Permanencia matemática y tres puntos que elevan al Sevilla en la tabla, que ya mira de reojo el décimo puesto . La victoria ante el Granada fue un objetivo moral para el equipo y mucho más importante a nivel individual para su técnico. Quique Sánchez Flores dejó entrever en su última comparecencia que sus deseos de quedarse en Nervión no están tan claros. Sin embargo, la efusividad con la que celebró el gol de Acuña, el que abrió el marcador, desvelaron sus intenciones reales. El décimo puesto para el madrileño es tener la sartén por el mango, no le asegura la renovación, pero lo llena de argumentos . Y precisamente argumentos siguió ofreciendo ante el Granada en el Sánchez-Pizjuán. Un Sevilla FC diferente saltó al terreno de juego, siguiendo más el guión del pasado derbi, que del equipo encerrado atrás de los últimos meses. Quique quiere demostrar que cuenta con recursos tácticos, el problema de este domingo fue que no contaba con demasiados efectivos para ejecutarlos. La dramática situación de la enfermería sevillista llevó a Quique a colocar a Erik Lamela por delante del doble pivote formado por Soumaré y Agoumé. Sin Óliver Torres, lesionado, ni Suso, sancionado , el técnico recurrió al argentino para conformar su medular. Una decisión que, sorprendentemente, funcionó, puesto que fue uno de los jugadores más activos de la primera mitad del encuentro. Aportó tanto en ataque como en defensa, un rendimiento muy llamativo para un jugador que no sabía lo que era ser titular desde el pasado 8 de noviembre. Otro nombre propio es el de Youssef En-Nesyri que, con su gol en la segunda mitad, igualó a Ben Yedder con 70 goles con la elástica sevillista. De esta forma, se erige como uno de los máximos goleadores de la historia del club en este siglo.El cuadro hispalense arrancó el duelo con un juego más alegre, menos encorsetado y dejando espacios. El Granada aprovechó los huecos para plantarse de forma peligrosa ante Nyland desde primera hora. De hecho, a los cinco minutos del arranque se produjo el primer acercamiento peligroso de Lucas Boyé a pase de Pellistri. El cuadro hispalense controlaba el juego, pero cada pérdida de balón derivaba en una acción de peligro rival. La conexión Lamela-Navas se terció muy fructífera en la creación y, en el minuto 11, Acuña logró adelantar a su equipo tras un pase filtrado de Lamela, que centra Navas y que el ‘Huevo’ manda con la cabeza al fondo de la portería de Batalla.Código Desktop
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Pero los de Sandoval no se amilanaron y, tras contener un par de buenas llegadas locales, Arezo se convirtió en la pesadilla de la zaga sevillista. Lo intentó de todas las formas posibles, pero la falta de acierto y las intervenciones de Nyland evitaron el tanto visitante. El Granada se volvió muy incómodo para los de Quique, a los que les costaba salir de su terreno ante la gran presión con la que los nazaríes sometían al Sevilla FC , buscando una pérdida de balón que les diera una oportunidad. La sensación de vulnerabilidad local se fue asentando peligrosamente y derivó en un tanto de Jozwiak, que fue anulado por haberse marchado el balón por línea de fondo. Bordeando el descanso, el Sevilla recuperó el control del balón y empezó a buscar el espacio para ampliar su renta. Un inspirado Navas inyectó colmillo colocando centros muy peligrosos que no lograban encontrar rematador. Pero la última palabra de la primera mitad la tuvo el Granada. Boyé se plantó frente a Nyland, pero Badé intervino para que el noruego despejara finalmente con los pies. El doble pivote conformado por Soumaré y Agoumé brilló con luz propia, sólidos en defensa y peligrosos en la subidaEn la reanudación, el Sevilla FC salió más estático, con ganas de agarrar el marcador y cediendo la iniciativa al Granada. Un cambio de actitud necesaria para que el duelo no se descontrolara, tal y como sí lo hizo en el tramo final de la primera mitad. Una estrategia que pronto dio sus frutos, puesto que los de Sandoval no encontraban huecos por los que colarse con el balón en los pies y, en una contra, llegó el segundo tanto local. Soumaré robó un balón y cabalgó hasta territorio enemigo, localizó a En-Nesyri, que la condujo hasta la frontal, se la cedió a Ocampos y este asistió al marroquí para rematar al segundo palo. Corría el minuto 51 y el Sevilla empezó a gustarse . Este segundo tanto rompió el partido y el Granada se diluyó. El doble pivote francés aprovechó que el rival se había quedado sin gasolina para dejar entrever su potencial. Tanto Soumaré como Agoumé se mostraron seguros en espacios reducidos y muy peligrosos cuando subían. El jugador procedente del Inter de Milán mostró una confianza inédita sobre el césped. De hecho, Lamela tuvo el tercer gol en sus botas, tras recibir un pase de Agoumé en el área, pero el disparo del argentino se marchó desviado por poco. Aguantó Quique el movimiento de banquillo, puesto que no había mucho a lo que acudir. Salieron del césped Lamela y Kike Salas , este último, tocado. Entraron por ellos, Nianzou y Lukebakio. Youssef En-Nesyri vuelve a marcar e iguala a Ben Yedder con 70 goles en su cómputo total con la elástica sevillistaEl Sevilla FC siguió buscando ampliar su ventaja con una doble ocasión, la primera de En-Nesyri , con un remate de cabeza en la que reclamó varios agarrones. La segunda fue de Ocampos, también con la testa, que bloqueó con la mano Batalla. No obstante, el tercero tendría firma belga. Una delicatesen de Lukebakio , que arrancó la jugada con un extraordinario taconazo y que terminó encajando el gol por la escuadra. El baile de la victoria que el Sánchez-Pizjuán coreó y disfrutó como no lo había hecho antes en toda la temporada.Con la sentencia de muerte firmada, Quique empezó a sacar al terreno de juego a jugadores que no se acordaban del olor del verde. Véliz, Hannibal e incluso Jordán, que recibió una fea pitada por parte de la grada. El final llegó con una superioridad local incontestable y, ahora sí, parece que el técnico madrileño ha conseguido lo que muchos no: tener un equipo .
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