nervioso el mismo día o la noche de antes. Como ahora estoy en una rueda de ensayos y cosas no le doy vueltas. Obviamente, tengo muchas ganas. Cuando me imaginé todo el proyecto de Buenas noches una parte importante era la gira. A nivel show ha habido un paso grande en mi carrera. Siento, y sé, que a la gente le va a gustar, le va a sorprender y va a dar que hablar.
¿Qué novedades traes? ¿Qué puedes desvelar?
Cuando empecé a hacer música todo lo que me gustaba estaba relacionado con el proceso de creación de la música. Ahora, por primera vez he querido primar también el directo. Va a ser mucho más completo. La gente va a poder disfrutar de lo que es un show. Será mucho más que yo cantando las canciones, como había sido hasta ahora.
Los conciertos urbanos suelen pecar de eso.
Sí, pasa mucho. Los reguetoneros o los raperos se encasillan en el mismo espectáculo. Hay variantes pequeñas, pero el que va a un concierto se imagina algo muy concreto. Por eso está guay darle un toque distinto y que el público te pueda diferenciar.
¿De dónde has tomado la inspiración? ¿Te has fijado en conciertos de otros?
Tomo de referencia muchos shows que he visto en el pasado. O sea, en YouTube me pongo a ver qué hizo éste en este sitio o en esta gira. Al final vas sacando cosas que sientes que tú también puedes hacer. El resto de la inspiración ha llegado pensando en el imaginario del disco y en todo lo que me ha pasado este año.

Ese pasito de mayor calidad que introduce en su gira no ha estado exento de polémica. Un directo más trabajado ha provocado que el precio de los tickets sea más costoso. Con precios entre los 99 euros en pista y los 49,50 euros del asiento más barato, el día en que salieron a la venta las entradas se multiplicaron las críticas en redes sociales. Decenas de fans protestaban por lo que consideraban algo desorbitado teniendo en cuenta que la gran mayoría de su público son estudiantes.

¿Cómo llevaste las críticas cuando se conocieron los precios?
Las llevé muy bien. O sea, al final siento que es lo que valen. El dinero no es algo que me motive en mi vida. Ni el dinero, ni nada material. Pero intento hacer las cosas del modo más grande posible y, si quieres enseñarle algo nuevo a la gente, el show es caro. Entiendo las críticas porque de primeras puede parecer algo elevado, pero el público va a entender el por qué. Yo simplemente tuve que elegir y preferí hacerlo lo más grande posible. Además, nadie obliga a nadie a comprar una entrada. Si las llego a poner baratas también lo hubieran criticado porque pasa con cada paso que doy. La gente que quiera venir, vendrá; y, la que no, se quedará en su casa. O sea, todo el mundo feliz.
¿Recuerdas el primer concierto al que tú fuiste como fan?
Mi primer concierto fue mío. Nunca había visto a un artista que me gustara. También es que a Gran Canaria no iba mucha gente. Ahora cada vez es más habitual, pero entonces los que iban urbanos lo hacían en discotecas y yo era menor.
¿Por eso siempre pasas por tu isla?
Obvio. 100%. Al final cuando hago música sólo me sale pensar en cómo sonará allí o cómo se lo va a tomar la gente de allí. Siempre hago todo pensando en Las Palmas y en Canarias en general. Es inevitable. Y ojalá que pueda hacer muchas cosas más y que siga creciendo la industria. Que cada vez vayan más artistas y sea más común que la gente de allí pueda vivir de la música.

Durante la hora larga que dura nuestra charla, repetirá en varias ocasiones la coletilla del «piloto automático» al referirse a su actitud previa al parón que anunció en enero de 2024. «Ojalá poder volver para atrás y verme desde fuera. No he estado disfrutando de las cosas como debería y me encantaría verme como persona externa. A veces reflexiono sobre qué pensará la gente de mí o qué pensaría yo de mí mismo», reconoce.

Eligió las redes sociales para avisar de que se tomaba un descanso tras la oleada de atención que había acaparado a nivel nacional en 2022 con el single Cayó la noche remix y que enlazó con el fenómeno de la sesión junto a Bizarrap unos meses después. Ese Quéeeeeeeeedate que se convirtió en hit mundial y ya acumula más de 1.800 millones de reproducciones sólo en Spotify. Le siguieron los éxitos Columbia, Vista al mar, Punto G, Playa del inglés… Así, hasta convertirse en el español más escuchado en 2023. Normal que necesitase parar.

«No creo que haya nada malo en tener un hit tan grande», reflexiona al ser cuestionado por la parte negativa del éxito viral. «Creo que lo importante es saber manejar la presión en esos momentos, cuando tanta gente espera mucho de ti y te llegan tantas oportunidades nuevas. Lo más complicado es que ese tipo de éxitos que no esperas no trastoquen tus planes. Es difícil, pero tienes que escucharte a ti mismo y dejar fluir tu intuición para que te ayude un poco», señala.

Como decíamos, en los meses en que se alejó de los focos se dedicó a trabajar en el que es su segundo álbum de estudio, pero también se esforzó en recuperar una rutina de horarios, alimentación y entrenamiento que había descuidado. «De ese tiempo me quedo con los hábitos. Es lo que más me centré en cambiar y lo que continúo a día de hoy. Acostarme relativamente pronto, aprovechar a hacer cosas durante el día, entrenar… En resumen, ser dueño de mi tiempo. Ahora que vuelvo a tener obligaciones es algo que he mantenido y me ayuda a estar más concentrado y a llevarlo todo mejor. Intento llevar una vida lo más tranquila posible», explica.

Aunque Pedro Luis Domínguez Quevedo nació en Madrid en 2001, muy pronto sus padres se establecieron en Canarias tras un fugaz paso por Brasil por motivos laborales. Él se siente canario y el pasado año fue vital pasar más tiempo con los suyos en Las Palmas de Gran Canaria. Es donde se encuentran su familia y amigos y a donde vuelve cada vez que tiene unos días libres. Ahora es su madre la que ha viajado hasta Madrid y le acompaña durante la entrevista. Se sienta a escasos dos metros por detrás de él y escucha atenta. Es prácticamente la única que el propio Quevedo no ha echado de la sala al comenzar a grabar y pedir a maquilladora, mánager, asistente y un puñado de personas más de su equipo que salgan para que estemos más tranquilos.

«La familia para mí es súper importante», afirma. «El apoyo de ellos y de mi gente cercana, como mis amigos o mi pareja, es algo que me motiva a seguir para adelante y al final sí que siento a veces un poco de presión en el sentido de buscar el visto bueno», añade. Y se detiene a explicarlo mejor: «Muchas veces con mi música pienso ‘esto seguramente dentro de 30 años se lo enseñe a mi familia, y quiero estar orgulloso’. Por eso nunca hago nada por hacer, todo lo pienso bien. Hasta ahora estoy orgulloso de todo lo que he hecho y de todo lo que hago».

Entonces, ¿les enseñas tus canciones antes de publicarse para que te hagan el primer ‘check’?
No, no, no. A mi familia, no. De hecho, a todos mis amigos tampoco. Las canciones me gusta enseñárselas al equipo y a dos o tres amigos con los que comparto muchas cosas de la música. No me gusta llenarme de opiniones sobre lo que voy a hacer porque yo siempre estoy 100% seguro y si empiezo a escuchar opiniones de gente que me importa al final me condicionan.
Después del parón y de publicar el disco no has sacado más singles. ¿Tienes pensado no seguir la rueda de lanzar canciones cada mes, como es tan habitual hoy en día?
No me planteo nada. Yo voy fluyendo porque me he dado cuenta de que también hay que escucharse a uno mismo. Si cualquier día me levanto cruzado y me apetece sacar un tema esa semana voy a hacer todo lo posible por que salga. Pero si de repente estoy tres meses en que no me apetece entrar en el estudio, no voy a entrar. Creo que hacerla y sacarla cuando el cuerpo me lo pida es lo mejor para que mi música siga siendo única y siga siendo mía.
Vamos, hacer lo que te fluya y no lo que te exija la industria.
Claro. Yo siento que todo el mundo dice: «Es que la industria va muy rápido», pero realmente eres tú solo quien te metes presión. Nadie te presiona para sacar música cada tres semanas. No hay una persona que lo haga. Es el miedo de los artistas a no estar en la ola todo el tiempo. Y lo entiendo, porque es verdad que hay una presión muy loca de la gente y de la velocidad del consumo ahora mismo. Pero creo que no hay que olvidar por qué empezaste a hacer música cuando no había más factores que te influyeran y sacar tus propias conclusiones.
¿En este tiempo has seguido escribiendo canciones?
Sí, yo no paro porque es algo que me encanta. Muchas veces digo: «Venga, esta semana me la tomo de relax», pero cojo y termino yendo al estudio. Para mí es un hobby. Sigue siendo lo que más me gusta hacer en mi vida.
Ya han pasado dos meses desde la salida del álbum, ¿qué valoración haces? ¿Se han cumplido tus expectativas?
Yo estoy muy contento con el resultado. Es verdad que todavía falta la gira, que es un proceso que tiene que ver con el disco. Siento que podría darte una opinión cuando haya pasado más tiempo. Bastante tiempo. Pero estoy contento con la manera en que he logrado divertirme haciendo música y no tener miedo a decir algo, a expresar cómo me siento o a ser vulnerable.
En ‘Qué asco de todo’ dices: «Sabiendo que si me sale del pecho no va a sonar en la radio». ¿Le das vueltas al equilibrio entre hacer lo que te nace y buscar el hit?
Intento no pensar en qué va a funcionar y qué no. Cuando vas al estudio tienes que hacer lo que te apetece. Por lo menos así es como lo veo yo, porque cualquier cosa es lícita. A mí no me importa que una canción no suene en equis sitio. Hago música para mí y para mi público. Pero más para mí. A veces escribo cosas profundas que pienso que son increíbles y no son las que más repercusión tienen. Otras veces hago canciones sin ponerle tanto sentimiento ni tantas horas, solo divirtiéndome, y puede que lleguen más lejos. Pero es normal. No todo puede sonar en la radio, ni todo puede pegar. Tampoco todo puede ser súper triste o súper personal. Lo guay es el punto medio.
¿Te condicionan las críticas a la hora de ponerte a escribir? En este último disco se han juzgado varias de tus letras por ser «demasiado explícitas», como la de 14 febreros, donde dices: «Quizá hoy por fin será el día que entre en ese agujero».
Como he dicho, hago la música por mí y por nadie más. Si quisiera contentar a todo el mundo podría, pero es que no hago música para eso. O sea, yo podría lanzar 30.000 mensajes que todo el mundo quiere oír y recibir el aplauso de la mayoría, porque habría otra gente que me seguiría criticando, pero siento que mi labor no es esa. Al final soy una persona joven y creo que represento a un montón de gente. Los temas de los que hablo, para bien o para mal, representan a muchas personas.
¿Tu gestión de las críticas ha cambiado desde que empezaste? ¿Sientes que las manejas mejor?
A ver, me siguen afectando. Cuando ves críticas de algo a lo que le has puesto tantas horas, te afecta. Pero aprendes a darle la importancia que realmente tiene. Lo aceptas y sigues para delante. Es algo que no puedes cambiar. Obviamente ha habido momentos en que me han molestado mucho o incluso me han llegado a emparanoiar de más. A día de hoy lo veo con otros ojos. O lo intento.
La gran mayoría de tu público es de tu edad. ¿Es importante mantenerte conectado con la gente joven, aunque tu vida sea distinta?
En la mayoría de momentos de mi vida yo sigo siendo Pedro, un chico de 23 años con amigos de mi edad al que le pasan cosas muy parecidas. Quizás las responsabilidades son distintas, pero las cosas que me suceden son similares a las de cualquiera. Obviamente me gusta sentirme comprendido por el resto, pero tampoco es algo que me queme por dentro. Yo agradezco mucho el apoyo de la gente de mi edad, pero no me gusta ponerme la presión de que lo hago deba gustarles.
¿Pero tratas de no perderte cosas de la vida de un chico de 20 años, que quizás no vuelvan nunca?
Sí, 100%. Soy muy consciente de ello e intento no saltarme etapas.

Hablando de no quemar etapas antes de tiempo sale en la conversación el nombre de Duki. El argentino no llega a los 30 años, pero ya ha triunfado fuera de su país – logró llenar el Santiago Bernabéu hace unos meses- y ha celebrado hitos históricos como los dos conciertos en el estadio Monumental de River Plate. Un día, al ser preguntado por sus planes de futuro, Duki se echó a llorar y, en un ataque de sinceridad, reconoció que para él era difícil sentir a veces que ya no tenía nuevos objetivos.

Cuando cogemos el ascensor de cristal para subir hasta la última planta del Movistar Arena y hacer las fotos del reportaje desde lo más alto de la grada, Quevedo confiesa su temor a revivir una mala experiencia. Entonces vuelve a salir el nombre del trapero argentino en la conversación. «En un concierto de Duki nos quedamos atrapados aquí y la gente se puso a grabarnos con los móviles desde la calle. Tienen que estar por ahí los vídeos», comenta divertido Quevedo. «Por suerte para nuestra claustrofobia, llegamos a destino sin problema».

¿Qué tienes en mente cuando haces música? ¿Buscas marcar una época y que se te recuerde en un futuro?
Obviamente eso es algo que me encantaría porque le echo muchas horas. Disfruto con lo que hago y siento que está guay. Me encantaría que todo el mundo lo viera como yo lo veo y mucha gente ya lo hace. Claro que me gustaría mantenerme en el tiempo y que la gente me recuerde, pero no es mi objetivo principal.
Hace unos años, C. Tangana huyó de la etiqueta del trap para que su proyecto perdurase en el tiempo y no estuviese ligado a una moda. En el lado opuesto, Bad Bunny defiende en su último álbum que se siente orgulloso de ser el rey del pop haciendo reguetón y dembow. ¿De quién te sientes más cercano? ¿Te planteas tocar otros géneros para que tu música sea lo más popular posible?
Plantearme el «llegar más allá» es una presión que no quiero para mí mismo. Voy a hacer la música que me vibre y sienta en cada momento. Yo no quiero ponerme esa presión de trascender. Siento que eso pasará si tiene que pasar y, si no, no pasa nada. Yo hago música por mí y estoy más que feliz con lo que he conseguido. Tengo un montón de objetivos, pero han nacido después de vivir de mis sueños. Me siento un afortunado y no quiero ponerme ese peso, simplemente busco seguir haciendo música por mí, para mí, y para mi público.





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